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Bedroom Producer, Microfusa opina sobre los mitos y realidades

thumbnail Foto Escuela Microfusa Produccion Musical. HI
“Con un ordenador, una licencia de software, un micrófono y una tarjeta de sonido, valorado en menos de 1.500 euros, se puede producir música. Pero… ¿de qué calidad?”, explica Ramir Martínez, experto de la escuela Microfusa. Es un mito que con un ordenador y ganas se puede hacer música y que este tipo de productor de dormitorio lo hace absolutamente todo. Y una realidad que hacen falta conocimientos tanto técnicos como musicales para hacer una buena producción y que es necesario un proceso de acompañamiento, rodearse de personas expertas

En la última década, la globalización tecnológica e internet han hecho proliferar la figura del bedroom producer, un perfil que representa el paradigma de la nueva creación musical. Gracias a la proliferación de productos que emulan el sonido de sintetizadores vintage como plugins en programas de producción musical.

“En los últimos años, la tecnología ha permitido democratizar la tecnología. Hoy mediante un ordenador y programas software se puede llevar a cabo de una forma fácil y económica. Y tenemos ejemplos famosos como Martin Garrix o el desaparecido Avicci, pero también en España con C. Tangana o Alizzz. Incluso Bruce Springsteen tiene un álbum grabado por él mismo. Con un ordenador que tenga un buen procesador, una licencia de software, un micrófono y una tarjeta de sonido, todo ello valorado en menos de 1.500 euros, se puede producir música. Aunque… ¿hasta qué punto se puede hacer y de qué calidad?”, se pregunta Ramir Martínez, diseñador tecno-pedagógico de Microfusa, la escuela de tecnología musical que lleva 30 años en Barcelona y que acaba de abrir un centro en Madrid.

Desde Microfusa, escuela pionera en producción y tecnología musical, explican que la figura del bedroom producer tiene sus mitos como que con un ordenador y ganas se puede hacer música y que éstos lo hacen absolutamente todo, y una realidad, que hacen falta conocimientos tanto técnicos como musicales para producir bien, y que a un determinado nivel, como las producciones masivas, se rodea de aliados, de personas expertas, ya que es necesario un proceso de acompañamiento.

“Existen emulaciones que permiten tener los instrumentos y hacerlo a través de un controlador musical, todos los sonidos de una canción se podrían producir, pero para la parte más creativa es necesario pasar por un estudio de grabación. Para terminar un proceso profesional, a un nivel exigente, no sólo es posible con la figura del bedroom producer, es necesaria la intervención de más personas, técnicos de grabación, un abanico de colaboradores”, prosigue en su explicación el experto de Microfusa.

 

Y es que la tecnología no te da la respuesta, pero te da los medios. Por eso, los “productores de dormitorio” requieren un asesoramiento más técnico y especializado cuando saltan a un nivel más alto.

 

“Este tipo de producción es perfecta para un artista novel, que tiene mucho talento. Para aquellos que hacen música urbana como tecno, house, trap, hipo hop, reggaetón y EDM, ya que en otros estilos como el jazz y el rock es más complicado. Pero cuando el artista accede a un público más amplio, éste será más exigente, aclara.

Además de la tecnología, está al alcance de todos diversos tutoriales, ya que “una herramienta en manos de un carpintero se consigue una obra de arte, pero en manos de una persona no experta… Se puede aprender por prueba y error, pero los problemas empiezan en cómo hacer los ritmos, las melodías… llevarlos a la producción que se está haciendo, para poder progresar. Por eso es importante formarse, hacer cursos como los que ofrecemos en la escuela”, confiesa el responsable tecno-pedagógico de Microfusa.

Microfusa se ha convertido durante estos años en una referencia nacional en la formación centrada en las nuevas tecnologías aplicadas al mundo de la música y el sonido, ya sea en el ámbito más técnico y profesional o a su uso más creativo, desde la música electrónica al mundo DJ. Con una vocación pionera, que fueron los primeros en ofrecer cursos integrales dedicados enteramente a la producción musical.

De Microfusa han emergido profesionales, DJS y artistas musicales con carreras consolidadas, miles de alumnos venidos de toda España y de todas las partes del mundo, ya que también se imparten cursos en inglés. Y a partir de este curso no sólo lo harán en el centro de Barcelona, sino también en la nueva escuela de Madrid.

En su nueva sede en Madrid se pueden realizar sus reconocidos diplomas de dos años de duración. Microfusa ofrece dos tipos de diplomas; uno en Producción Musical y un segundo en Técnico de Sonido. Estos cursos constituyen un completo ciclo formativo que dotan al futuro/a estudiante de conocimiento  práctica necesaria para ser un buen profesional en el sector de la industria musical y los sistemas de sonorización.

Además, los diplomas de Microfusa se pueden extender en un tercer año, para conseguir una titulación universitaria en el Reino Unido. Gracias al acuerdo y la colaboración conjunta con la Solent University, en Southampton (Inglaterra), los alumnos/as se gradúan con la titulación superior reconocida oficialmente por el Espacio Europeo de Estudios Superiores (EEES).

Además, en la escuela Microfusa se imparten cursos de un año de duración especializados en DJ, Música Electrónica o Tecnología de audio.

 

 

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