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Gibson Dusk Tiger. ¡Hasta el infinito y más allá!.

Para ser sincero, la guitarra que tengo delante de mí no es nada común. La mires por donde la mires, tiene montones de elementos para comentar, aunque a primera vista parezca simplemente una Les Paul del futuro. Volveré a mencionar este aspecto en mi conclusión, ya que creo que es el punto donde he encontrado mayores discrepancias entre los usuarios de los foros que he visitado. Con la nueva Dusk Tiger, Gibson ha dado un paso más en la innovación que supusieron las series Robot y, en particular, la Dark Fire, su predecesora.

Algunos elementos de la guitarra son innovaciones de otros ya existentes, como el sistema de afinación y tonos (MCK II), mientras que otros son totalmente nuevos (circuito LP-Z). La característica principal de la Dusk Tiger es la de dar al guitarrista un abanico de posibilidades sonoras y de afinación tanto en directo como en estudio que van más allá de lo que una guitarra “convencional” puede proporcionar. Todo ello con la máxima facilidad de uso.

Imagina una guitarra con la que poder cambiar de afinación con un solo movimiento de la mano dentro del mismo tema, acceder a bancos de diferentes sonidos de pastillas con la misma facilidad, disponer de un sistema piezoeléctrico de alta calidad para tener sonidos acústicos, así como rediseñar todos esos bancos de afinación y de sonidos a través de un software específico en nuestro ordenador.

Seguro que llamará a la puerta de nuestra curiosidad… Eso está ocurriendo con la mía en este momento.

Desde fuera…
La Dusk Tiger llama la atención sin lugar a dudas. En particular destacan el acabado frontal (con el veteado en marblewood y ébano vista), los controles de volumen metálicos con la parte superior en abalón, el golpeador en espejo con una forma poco usual, dos pares de colmillos nacarados incrustados en los trastes 5 y 12, así como el acabado tipo tigre en nitrocelulosa de la parte trasera. Todos estos elementos le dan un aire Glam que no pasa inadvertido, pese a que mantiene las proporciones de una Les Paul.

El selector de pastillas típico de tres posiciones guarda un pequeño secreto, ya que se puede girar de izquierda a derecha para seleccionar la mezcla de las pastillas con el piezo del puente para obtener más o menos sonido acústico o eléctrico. En la parte trasera encontramos, bajo la tapa de plástico desde donde se accede al circuito de las pastillas, una batería recargable que alimenta todo el sistema electrónico de la guitarra. Incluye el cargador y otra batería de recambio, por lo que no deberíamos preocuparnos de este aspecto en un principio.

Un último elemento que resaltar en este vistazo exterior de la Dusk Tiger es el denominado circuito LP-Z, a través del cual conectamos el cable. Hay tres posibilidades de conexión de la guitarra al amplificador: con un cable clásico jack mono, con uno estéreo o con un XLR. El sistema LP-Z permite a través de un switch optar por un modo pasivo o activo. Hay una gran diferencia de señal cuando conectas el modo activo, por lo que en conexiones con cables muy largos puede ser de gran utilidad. Se nota un pequeño realce de las frecuencias medias en esta opción, por lo que hay que tenerlo en cuenta si somos muy tiquismiquis con estas cosas.

El sistema MCK (Master Control Knob)
Es sin duda el elemento que hace que la Dusk Tiger sea totalmente diferente, en cuanto a posibilidades sonoras. Este sistema es una actualización del que montaba la Dark Fire y es que se han mejorado especialmente la respuesta a los presets y la sencillez del manejo.

El MCK se activa mediante un sistema pull/push; tiramos del potenciómetro e inmediatamente se encienden las lucecitas que nos indican que “funciona”. En ese momento accedemos al modo afinación (color azul), aparece la letra “S” que nos indica afinación estándar. Con un simple toque sobre las cuerdas, las clavijas de la pala comienzan a moverse hasta que encuentran la tensión correspondiente a la afinación que le hemos indicado. Si os soy sincero, este asunto asusta un poco al principio... Tantos años moviéndolas con la mano no desaparece de la noche a la mañana. La guitarra viene con 11 presets de afinaciones para todos los gustos: abiertas, con la sexta en D, medio tono por debajo de la afinación estándar... y las que nosotros nos podamos inventar. Requiere un poco de práctica el cambiar de afinación dentro de un mismo tema, pero por poder se puede.

Si pulsamos hacia abajo ligeramente el MCK accedemos al banco de tonos (sonidos de pastillas). De igual manera, girando el potenciómetro de izquierda a derecha vamos pasando por los diez sonidos programados de fábrica. Como referencia vienen nombrados para hacernos una idea de a qué suena: Les Paul ´58, ´55, ´60. ES-335... y en la posición “A”, sonido acústico del piezo. Nunca he sido amigo de nombrar los sonidos de los presets con el nombre de “lo que emulan”, porque crea un efecto de rechazo a priori respecto a lo que vamos a oír. Cuántas veces hemos oído: “eso no suena a una Les Paul del 58 ni por asomo”... Ya, pero ¿te gusta o no el sonido? De hecho, he probado los presets sin mirar el nombre, me di cuenta de que había una tabla de nombres de presets cuando estaba escribiendo el artículo. Mis favoritos fueron el 2 y el 5, ambos con la pastilla del mástil. Graves muy definidos, algo más pastosos en el 5, pero muy presentes.

La opción A (acústico) merece que le dedique unas líneas. Me gustó el sonido, no suena a plástico como habitualmente suele ocurrir con los piezos en las guitarras eléctricas (y en muchas acústicas), el sonido es rico y agradable al oído. Digo esto porque, de la misma manera que he dicho lo del nombre de los presets, la palabra “acústico” aquí también me gusta bastante poco. Posiblemente habría que inventarse una para una guitarra eléctrica que suena a través de un piezo... ¿electropiézico?,¿elecústico?... en fin.

Existen dos opciones más si pulsamos el MCK: amarillo y rojo. Con la opción en amarillo podremos tener las dos anteriores a la vez, y en rojo podemos optar por afinar cuerdas de forma individual y acceder al software de edición de sonidos.

Software de edición de sonidos Chameleon
A través del software de edición Chameleon podemos crear afinaciones y sonidos mediante un ecualizador paramétrico de cuatro bandas y, a continuación, almacenarlos en los presets de la Dusk Tiger. Todo ello lo controlamos mediante una interfaz (Robot Interface Pack) a la cual conectamos la guitarra y esta a nuestro ordenador mediante un cable firewire. El software es realmente fácil de usar, muy intuitivo especialmente si ya estás familiarizado con el mundo de la grabación en casa.

En este último aspecto, la grabación, la Dusk Tiger también viene bien equipada, ya que incluye el software Ableton Live Lite 8 y el famoso Guitar Rig Pro 4.

Lo que realmente nos interesa ¿cómo suena?
Llegamos al punto más importante del instrumento, todos sabemos que por mucho que nos atraiga el envoltorio y los accesorios, al final el que manda es nuestro oído.

En este aspecto, la Dusk Tiger cubre las expectativas que uno puede esperar, especialmente si previamente hemos tenido la oportunidad de tocar a su predecesora, la Dark Fire. Ambas son muy similares en cuanto a sonido básico, solo que la Dusk Tiger tiene más posibilidades.

La guitarra viene equipada con una P90H en posición del mástil. Como todos sabemos, la pastilla P90, pese a ser single, tiene un nivel de salida muy característico, aunque mantiene ese “hum” típico de las pastillas single. En teoría este modelo “H” de las P90 ha disminuido ese hum. Sin embargo, en la guitarra que tengo entre mis manos no he apreciado esta característica. He probado con distintos cables, situaciones eléctricas y nada. De todos modos, me reconozco fan de las P90, con ese sonido tan presente, definido y con un brillo justo en su medida, y esta P90H mantiene esas características.

En la posición del puente la guitarra viene equipada con una Burstbucker 3. Se trata de una pastilla humbucking de la familia Burstbucker basadas en el sonido Les Paul ´59. El modelo 3 que monta la Dusk Tiger es la de mayor salida y presencia de las tres, y con el sonido más moderno. Las sensaciones con esta pastilla no han sido las mismas que con la P90, menos definida, algo más lejana y mate. Mezclada con la P90 sí se obtenían sonidos interesantes, con la ganancia del amplificador en niveles medio-bajos para sonidos rítmicos sucios.

Conclusión
Como he comentado al principio del artículo, la Dusk Tiger es una guitarra que no pasa desapercibida. Se trata de una edición limitada a 1000 unidades, por lo que aparte del valor de la guitarra en sí y sus prestaciones, uno obtiene un instrumento de alta calidad. Bien es cierto que no es una guitarra barata, pero ¿dónde encontramos una Gibson barata? Y si de pronto la encontrásemos pensaríamos… mmm... ¿qué raro?, ¿dónde está el truco?

El problema que he visto más repetido en los foros que he visitado es la eterna discusión de la evolución vs. tradición. Por un lado y conociendo la naturaleza de los guitarristas ¿no criticaríamos la falta de nuevas ideas?, y por otro nos echamos las manos a la cabeza ante arriesgadas propuestas. Entiendo ambas partes siempre que se hable con conocimiento de causa, cosa que no ocurre casi nunca. Valoramos las cosas sólo con ver una foto, y todos sabemos que eso en el mundo de los instrumentos es nada. ¿Cuántas veces hemos dicho eso y, más adelante, el destino ha puesto en nuestras manos esa guitarra que hemos criticado tanto, haciéndonos tragar esa opinión negativa que teníamos para que pase a ser uno de nuestros instrumentos favoritos? A mí me ha pasado y, desde entonces, intento valorar las cosas probándolas. Entiendo también que el aspecto externo no es tan “aséptico” como el de cualquier Les Paul, que podemos ver colgada tanto en el cuerpo de Peter Green como en el de Ace Frehley. Pero aquí ya entra el gusto de cada uno.

Cualquiera que se plantea adquirir una guitarra como esta, tiene claro lo que busca, qué es lo que necesita y qué espera de ella. Por eso es importante tomarse su tiempo en investigar todas las posibilidades que abarca la Dusk Tiger, ya que son muchas.

Independientemente de todos estos asuntos de difícil arreglo, la Gibson Dusk Tiger es una guitarra de muy alta calidad, bastante cómoda de tocar, con interesantes prestaciones que abarcan de sobra las necesidades del guitarrista de rock del siglo XXI.

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