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Lexicon MX200. La genialidad de un maestro.

Lexicon Mx200Quienes se han montado un estudio en casa o los que querían poco a poco montar su equipo de sonido para directo con "poco" dinero, habrán utilizado alguna vez algún que otro procesador de efectos "barato". Durante tiempo, estas unidades solventaban la papeleta en algunas situaciones donde la exigencia técnica era casi nula, con reverberaciones absurdas o delays estrambóticos.

Pero por apenas un par de decenas de euros se podían poner colas a las cajas y aburrir al personal con incontrolables ecos del cantante. Por suerte, la tecnología avanza y gracias en parte al buen desarrollo de la tecnología digital, a la evolución constante y casi algorítmica de los DSPs pero también al fuerte ímpetu de algunos fabricantes, de vez en cuando aparece un producto que merece absolutamente toda nuestra atención. Créanme que cuando recibí el MX200 lo primero que pensé fue: "bueno, es de Lexicon, quizá no es tan malo como otros tantos efectos baratos que han pasado por mis manos".

Con muy mal ojo leí algunas de las doce frases eslogan que rezan en la caja de cartón de nuestro invitado: dieciséis reverberaciones legendarias exclusivas de Lexicon, compresor y De-Esser dbx, panel frontal intuitivo, unidad de efectos dual..., ¿dual? Sólo faltaba que por poco más de 200 euros la unidad de efectos en realidad fueran dos. ¿Qué calidad me esperaba?

LEXICON DE PURA SANGRE
Ya hace un par de años que disfruto de otro procesador de efectos "básico" de Lexicon. Lo hemos utilizado siempre como un recurso alternativo a alguno de los procesadores de efectos más populares en el campo directo, como el bien conocido SPX900 de Yamaha. A veces lo hemos descartado porque los algoritmos que esa unidad utilizaba no llegaban a nuestras pretensiones. Nuestro invitado, ¿estaría por debajo o por encima del viejo Lexicon? Sin duda, ya se lo avanzo, por encima, muy por encima.

La idea del MX200 es tremendamente buena. Son dos procesadores de dinámica independientes con un ingenioso sistema de ruteado que permite hasta cuatro configuraciones distintas. Por ejemplo, utilizar las dos entradas mono independientes para que cada canal sea utilizado por uno de los dos procesadores (un Hall y un De-Esser, por ejemplo, totalmente independientes), o dos envíos diferentes para que ambos compartan los dos efectos, o entradas mono para salidas estéreo o estéreo en todo su recorrido. Por un lado, facilita al ingeniero de sonido recurrir a dos efectos independientes, por otro realizar majestuosas combinaciones para una misma señal. Luego, en las pruebas, veremos un par de aplicaciones.

Claro está que por su precio no todo es oro. Démosle la vuelta a nuestro invitado y veremos cómo las entradas y salidas analógicas sólo están disponibles en jack (nada de XLR, ni adaptador de impedancia, etc.), aunque gracias al uso de DSPs para los efectos, se incluye una entrada/salida vía cinch en formato S/PDIF. Además, viene con funciones MIDI aunque será más útil, sobre todo en ambientes de estudio, la conexión USB. El equipo viene con un programa informático que automatiza todas las funciones y prestaciones de la unidad para su uso remoto, prestación atractiva tanto para los que tengan un estudio como para quienes quieran la máxima automatización en directo (eso sí, con el concurso de un ordenador personal).

FÁCIL DE USAR PERO CON MANUAL
El panel frontal es un ejemplo de cómo facilitar la faena a los ingenieros. Se divide en cinco zonas definidas: entrada, elección de efectos, control para cada uno de los dos procesadores y almacenamiento en memoria. Es posible recuperar 99 programas propios de fábrica y almacenar otros 99 definidos por el usuario. Más que suficientes.

No hay control de volumen independiente para cada una de las dos posibles señales de entrada, sólo un potenciómetro input, lo que implica que deberemos controlar el nivel de entrada desde la consola. Cuatro LEDs nos indicarán el nivel de entrada de cada canal, a -24, -12, -6 y 0 dB. Si optamos por la entrada digital se encenderá un quinto LED dedicado. Mediante un pulsador le señalaremos qué sistema de ruteado hemos elegido, algo que nos invitará a recurrir al manual de usuario como mínimo para averiguar qué indica cada uno de los cuatro posibles marcos. Le sigue un panel con todos los efectos disponibles (24 exactamente) cada uno de ellos flanqueado por un LED: verde para el procesador 1, rojo para el 2. Los efectos se dividen en Reverb (doce) y Delay/Effects (otros doce).

Cada procesador incluye un selector de efectos (una flecha hacia arriba o hacia abajo), tres potenciómetros de ajuste y dos botones: un TAP para los retardos y un bypass. Finalmente, la sección de memoria, con una pantalla LCD de dos dígitos, un potenciómetro infinito para la elección de dichas memorias y dos botones: Store para almacenar nuestras configuraciones en memoria y el divertido aunque poco efectivo Audition. Este botón lanza cada vez uno de los cuatro sonidos almacenados, que previamente pasarán a través de los dos efectos según el modo de ruteado elegido. Los sonidos son un bombo, una caja, un aro de caja y una voz. Digo que son poco útiles pues sólo sirven como referencia, siendo mucho más preciso "escuchar" el efecto con el sonido que estemos utilizando. Pero como herramienta temporal puede tener su efectividad relativa.

No quiero seguir sin antes recordar que se trata de una unidad de 1 UR de altura y 19" de ancho, con la fuente de alimentación externa.

EFECTIVA EN USO
Debido a su magnífico rendimiento, reconozco que he utilizado nuestro invitado en más de una ocasión. Se lo merecía. La primera prueba consistió en insertar el efecto en un canal de caja (utilicé para captar el sonido el siempre efectivo SM57). Fíjense que en vez de utilizar una salida auxiliar, simplemente inserté un jack estéreo al canal y ambos terminales opuestos, en mono, al Lexicon.

En el Procesador 1 elegí el Compresor, mientras que en el 2 un Drum Plate. En función del tipo de efecto elegido los potenciómetros de cada procesador toman uno u otro ajuste. En el caso del compresor, el primer potenciómetro corresponde al Threshold (de -70 a 0 dB), el segundo a la relación de compresión (1:1 a 1:Infinito) y el tercero a la ganancia (de 0 a 12 dB). En el caso del Drum Plate, los controles ajustan el PreDelay, el Decay y el Liveliness. Cada vez que modificamos el valor de un potenciómetro se activan los LEDs de color en función del procesador elegido y en la pantalla LCD de las memorias se visualiza, momentáneamente, el valor que estamos modificando.

Evidentemente, un ingeniero habituado a trabajar con efectos no tendrá porqué recurrir siempre al manual de usuario para comprender qué está modificando cada vez que elige un efecto diferente, ya que los ajustes son los tradicionales y bien conocidos por todos.

Claro está que todavía utilizando un esquema de compresión dbx (del que, personalmente, considero ejemplares en cuanto a compresión), el control de la dinámica no es del todo preciso como uno quisiera (por ejemplo, no podemos modificar el tiempo de ataque o el codo knee), pero la verdad es que el resultado es muy bueno. Y es que en este primer ejemplo, la caja cobró una vida inusitada para un procesador de efectos como este Lexicon. Magnífico. Pude controlar bastante bien la dinámica/compresión, así como añadirle el efecto Plate deseado con un resultado muy elegante.

En otra ocasión decidí utilizar el envío independiente para dos efectos independientes. Mediante dos salidas de auxiliar de la consola, alimenté las dos entradas del Lexicon, utilizando el procesador 1 para la entrada L y el procesador 2 para la R. La salida del Lexicon en estéreo volvía a una entrada estéreo de la consola. Habrá quien considere que esta configuración no es del todo independiente y quizá debería pensar que no. Hasta la última etapa, las dos señales son totalmente independientes y la aplicación de los efectos también. Sólo al final las dos señales se suman y salen "juntas" por sendas salidas, controlando yo el nivel final en función de la mezcla con el potenciómetro correspondiente en mi consola. Si hubiera elegido el modo de enrutamiento 1, tendría la entrada, el procesado y la salida independientes, pero no un efecto estéreo; sino dos monos. Con el modo 4 de ruteado consigo no sólo mantener los efectos con la misma precisión, sino ganar mucho en imagen estéreo al conseguir una apertura escénica superior. De hecho, si utilizara las dos salidas en mono terminaría sumándolas de nuevo para la mezcla final. Como inconveniente, la necesidad de tener un mayor cuidado en el envío de las dos señales a través de auxiliares, ya que mandan bastante en el nivel de salida final. En cualquier caso, excelente rendimiento de las dos reverberaciones empleadas.

Finalmente, la tercera prueba era una mezcla de las dos anteriores. Por un lado, recurría a una entrada mono única a través de auxiliar para una salida estéreo, mientras que utilizaba los dos procesadores al unísono. La diferencia es que probé algunos de los 99 programas prefijados de fábrica. Como en todo equipo similar, dos de las páginas del manual indican qué valor y efectos ejercen cada memoria, siendo recomendable imprimir esas páginas y llevarlas siempre de bolo. Por ejemplo, la memoria 17 Rich drum hall configura el procesador 1 como compresor y el 2 como Drum Hall. Evidentemente, podremos modificar los valores a nuestra voluntad, e incluso almacenar el resultado en alguna de las 99 memorias libres. En total hay 99 memorias de fábrica, de las que una treintena pueden resultar bastante útiles, el resto para jugar cuando el grupo que toca invite a ello.

USO REMOTO
Mediante el protocolo MIDI podremos controlar a distancia todas las prestaciones de este Lexicon. Para ello o bien elegimos los puertos MIDI tradicionales o la conexión USB. Un programa informático nos permitirá controlar absolutamente todos los valores, gracias a una interfaz bastante bien lograda. De esta manera, y con un poco de pericia, podremos conseguir infinidad de memorias a medida e incluso controlarla a tiempo real en función de una línea de tiempo, algo útil en un estudio de grabación.

CONCLUSIÓN
Sin duda creo que el MX200 de Lexicon se merece una prueba por todo ingeniero y técnico, pues quedarán sorprendidos por su excelente calidad al precio de venta recomendado. Esconde un tremendo potencial que facilitará la creación de mezclas ricas y completas. Además, la sencillez de este aparato esconde una electrónica cuidada, sin duda gracias a lo lejos que ha llegado la marca, Lexicon, en procesadores mucho más completos y precisos (algunos de ellos, simplemente geniales). Juzguen ustedes al MX200, yo sólo les digo que más que defraudarles, les sorprenderá.

 

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