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Electro Voice RE410 y N/D967. Una alternativa.

ElectroVoice "sólo" suma 75 años en el campo del sonido directo, siempre con productos tecnológicos de diseño avanzado destinados a satisfacer las demandas de sus usuarios. A diferencia de otras marcas también conocidas, ElectroVoice incluye en su catálogo no sólo micrófonos, también cajas acústicas y amplificadores. Pero aquí nos centramos en los primeros, los micrófonos, y en concreto en el RE410 de condensador y el N/D967, ambos para aplicaciones de directo básicamente. ¿Es ElectroVoice una marca de prestigio? Como anécdota, fíjense en la serie "Frasier" y la marca del micrófono que usa su protagonista en su estudio radiofónico; o reconocer que Neil Amstrong, allá en 1969, utilizó un micrófono ElectroVoice para decir su famosa frase cuando llegó a la luna. Volvamos al planeta azul.

Marca ElectroVoice
Personalmente, cuando alguien me habla de un micrófono ElectroVoice siempre me viene a la cabeza lo mismo: sus capuchas de forma característica y sus empuñaduras suaves al tacto y resistentes al roce. Y es así como nuestros dos invitados nos llegan para su prueba. Ambos con esa empuñadura característica y duradera (un par de viejos ElectroVoice que deben sumar unos cuantos años y centenares de bolos así lo confirman), y ese aro de plástico que protege la capucha de golpes indeseados. Por cierto, en el N/D967 el aro de plástico (en este caso, de color amarillo) puede desmontarse, quizá permitiendo colocar otro aro de otro color, lo que facilitaría la identificación del micrófono desde una distancia prudencial (por ejemplo, desde FOH reconocer el canal del ElectroVoice "rojo", ElectroVoice "amarillo" o ElectroVoice "azul"). Lástima que al querer recolocar de nuevo este aro la tarea no sea del todo fácil.

Al igual que la gran mayoría de micrófonos para directo (por no decir todos), la conexión se realiza mediante conector XLR, con salida balanceada.

RE410, el condensador cardioide
Muy similar a las "versiones ElectroVoice" del SM58 (en realidad, una falsa creencia), me sorprendió encontrarme con un micrófono de condensador con esta forma. Al recibir ambos micrófonos pensé que el de condensador era el "achatado" (miren las imágenes), pero no fue así. El RE410 es el que necesita sus correspondientes 48 V. Se trata de un micro diseñado para voz, con un patrón cardioide típico. Entre sus prestaciones, además del patrón polar y del agarre anti-ruido, se incluye un diseño que elimina los pops involuntarios de los cantantes, a la par que se mejora su comportamiento ante feedbacks, o eso dice el pequeño panfleto que acompaña el micrófono. En la gráfica de su respuesta en frecuencia encontramos un pico importante a los 10-12.000 Hz, y otro menor entre 4.500 y 7.000 Hz. Según este esquema la reproducción de las voces conseguirá una excelente presencia, facilitando la mezcla al ingeniero de sonido. El pico entre 10 y 12 kHz puede suponer algún problema en monitores, fácilmente solucionable con un ecualizador dedicado.

La primera toma de contacto la realicé con un equipo instalado para directo. La primera sensación fue de cierta agresividad, con un sonido demasiado "chillón" y falto de grave, colocando el micrófono unos 15-20 cm retrasado de la voz. Curiosamente, a escasos 1 ó 2 cm, el efecto de proximidad provoca una presencia muy abusiva de los graves, ofreciendo un sonido totalmente distinto al anterior. Tras una ecualización, conseguí una voz mucho más correcta y compacta, atenuando levemente los agudos y buscando cierta coherencia tonal con los medios. Pero una variación notable de la distancia entre el micro y la fuente de voz volvía a descompensar la ecualización. No me quedó más remedio que insertar un filtro pasa-altos alrededor de los 200 Hz (lo que indica seguramente una alta frecuencia de resonancia) y aunque la voz conseguida seguía siendo correcta, debí rechazar ese punto de grave que exalta una voz masculina. Asimismo, con la participación de un monitor, tuve pocos problemas para controlar el agudo en las altas frecuencias, aunque eso ofrecía un cierto sonido nasal, levemente desagradable. Controlada la ecualización para este monitor, el cantante estuvo a gusto con el sonido del monitor y yo no me preocupé más por los posibles feedbacks o acoples. En FOH, el RE410 se comportó, a excepción de esos graves, muy bien, adaptándose a la mezcla final con bastante solvencia.

N/D967, precisión vocal
Cuando un técnico se encuentra con varios bolos a la vista con grupos que no conoce, tiende a recurrir a los micrófonos supercardioides "duros" con los monitores para evitar que los músicos (o aprendices de músicos) le machaquen cada dos por tres con esa frase: "no me oigo". El 967 de ElectroVoice es una delicia en estos casos, gracias a un magnífico diseño que evita, en notable medida, los acoples incluso con monitores de diseño nefasto.

El N/D967 destaca por varias cosas, aunque podríamos resumirlo con lo de "arquitectura de concierto", una frase que me acabo de inventar a raíz del epígrafe "concert vocal" que hay justo debajo del serigrafiado del modelo en el mismo micrófono. Así, sorprende su caparazón pensado para que la saliva no dañe la cápsula, o el aro de color intercambiable que antes he mencionado; pero sobre todo por el perfecto control contra acoples.

Curiosamente, el N/D967 no es un micrófono verdaderamente nuevo. ElectroVoice lo hizo desaparecer del mercado a finales del ¡siglo pasado! (bueno, en 1999), y hace un par de años volvió a comercializarlo después de muchas peticiones, justamente por ese robusto comportamiento con los feedback.

Es un micrófono tremendamente duro desde un punto de vista físico, de fácil agarre y sencilla utilización. Pensado para uso vocal, su respuesta en frecuencia vuelve a presentar el típico patrón supercardioide con bastante presencia en el sector entre 3.000 y 9.000 Hz, a +10 y +15 dB, pero sin un pico reconocible. En cuanto al efecto de proximidad, en principio sería bastante similar al anterior RE410, aunque el N/D967 incluye un filtro pasa-altos de bastante efectividad (evitará utilizar el filtro de la consola, a no ser que sea totalmente imperativo, cosa que dudo).

Pero todo no termina aquí: es muy sensible. Incluye un motor magnético N/DYM, que hace que la señal llegue a la mesa con un buen nivel, otorgando poder y control a la ganancia de previo.

Aunque su rendimiento como micrófono de voz desde FOH es bastante bueno, lo mejor llega cuando nos dispusimos a comprobar la efectividad, tan anunciada, en monitores. Y aún empezando con nula ecualización (es decir, todo a 0 dB), el resultado sorprende. De hecho, el técnico de monitores podrá centrarse mucho más en conseguir el sonido que el cantante o artista quiere en vez de centrar toda su atención a evitar los molestos pitidos. Simplemente sensacional.

Conclusión
Aunque nuestros dos invitados a estas páginas provengan de un mismo fabricante y aunque éste haya querido otorgarles una similar estética, estamos ante dos micrófonos bien distintos. El micrófono de condensador ElectroVoice R410 seducirá por su buena respuesta en frecuencia (aunque cierta agresividad), pero difícil de manejar en un directo donde los monitores se envían, por ejemplo, desde FOH. Útil para aplicaciones "íntimas", funcionará bien en acústico, pero puede resultar justo en eléctrico.
En cambio, el más que robusto ElectroVoice N/D967 gustará cuando el monitor puede suponer un problema, se necesite de una buena entrega de señal y no se quiera hipotecar demasiado en calidad de sonido. De hecho, éste se convierte en un micro algo caro cuando sólo se piensa en su calidad de sonido en FOH (aunque su filtro pasa-altos funciona muy bien), pero tremendamente útil cuando, desde un punto de vista realista, nos hace recordar que los músicos se quieren oír, y además bien. Pues va a ser que ya no tenemos excusa.

 

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