Shure Beta 58A y Beta 87A. Una pareja popular.
- Escrito por Ramon Sendra
- Publicado en Micrófonos
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Shure es uno de esos fabricantes que todo técnico y músico conoce. Su más que popular SM58 se ha convertido, durante décadas, en el micrófono estrella en directos. ¡Qué extraño se nos hace ver un concierto con un cantante que no utilice un 58! Lejos de una cuidada estrategia "comercial", el SM58 se ha ganado a pulso la confianza gracias a sus prestaciones y calidad. Un rotundo éxito. Pero, ¿puede mejorarse este modelo?
Otro de los hitos de la marca ha sido (y todavía es) la serie Beta. Bajo este epígrafe, el fabricante propuso una serie de mejoras para muchos de sus micrófonos estrella, lo que nos introduce a estas páginas nuestros dos invitados: el Beta 58A (con la particularidad que es inalámbrico) y el Beta 87A, éste último de condensador. Ambos modelos, sin ser Beta, han supuesto una guía para muchos técnicos y músicos, veamos ahora cómo rinden en su versión "mejorada".
Beta, la mejora sensible
¿Por qué Shure propuso la serie Beta? Se supone que la marca "escuchó" las opiniones de sus clientes y convirtió las opiniones y críticas (siempre constructivas) en una nueva serie. Por ejemplo, un Beta 58 difiere en muchísimas cosas a un SM58, digamos, convencional. Primero, y más que evidente, el diseño del Beta58 es supercardioide, mientras que el del SM58 es cardioide. Esta demanda permitiría tener bajo mayor control los feedbacks con los monitores, aunque reduce la respuesta dinámica a ángulos diferentes (puede suponer un problema con cantantes poco expertos con el manejo de un micrófono de mano). En el nivel de salida, el Beta 58 es 4 dB superior, por lo que consgue un nivel de dinámica mejor en FOH, o lo que es lo mismo, necesita de un nivel de pre-amplificación superior, lo que significa una adición de ruido. Hablando de ruido, según el fabricante un Beta 58 tiene "menor" ruido de mano que un 58, e incluso su cabeza protectora es mucho más robusta. También hay una diferencia sensible en la respuesta en frecuencia, más extendida en bajas y altas frecuencias. ¿Quiere decir eso que el Beta 58 es mejor que el SM58?
En cuanto al Beta 87A y su homólogo tradicional, las diferencias son menores, aunque no despreciables. Según Shure, el Beta tiene un diagrama polar más uniforme en todas las frecuencias, que se traduce en un mejor control de la respuesta en frecuencia sin por ello llegar al "acople", algo habitual con micrófonos de condensador.
Antes de abordar el rendimiento de cada unidad a probar, quisiera comentar el significado de la "A" que precede cada modelo. Significa una mejora en el transformador acoplado en los micrófonos. Este transformador de salida, que también es responsable del mayor precio frente a las versiones "sin A", evita la pérdida de carga cuando la señal del micrófono es dividida para diferentes consolas (por ejemplo, parte de la señal para la mesa de monitores, otra para la mesa de grabación y otra para FOH). Sin este transformador la señal del micrófono variaría cada vez que dividimos la señal, algo que sin duda a nadie gusta.
Beta 58A, en versión sin cable
La unidad que nos llegó correspondía además a la serie ULX, es decir, que para su uso es necesario (pues no viene de serie) un receptor inalámbrico (como el ULXS4). La unidad emisora está integrada en el mismo micrófono, lo que otorga fiabilidad y robustez al aparato.
Como es tradicional en la marca, debajo del micrófono se encuentra el espacio necesario para una pila de 9 V, y mediante dos botones podremos acceder a 1.400 frecuencias programadas, más que suficientes para evitar cualquier problema de interferencia. Para los más gandules, la opción "Automatic Frequency Selection" ofrece de manera automática una selección de frecuencias para una transmisión clara. A diferencia de otros sistemas de emisión, este Beta 58A no incluye ningún conmutador de mute, sólo el de encendido y apagado; pero la verdad es que si está todo bien conectado, al apagar el emisor no se escucha ningún ruido (como sí ocurría con las versiones anteriores). Para mayor seguridad, de serie viene el típico caparazón que dificulta que el cantante o usuario desconecte sin querer el micrófono o cambie involuntariamente la frecuencia.
Solventado el problema de emisión inalámbrica, ataquemos el micrófono propiamente dicho.
Como ya hemos avanzado, el Beta 58A es de diseño supercardioide, y está diseñado, como su hermano SM58, para su uso vocal, tanto para directo (seguramente su uso estándar) como estudio. Según el fabricante, este diseño mantiene el diagrama supercardioide en todo su rango de frecuencias, lo que sobre el papel asegura un perfecto control ante acoples, pero también una mínima coloración.
Pensado para vocal, aceptamos de buen agrado una respuesta en frecuencia (de 50 Hz a 16.000 Hz) no del todo lineal, intentando evitar el casi siempre molesto efecto de proximidad: a 2 cm los 200 Hz están a apenas +5 dB. Su frecuencia de resonancia ronda los 180 Hz.
Siguiendo con su respuesta en frecuencia, destacan dos pronunciados picos alrededor de los 4.500 y 9.000 Hz, aunque estos últimos podemos obviarlos. Curiosamente, durante muchos años este pico a 4,5 kHz se describió como el éxito de la serie Beta. La realidad, sin embargo, es otra distinta.
En mis pruebas (en directo y estudio), aun existiendo diferencias (y bastante notables) entre un SM58 y un Beta 58A en lo que respecta a respuesta en frecuencia (pero también en dinámica y, sobre todo, entrega de señal, a favor ambas del Beta), solía atenuar en el Beta algo alrededor de los 4-5.000 Hz, y el filtro pasa-altos de la consola (una Allen&Heath GL4000) lo modificaba de la misma manera. Así que la pregunta, en comparación directa, debería ser: ¿es mejor atenuar frecuencias o dejarlas como están?
La verdad es que en estas primeras pruebas utilizaba una misma voz, quizá poco adecuada a las "ventajas" del Beta 58A: todo lo que él me ofrecía de más yo lo recortaba para acercarme notablemente a lo que un SM58 "de batalla" me proporcionaba casi sin modificar la ecualización.
Evidentemente, los resultados no es que sean malos, sino que el cantante elegido no requería de los servicios del Beta 58A, a excepción, como pude comprobar más tarde en directo, del mayor control ante acoples, sin duda algo mejor con el Beta.
Pero al cambiar de cantante, con necesidad de mayor presencia de graves e intención de convertirse en un solista "presente", deseché el tradicional SM58 a favor del Beta, justamente por ese "extra" que es capaz de ofrecer. Aquí resultó tremendamente útil, con una voz natural, viva y "dinámica", justo lo que buscaba para esa voz.
Beta 87A, métele phantom
Poco dispuesto a utilizar micrófonos de condensador en directo (los problemas de acoples con monitores son mucho más evidentes), la verdad es que debería cambiar mi opinión, sobre todo después de probar este Beta 58A. Su diseño supercardioide más preciso que con sus anteriores versiones debe tener buena culpa de ello.
Aprovechando la misma situación que en el anterior caso, ya en "estudio" me sorprendió la buena respuesta en frecuencia del micrófono. Con un agarre que parece débil pero que es seguro y que es poco propenso (aunque no los evita) a los golpes de "mano", me sorprendió el detalle y naturalidad del sonido. Nulo efecto de proximidad, lo que se agradece en este tipo de micrófono, también, vocal. El diagrama polar confirma un perfecto aislamiento de cualquier sonido superior a los 130º.
Evidentemente, en directo debía comprobar qué pasaba con los monitores y, sin duda, los problemas afloraron. Para conseguir un buen nivel de detalle en el sonido, este micrófono demanda de una generosa excitación en ganancia; pero a cambio los acoples pueden ser muchos más, como así fue en mi caso. Curiosamente, insertando un ecualizador al monitor, alrededor de los 5.000 Hz evitaba el siseo que predice el tedioso e indeseable pitido, justamente donde la respuesta en frecuencia del micrófono apunta a su primer pico. El siguiente está alrededor de los 9.000 Hz, aunque resiste a bajar hasta los 0 dB hasta bien llegados a los 15.000. Así, el micrófono resulta mucho más brillante que, por ejemplo, el Beta 58A antes probado.
Conclusión
Aunque ambos micrófonos estén pensados para uso vocal (y sabiendo que la mayoría lo utilizaremos en directo, en vez de estudio), cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes. El Beta 87A ofrece un sonido mucho más dinámico, brillante y "divertido", aunque demanda de un preciso control en monitores. Al reducir la ganancia para evitarlos, perdemos gran parte de las ventajas en frecuencia de este micrófono de condensador.
El Beta 58A será un perfecto aliado en según qué voces, mientras que en otras ofrecerá nula ventaja en comparación a un SM58 tradicional, a excepción del mejor nivel de entrega de señal. Que sea inalámbrico añade cierto plus interesante. Pero ambos, sin duda, son más que válidos para un proyecto de calidad.