Kawai MP-8, teclados hechos con responsabilidad
- Escrito por Ignacio Martín Sequeros
- Publicado en Teclados y síntesis
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Una de las primeras cosas que llama la atención del MP-8 es el tacto de sus teclas, cuyo aspecto, y sobre todo su contrapesado, dan sin duda la sensación de estar tocando sobre un piano convencional, incluso de los de cola, bastante logrado con respecto a intentos de la competencia y en lo que quizá KAWAI es todo un líder referente. Descubramos más detalles de esta versión del 2007
El MP-8 no contiene altavoces, por lo que para escucharlo necesitaremos amplificar su señal de audio externamente, o bien oírlo a través de unos auriculares que se insertan por delante, a la izquierda y bajo el teclado musical. Pero si lo conectamos con corriente eléctrica y amplificamos su señal de audio, el primer sonido que nos entrega de PIANO DE COLA... es IMPRESIONANTE. Quizá en esto tiene mucho que ver su muestreo (como en el resto de la competencia, por supuesto), pero luego parece que han hecho un algo distinto con su resonancia, de modo que con ese sonido y con la sensación de nuestras manos al pulsar sus teclas... ciertamente es de lo más parecido a encontrarse tocando un buen piano de cola convencional, pero sin dejar de ser un buen teclado electrónico. Emplea, dentro de su maquinaria, un sistema de martillos para cada tecla que, mecánicamente, sí se parece bastante al que se usan en los pianos convencionales. Esto supone al acabado un peso general superior al de la mayoría de teclados electrónicos de esta línea. Pero su resultado sí merece el esfuerzo.
¿Qué cosas se incorporaron en el MP-8?
| Teclado con 88 teclas de madera, similares a las que se montan en los pianos clásicos o más convencionales “analógicos” |
| Tiene incorporados 256 sonidos, entre los que está aquel soberbio “piano de cola” que antes comentaba |
| Si reajustamos alguno de esos sonidos, podrán ser de nuevo guardados. |
| Es también un poderoso teclado maestro (también para trabajar por MIDI), cuyo teclado se puede dividir en cuatro zonas (cada una para ejecutar con sonidos diferentes). |
| Cada una de esas cuatro zonas podrá contener alguno de sus 256 sonidos internos (INT) o externos a través de MIDI (EXT), o bien ambas cosas mezcladas (BOTH). |
| Su alta polifonía (notas que podrán sonar simultáneamente) es de hasta 192 notas. |
| Dispone de 20 tipos de efectos, más siete de reverberaciones, que podremos combinar a nuestro gusto son sus sonidos internos. |
| Su ecualizador funciona a cuatro bandas. |
| Visualiza todas las operaciones en una pantalla LCD de 16 x 2 y con luz trasera. |
| Puede cambiarse fácilmente el tono general, en hasta 24 semitonos hacia arriba o hacia abajo y, por lo tanto, también es posible alterar sus octavas. |
| Tiene por detrás conectores estéreo de salida de señal de línea, tanto del tipo ¼” como del tipo XLR, así como para auriculares. |
| Conexiones típicas DIN para MIDI IN/OUT/THRU, pero funcionará mejor en MIDI junto a un computador, usando la conexión USB, también prevista aquí. |
| Medidas: 1.466 (ancho) x 442 (fondo) x 189 (alto) mm. Pesa 32 Kg. |
| Además de un manual muy detallado y en varios idiomas (también en español), incluye de serie un gran atril plegable, su cable de corriente y un pedal doble (F-20) de gran tamaño. |
| Podremos reprogramar con facilidad las funciones posibles de este doble pedal, usando los controles generales, bien para “sostener” el sonido de las notas, para apaciguarlas u realizar otras funciones relativas al MIDI o a su control (grabación de eventos, etc.). |
| Cuando usemos funciones de “Leslie”, por ejemplo con los sonidos de órgano típicos del tipo de Hammond (también aquí previstos), podremos alterar la aceleración de esos “altavoces rotatorios” a nuestro gusto, así como su “velocidad de giro”. |
| Podremos bloquear en cualquier momento algunas de sus funciones en varias de sus opciones, para evitar acciones inoportunas de los elementos periféricos. Por ejemplo, bloqueando la acción de las ruedas de PITCH o la de Modulación, así como la acción de los pedales, si no queremos que eso influya accidentalmente en un momento dado en que realicemos otro tipo de ajustes o funciones sobre la máquina. |
Algunos de sus sonidos
Además de ese “piano clásico” ya comentado, tiene muchos otros excelentes sonidos y con cierta generosa originalidad. Por supuesto, posee muchos sonidos típicos de teclados en estilos de Rhodes, pianos “analógicos”, pianos eléctricos, de clave, otros muy logrados de órganos, cuerdas, metales, etc. Hasta también de percusión, pero en forma de KIT, para ser manejados a través del MIDI, ya que esta máquina en sí no dispone de secuenciador de ritmos, aunque sí de un metrónomo ajustable. Entre sus sonidos me han llamado la atención, además de ese muy comentado de piano clásico inicial y entre sus 255 restantes, los denominados como:
| JAZZ-ENSEMBLE.Se trata de un juego de “voces humanas”, mixto, de hombres y mujeres. Cuando se pulsan suavemente las teclas suenan dulces como un “huuu...” y cuando se hace con más dureza “rompen” como en un “waaavv”, a veces con una cierta “brusquedad interpretativa” que sorprende agradablemente. Con un poco de práctica en esta opción de sonido y “a tiempo real” pueden interpretarse simultáneamente curiosas melodías y coros de acompañamiento, con sólo moderar las presiones que hagamos con unos u otros dedos en la intensidad de expresión sobre esas teclas. |
| FEMALE SCAT.bSimilar en lo sorprendente y modo anterior, pero dominando en mayor medida las “voces femeninas”. |
| SUPER T-EP. Es un sonido del tipo Rhodes de estilo muy sobrio y enérgico, para marcar un ritmo sólido incluso sólo con ese sonido. |
| FUNKY LATIN. Un tipo de órgano con cierta fuerza de percusión agradable y dominante. |
| CRYSTAL CLAVI. Es un tipo de clavicordio muy rítmico, excelente opción para hacer música de estilo FUNKY. |
| 60’s MET 80’s. Otro tipo de opción en sonido tipo Rhodes con gran atractivo acústico |
| BEAUTIFUL STR.- Un tipo de cuerdas orquestales que adornarán de forma muy agradable a muchos de nuestros estilos interpretativos, especialmente los más expresivos y dulces. |
¿Para qué un MP-8?
A mi juicio, como primera opción, serviría como una excelente sustitución a la compra de un piano convencional para un estudio o lugar de trabajo donde se pretendan realizar una carrera de piano. Este pesaría mucho menos que aquel, su digitación es muy semejante, no requiere afinaciones, podríamos usarlo a través de auriculares (sin molestar a la vecindad); eso sí, requiere un sistema adicional de amplificación, pero también podríamos engancharlo a un equipo de audio “casero” que tengamos próximo y, mejor, con otro equipo algo más estudiado y adecuado a nuestra comodidad. Su sonido principal de “piano de cola” sería entonces mucho más poderoso que el que hubiéramos obtenido con aquel piano de pared o convencional “analógico”, pero además, con este tendríamos otros 255 excelentes sonidos, muy agradables para según qué temas y diferentes al “piano clásico”.
Además, puede servirnos como excelente “teclado maestro MIDI” para enlazarlo y trabajar con el ordenador, e incluso como fuente de sonidos para escuchar temas grabados en sistema MIDI.
Puede también ser una excelente opción sobre un escenario: más fácil de guardar cuando no se use, más resistente a cambios bruscos de temperatura que un piano convencional, cosa muy frecuente, por ejemplo, dentro de un teatro a veces lleno y muchas veces vacío. Siempre estará a punto sin requerir afinaciones y podrá sonorizarse con comodidad a través de los equipos de audio instalados en la sala (por ejemplo hacia una mesa de mezclas).
Salió al mercado con un precio de 2.500 €, que podría ser comparable al de un piano convencional de pared del tipo medio-bajo y sin demasiadas pretensiones en su categoría (con un solo tipo de sonido...). El tipo de tacto de teclado en el MP-8 es mucho más eficaz, por su dureza y tamaño, para el estudio de una “carrera de piano” que el que solemos encontrar en la mayoría de los teclados electrónicos y, por supuesto, en muchísimos sintetizadores, en general mucho más blandos, con lo que luego nos es difícil encajar nuestros dedos, por ejemplo a la hora de efectuar un examen sobre nuestro aprendizaje, usando en ese momento un “piano convencional”.
