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Monitores de estudio, ahondando sobre el tema

¿Qué se conoce por monitor? Caja acústica concebida para el monitorado en estudios de grabación, emisoras de radio o televisión, operadores de sonido en general y músicos en el escenario.  De campo cercano (Near-field monitor):Monitor de estudio concebido para la escucha en gran proximidad a la caja acústica.De escenario (Stage Monitor): Caja acústica de perfil bajo y con forma de cuña que permite apuntar hacia el intérprete que se encuentra en un escenario. De estudio:Caja acústica concebida para el monitorado en estudios de grabación y emisoras de radio o televisión.

Los monitores
Por muy orgullosos que estemos de nuestro equipo de sonido, sea doméstico o profesional, el resultado depende de manera altamente significativa de la respuesta que sea capaz de dar el sistema de escucha que tengamos instalado.

A la hora de decidir cual será el mejor monitor para nuestras necesidades, tendremos que tener en cuenta un gran número de parámetros entre los que abren la lista la respuesta en frecuencia; coloración, respuesta transitoria, distorsión armónica y por intermodulación, sensitividad, distorsión de fase, potencia de salida, dispersión, tipo de bafle y situación.

Las líneas que siguen, a modo de rápida introducción, quieren presentar de manera compendiada algunas de las características más importantes de los mismos, así como las condiciones de operación, sobre todo aquellas que de una forma u otra afectan al sonido que producen, ya sea en aplicaciones de sonorización o de monitorado en producción o transmisión. Son comentarios nacidos de 30 años de profesión pero indiscutiblemente por encima de ellos siempre tiene que prevalecer la opinión personal de quienes van a usar cotidianamente los equipos.

Hablando de altavoces
Sabemos que no es posible que un solo altavoz cubra todo el rango audible, ya que este es muy amplio (abarcando de 20 Hz. a 20 Khz.), además de que radiar muy bajas frecuencias (por debajo de 100 Hz.), requiere de elementos grandes o de refuerzo a la débil radiación de un altavoz de tamaño reducido. Paralelamente las altas frecuencias radiadas con una fuente de grandes dimensiones se vuelven muy direccionales, concentrando su energía en áreas muy pequeñas.

Por todo esto los altavoces se agrupan en cajas diseñadas acústicamente para producir fuentes sonoras de banda ancha capaces de reproducir audio de manera lo más próximo posible a la natural. Es el concepto de caja o monitor, equipo formado por dos o más altavoces y por unos filtros eléctricos, los denominados redes de cruce, para separar frecuencias en las bandas de operación correspondientes a cada altavoz, de tal manera que, además de ampliar el ancho de banda de la fuente, se cubra una mayor superficie con calidad aceptable, se incremente la eficiencia de los altavoces y los proteja.

La caja tiene una importancia que en no pocas ocasiones se ignora, ya que en su interior se generan una serie de movimientos, reflexiones, compresiones de aire, etc., que van a llevarnos al cambio de sonoridad en nuestro equipo, provocando coloreamientos muy definidos en función de su construcción, de su interior, materiales absorbentes empleados, hermetismo o salidas de aire.

Colocación, directividad…
La filosofía de trabajo en el mundo del audio está basada en un control exhaustivo del sonido global del sistema en distintos espacios acústicos. Hay decisiones críticas, como el emplazamiento de la imagen sonora, la ecualización, balance y timbre, que deben de ser tomadas obligatoriamente en un estrecho rango (aproximadamente +/- 30º horizontales y +/- 15º verticales), ya que es en esta área de trabajo en la que Ingenieros, productores y músicos toman sus decisiones críticas sobre la mezcla y es donde los monitores optimizan la respuesta de la sala de control.

Para hacerlo apropiadamente se requiere de un sistema de monitorado transparente y plano, de forma que los monitores parezcan desaparecer, lo que dejaría que nuestra atención se enfocase plenamente en el sonido. También deberíamos dejarnos seducir por aquellos monitores que nos ofrecieran un amplio “sweet spot”, haciendo que esa zona del control en la que se escucha mejor la información que sale de cajas fuese lo más grande posible. Cierto que siempre habrá un lugar idóneo, pero se trataría de encontrar monitores en que la mezcla no se “caiga” alarmantemente tan pronto nos moviéramos un poco. Es la búsqueda de una coloración mínima fuera de eje y una transición gradual poco desagradable al mover la cabeza en cualquier dirección.

La directividad es sumamente importante, siendo una característica que define cómo el altavoz distribuye su radiación en el espacio. Prácticamente todos los fabricantes suelen incluir diagramas polares en los que podemos comprobar cual es la directividad del producto que estamos adquiriendo. Pese a lo que digan algunos de ellos, por muy pesados que se pongan no existen los altavoces o cajas omnidirecionales capaces de emitir sonido en un ángulo de radiación uniforme a todas las frecuencias. Es cierto que en los altavoces de forma circular la direccionalidad tanto horizontal como vertical son iguales, pero varía escandalosamente con la frecuencia, reduciéndose el ángulo de radiación al incrementarse la frecuencia.

Lo deseable es una caja con directividades medianamente uniformes en frecuencias hacia el frente y con una mínima radiación lateral y posterior para evitar reverberaciones indeseadas.

Podríamos decir que un woofer tendría la directividad más amplia, mientras que un tweeter, por el contrario, tendría la más estrecha, por este motivo deberíamos orientar los agudos hacia la posición de escucha de tal modo que el ingeniero de sonido no perdiera estas frecuencias.

Técnica
Para facilitar la conexión con una variedad de fuentes de sonido y pensando en el doble o triple uso que, en caso de necesidad, haríamos de ellos, cada monitor debería estar equipado con una entrada XLR balanceada para una directa compatibilidad con equipos profesionales, una entrada en jack balanceada y una entrada RCA sin balancear. Puestos a pedir, tampoco sobrarían unas conexiones para puntas libres…

Tenemos que distinguir y diferenciar claramente por un lado la potencia eléctrica y por otro la acústica. La primera va a indicarnos la cantidad de potencia que el altavoz puede absorber antes de sufrir desperfectos. En cuanto a la potencia acústica, haciendo un resumen que nos sirva de referencia podríamos medir la sensibilidad comprobando la cantidad de presión sonora que emite un altavoz a un metro de distancia y con un vatio de excitación.

Aclaremos que no siempre un monitor con más vías es mejor que otro sólo por este hecho. Lo buscado es conseguir una respuesta altamente lineal de frecuencia del sistema, pero con demasiadas vías, además de los cambios de fase, se tiene que el sonido de un instrumento dado emerge de diversos altavoces al mismo tiempo, mientras que los armónicos del mismo sonido emergen de otro u otros altavoces, lo cual puede llegar a desconcertar al que escucha.

Algunos de los modelos que vamos a encontrar disponen de divisores de frecuencia con modo de funcionamiento seleccionable. Hay modelos de 3 vías que pueden funcionar en modo bi o tri-amplificado y de dos vías biamplificados o pasivos. Estos últimos (dos vías) seguramente son los preferidos a la hora de hacer un monitorado de campo cercano, especialmente en trabajos de edición de audio y salas de control en estudios de grabación.

Y puestos a hablar de preferencias, los recintos pasivos son los buscados por aquellos profesionales en que la obtención de la claridad está por encima de cualquier otro parámetro importante a la hora de la reproducción sonora.

Los sistemas bass reflex tienen la ventaja de ser más rápidos (y de no necesitar imanes potentes), pero los diseños más grandes a menudo tienen unos graves que no son fácilmente controlables. Afortunadamente, hoy en día existen muchos diseños de dos vías en configuración bass reflex con una caída muy rápida del nivel de graves pero que al mismo tiempo son muy dinámicas.

En cualquier caso, no me canso de repetir que hay que probar mucho antes de tomar una decisión, puesto que una de las peores cosas que pueden ocurrir es escuchar detalles y armónicos en el ambiente del estudio y que estos desaparezcan cuando el trabajo es reproducido en las casas de los compradores o receptores.

Punto y seguido
Tranquiliza saber que modificaciones en las técnicas de fabricación han hecho que los sistemas que actualmente podemos adquirir en el mercado presentan unos niveles sumamente bajos de fallos, siendo menores estadísticamente al 0,5 por mil, lo que convierte a la industria de cajas acústicas y monitores en una de las más fiables dentro del mundo del espectáculo y la comunicación.

Como curiosidad y prueba de la veneración que algunos de estos fabricantes sienten por sus productos estrellas, hay que hablar del legendario monitor NS10M Studio, de Yamaha, que desde su introducción en los ochenta hasta hace poco ha sido puntal en muchos estudios. La decisión de dejar de fabricarlo fue tomada al no poder disponer ya de la necesaria y pura pulpa virgen que distingue el blanco cono del woofer.

Los fabricantes nos pueden abrumar y tratar de convencer con números, diagramas y todo tipo de resultados nacidos de pruebas exhaustivas, pero si el sonido no nos llena, esos no son, definitivamente, los monitores que buscamos. Y ahí si que no estamos dispuestos a ceder lo más mínimo, ¿verdad?

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