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Ritmos del mundo (segunda parte)

  • Publicado en Didáctica baterias

Es un placer volver a encontrarme con vosotros para continuar con el largo y apasionante viaje que emprendimos juntos en el anterior número de la revista.
En esta ocasión, nos desplazaremos hasta el segundo continente más extenso de nuestro planeta: América.

El continente americano se extiende desde el Océano Glacial Ártico por el norte hasta el Cabo de Hornos por el sur, y fue uno de los más tardíos en ser poblado por el ser humano. Su historia aún permanece llena de interrogantes. Fue la única porción de tierra en el planeta que tuvo un desarrollo humano aislado hasta su encuentro directo con las culturas de Europa, África y el resto del mundo. El vikingo Erik el Rojo fue uno de los primeros en alcanzar este continente llegando a Groenlandia, y Cristóbal Colón, desde España, el encargado de iniciar la época de colonización.

Sería una tarea casi imposible detenerme y observar la forma de entender la música en cada una de las sociedades que vivieron o viven en este continente, y resulta difícil hacer una síntesis de tanta variedad rítmica existente en esta zona de la tierra.
Analizaremos el ritmo de los Inuits en la América más septentrional, los tambores y tradiciones de los Indios nativos, la riqueza musical de América latina sin olvidarnos, por supuesto, de la música caribeña, representada en este artículo por Cuba, Jamaica, Trinidad y Tobago así como la influencia africana que existe en muchos de sus estilos y géneros musicales.

Comenzaremos nuestra andadura musical por el frío norte, en el congelado suelo de Groenlandia, donde los Inuits se desenvuelven con una naturalidad y calma asombrosa.

Norteamérica
La etnia Inuit, conocida aquí como esquimales, vive en las tundras del norte de Canadá, Alaska y Groenlandia. Desarrollan una vida nómada, siguiendo las migraciones de los animales que cazan, entre los cuales podemos encontrar los caribúes, osos, ballenas y focas.

Este pueblo de arraigadas costumbres utiliza la música de una manera muy espiritual, realizan cantos y danzas para mantener la armonía entre el hombre y lo sobrenatural.
Una de ellas es la danza del tambor. Este instrumento de naturaleza sagrada para ellos, lo tocan los chamanes para sus rituales de adivinación, para inducir al trance o para muchas de las celebraciones o acontecimientos de la vida de estos habitantes del Ártico.
Consta de un solo parche y es parecido a los panderos, normalmente fabricado en piel de animal y con la característica de tener una especie de empuñadura para su utilización de forma adecuada, ya que en lugar de golpear el parche, se percute el aro de madera.
La base rítmica de estas danzas y cantos suele ser de naturaleza binaria y simplemente varía la intensidad y el tempo en la ejecución.
Algunos artistas de música Inuit que podemos escuchar son: Charlie Ningiuk, Henoch Townley, Laina Tullaugak, Qimutjuit Band, Tudjaat, Tanya Tagaq o Nuuk Posse.

Continuamos el viaje descendiendo de las zonas más septentrionales hasta encontrarnos con los vestigios de antiguas tribus de indios norteamericanos. Los Indios Cree, entre su filosofía, guardaban esta profecía: “Sólo cuando se haya talado el último árbol; sólo cuando se haya envenenado el último río; sólo cuando se haya pescado el último pez; sólo entonces, descubrirá el hombre blanco que el dinero no es comestible”.

Las danzas y cantos formaban parte de la vida diaria de los indios que creían que el ritmo estaba presente en cada una de las cosas que sucedían a su alrededor. El pulso que seguía su música estaba basado en el latido del corazón, y sus tambores circulares imitaban éste de forma magistral. De hecho se sabe que existe el ritmo de “el que camina”, de dos tiempos, y de “el que corre”, cuatro tiempos. Son patrones básicos donde simplemente cambia la acentuación o se hacen sincopados.

Dependiendo de la tribu en cuestión podemos encontrar diferentes tipos de tambores, todos fabricados con pieles de animal pero de diferentes características. Los Ojibwa utilizaban uno de tipo octogonal y otro de dos parches parecido al bombo legüero sudamericano; los Iroquois tenían un tipo de tambor que se llenaba con agua para variar su sonido; también creaban, en distintas etnias, instrumentos o tablas a partir de troncos de cedro para acompañar los cantos ceremoniales a la tierra o a los animales sagrados.
Aún hoy los descendientes de estos indios se siguen reuniendo en los Pow Wow, eventos donde los nativos y no nativos se reúnen para cantar, bailar, socializar y brindar respeto y honor a la cultura india Norteamericana.

En cuanto a grabaciones, no son muy abundantes, pero sí os puedo dejar algunos nombres de artistas actuales representativos: Walela, R. Carlos Nakai, Peter Kater, Joanne Shenandoah, Buffy Sainte-Marie, Johnny Whitehorse, Brulé, Scott Fitzgerald o Coyote Oldman entre otros.

Una vez llegados los colonos europeos, y con ellos la exterminación de gran parte de la población autóctona, la música también se ve afectada y comienza la amalgama de ritmos y sonidos que dan como fruto la variedad de estilos que hoy podemos ver en la música norteamericana, como son el Blues o el Jazz, herencia de esclavos africanos, el Country, Bluegrass, Rock, Funk, Soul, etc.

Centroamérica y Antillas
La llegada de los españoles a América fue fundamental para el desarrollo de la música latina. La gran variedad de pueblos que englobaba el imperio español y sus variados géneros musicales, contribuyeron a desarrollar patrones y cantos que hoy todavía perduran, sirvan como ejemplo los boleros, vallenatos o corridos.

Dentro de Centroamérica podemos encontrar países como Costa Rica, con un sinfín de influencias en sus ritmos, como son el tambito, la parrandera, el vals, el bolero, la cuadrilla o el mento. Algunos instrumentos típicos de este país son el quijongo, la marimba, las ocarinas, el bajo de cajón, el sabak, las flautas de caña, el acordeón, la mandolina y la guitarra.

En Panamá, por otro lado, existe el "pindín" como patrón típico, en el que se suele utilizar el acordeón como instrumento principal. Otro ritmo popular es la danza de los congos, en la región norteña, la cual está influenciada fuertemente por elementos africanos y antillanos.

Algunos grupos o artistas de estos dos países son: Editus, Suite Doble, Las Tortugas, Manuel Obregón, Ulpiano Vergara, Roque Cordero, Jaime Ingram, Eduardo Chanpertier hijo, Damian Carles y Priscilla Filos.

En Trinidad y Tobago (hablamos ya de las Antillas) existe un carnaval que compite en fama con el de Río de Janeiro y donde podemos escuchar el Calipso, patrón derivado de la antigua canción satírica, con la que los esclavos se burlaban de sus amos. Acompañados de flautas, maracas y primitivos banjos, se establecieron competiciones en las que se rivalizaba en elocuencia y sarcasmo. Se extendió por las demás islas e internacionalmente gracias a Harry Belafonte, en su versión más suave.

Al prohibirse el uso de tambores se estimuló la búsqueda de cualquier objeto percutible como latas, cubos de basura y, sobre todo, bidones de petróleo de las bases militares estadounidenses, que artesanalmente trabajados conseguían toda la escala tonal. Estos steel drums gozan de gran popularidad y existen innumerables steelbands en las islas.

En toda steelband existe una especie de capitán o maestro de ceremonias, algunos de los más famosos son: Rudolph Charles alias Charlo (Desperadoes), Neville Jules (Trinidad All Stars), Ellie Mannette (Invaders), Philmore Boots Davidson y Kenny Hart (City Syncopators), Michigan (City Symphony), Oscar Pile alias Bogart (Casablanca), Winthrop Thomas (Joyland Synco), Kim Loy (Hilanders), Earl Rodney (Harmonites).

Adentrándonos ya en Jamaica, lo primero que debemos mencionar es el nacimiento del reggae, donde la acentuación del tercer tiempo de cada compás es su característica principal. Todos conocemos este genero musical y a su representante más importante, Bob Marley. El reggae, como sus antecesores, el rocksteady y el ska, se desarrolló influido por otros estilos que se escuchaban en Jamaica, basándose en sonidos Afro-Norteamericanos como el rhythm & blues, o de origen Afro-Caribeño como el Calipso, ska y otros ritmos antillanos. Algunos de los intérpretes más conocidos del género son el citado Bob Marley, Peter Tosh, Jimmy Cliff, Steel Pulse, Bunny Wailer, Black Uhuru, Lucky Dube, Eddy Grant.

Y desde Jamaica nos trasladamos hasta Cuba, donde La Habanera, el Guaganco, la Troba, Mambo, Cha, Cha, Cha, el Son, Danzón, o la Guajira, son sólo algunos de los variados estilos musicales. Aquí convivieron e interactuaron desde el temprano siglo XVI romances, puntos, zapateos, tonadillas y ritmos congos, yorubas, carabalíes, arará, a la par de los cantos religiosos de varias corrientes. Todas estas influencias, más las que posteriormente se fueron sumando, forman hoy día una cultura rítmica envidiable.
Algunos representantes de estos ritmos y su música son: Ibrahim Ferrer, Rubén González, Orquesta Irakere, Chano Pozo, Compay Segundo, Celina & Reutilio, Silvio Rodríguez, Ernesto Lecuona, Pablo Milanés, Omara Portuondo, César Portillo de la Luz o Chucho Valdés.

Sudamérica
Y de la zona caribeña viajamos hasta Perú, Bolivia y otros importantes enclaves de sudamérica, donde la cultura indígena tiene una gran presencia y el pasado colonial y la época precolombina fueron clave en el desarrollo cultural, contribuyendo a la formación de la música que hoy podemos escuchar en esta zona del mundo.

El tango de origen argentino-uruguayo, la samba y la bossa nova brasileña, la cumbia colombiana o el landó peruano son sólo algunos ejemplos de los estilos musicales más llamativos o predominantes.

Como os podéis imaginar, existe una gran variedad de instrumentos musicales dentro de esta tierra tan extensa, pero si nos centramos en su carácter tradicional, estos son algunos de ellos: El erke, la quena, la anata, el situ, el bombo, la caja, el kultrún, el ápel, el tambor de agua, el anguaguásu, el pinguyo, el rabel, el michirái, el charango, o el takuapú.

Claro está que para los géneros actuales, los instrumentos utilizados tienen poco que ver con los citados anteriormente y, en lo referido a la percusión, hoy por hoy podemos escuchar tumbadoras, güiros, claves, cencerros, maracas, bongoes, timbales, platos, panderos, el cajón peruano, o la cuica brasileña, entre otros.

Si echamos un rápido vistazo hacia Perú debemos hacer mención a “El Festejo”: ritmo festivo típico, representativo del mestizaje negro peruano vigente en Lima e Ica, cuyo ritmo suele ser rápido, en compás de 6/8 y normalmente se toca con el cajón peruano.

Además, no debemos olvidarnos del Candombe, en Uruguay. Un patrón surgido de la mezcla étnica y fusión de ritmos de los negros africanos llegados como esclavos a las costas de Montevideo. Se toca con tres tambores de madera, de tamaños y sonidos diferentes. El más agudo se llama "Chico", el mediano "Repique" y el de sonido más grave "Piano".

Y por último nos detendremos en Brasil y concretamente en su “samba batucada”, de origen africano y que se ha hecho mundialmente famosa por el carnaval de Río de Janeiro. De ritmo sincopado con compás, normalmente, binario y rápido, va ligado siempre a la danza y se ejecuta en grupos que bailan en círculos o en dobles líneas. En su versión de baile de salón, la samba tiende a caminar hacia la rumba.

Algunos de los autores más conocidos de sambas son los brasileños Chicinha Gonzaga, Tupinamba, Ernesto Nazareth, o José Barbosa da Silva. Dentro de las corrientes más actuales destacan Vinicius de Moraes, Milton Nascimento, Chico Buarque y Maria Bethania.

Hasta aquí nuestro viaje de hoy, nuestra siguiente parada… Oceanía.

Hasta pronto.

“La música es un eco del mundo invisible”. Giuseppe Manzini (filósofo italiano).

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