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Phoenix Valve Compressor. Made by hand in England.

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Phoenix valve compresor ispmusicEl Phoenix es un compresor a válvulas fabricado enteramente a mano. Inmersos en plena vorágine digital en la que los fabricantes elaboran sus productos en masa y en cuyas especificaciones es habitual encontrar términos como resolución, frecuencia de muestreo o velocidad de transferencia, la gente de Thermionic Culture -fabricantes del Phoenix- continúa basando sus circuitos en válvulas de vacío y construyendo sus productos de manera artesanal, uno a uno.

Sin embargo, esto no quiere decir que estos equipos no cumplan con los estándares actuales de calidad. Tras más de 50 años de experiencia en el mundo de las válvulas, el fundador y diseñador de la compañía, Vic Keary, sabe obtener lo mejor de estos dispositivos y a la vez adaptar sus equipos para ofrecer los niveles de distorsión y ruido que se esperan en un producto moderno.

Con esta tarjeta de presentación llega el compresor estéreo Phoenix. Un procesador excepcional, de esos que proporcionan calidez analógica al mundo digital.

Free from Solid State additives
El término Solid State se acuñó para diferenciar los circuitos basados en transistores de los que funcionaban con válvulas. Conforme el uso de los primeros fue relegando a los segundos, la expresión Solid State indicaba que el circuito empleaba elementos activos basados en transistores en lugar de en válvulas.

Este nombre se debe al funcionamiento interno de los dispositivos. En las válvulas (también conocidas como tubos o tubes) los electrones se ven obligados a atravesar un espacio en el que se ha hecho el vacío, mientras que en los transistores el paso se realiza a través de materiales semiconductores sólidos, de ahí el nombre de Solid State (Estado Sólido).

A pesar de que los transistores son mucho más baratos y duraderos que las válvulas -y sin ellos la electrónica moderna sería impensable-, lo cierto es que estas últimas confieren a la señal de audio un "color" especial que les ha hecho ganarse muchos incondicionales, que opinan que suenan más reales y naturales.
Compartiendo al 100% esta opinión, los fabricantes del compresor Phoenix se enorgullecen de que la señal de audio no atraviesa componentes de estado sólido en ninguno de sus productos. Cualquier procesado o amplificación basa su funcionamiento en válvulas, relegando el uso de materiales tipo Solid State a las fuentes de alimentación, donde "sí realizan un buen trabajo".

El compresor Phoenix, el previo de micro Early Bird 2, el distorsionador Culture Vulture... todos ellos emplean dispositivos de vacío para tratar la señal. Hasta el nombre de la compañía "Cultura Termoiónica" proviene de estos elementos, ya que, aunque popularmente se conocen como válvulas, el nombre completo es válvula termoiónica, debido al proceso por el cual se fuerza el paso de los electrones del ánodo al cátodo.

Variable-mu
De entre todos los tipos de compresión, el hecho de emplear una válvula como controlador de ganancia sitúa al Phoenix en la clase Variable-mu, el primer tipo de compresor construido.

De tiempos de ataque y release algo más rápidos que los optoeléctricos -pero más lentos que los basados en FET y en VCA-, los compresores de este género presentan la particularidad de no contar con un control para el ratio.

En su lugar, éste varía automáticamente en función de la máxima excursión de la señal por encima del threshold. Cuanto más se exceda el umbral, más alto será el ratio, y cuanto más cerca se esté de él más suave será la compresión. En el Phoenix la variación oscila entre relaciones de 1,2:1 en la mínima compresión hasta ratios de 5:1 cuando se aplican reducciones de 15 dB.

De esta forma los controles de ganancia de entrada y threshold son los que deciden el tipo de compresión aplicada.

Descripción
El compresor Phoenix ocupa tres unidades de rack (3U) de 19. Si bien su diseño es retro, lo cierto es que, a la vez, transmite una sensación de modernidad que provoca la impresión de estar ante un aparato último modelo.

Los controles son de un tamaño generoso, permitiendo chequear la configuración y funcionamiento del compresor incluso a cierta distancia. De izquierda a derecha se disponen los potenciómetros de ganancia de entrada, ataque, release y threshold, todos ellos rotulados con números del 1 al 11.

La ganancia de entrada aumenta siguiendo esta escala. El fabricante sugiere las posiciones entre 3 y 5 para lograr una compresión natural en señales de nivel de línea.

El tiempo de ataque puede oscilar entre los 4 ms y los 120 ms, y el de release ofrece valores de entre 60 ms y 2.2 segundos, aumentando ambos en el sentido de las agujas del reloj. En los dos controles la posición de partida sugerida es la 3, aunque valores de release excesivamente rápidos pueden generar distorsión en las frecuencias más graves.

Aun estando rotulado de igual manera que los controles anteriores, el threshold varía al revés: colocado en la posición 11 no se aplica compresión y girando el potenciómetro en contra de las agujas del reloj el umbral desciende, aumentando por tanto la compresión.
Dos interruptores rotulados como Bypass permiten activar o desactivar cada canal respectivamente, y entre ellos se sitúa otro interruptor -Link- que permite el uso estéreo del compresor, uniendo los dos canales. Cuando se emplea el procesador en este modo los controles de cada canal continúan activos, por lo que es recomendable ajustarlos a valores similares.

Lamentablemente, el Phoenix no cuenta con entradas sidechain, por lo que ambos canales deben ser usados si se quiere usar este tipo de procesado. En estos casos se debe alimentar la señal a tratar por el canal 1 y la señal de control por el canal 2. Situando el threshold del primero en la posición de no compresión y activando el interruptor link se consigue comprimir el primer canal en función de la señal insertada en el segundo.

El resto del frontal está ocupado por dos medidores tipo vúmetro de gran tamaño que indican la cantidad de compresión, los controles de ganancia de salida y la lámpara e interruptor de encendido.

La escala de los medidores oscila entre los 0 y los 20 dBs de compresión, aunque el fabricante nos advierte que deben ser tomados como referencia, ya que la cantidad exacta de compresión varía en función de las válvulas. También nos indica que los vúmetros son más lentos que el propio compresor y pueden por tanto no reflejar el comportamiento exacto del procesador cuando hay cambios rápidos en la compresión.

Los potenciómetros de ganancia de salida vuelven a estar rotulados del 1 al 11, siendo la posición 2 la adecuada para el uso en niveles de línea -10 dBV y la 7 para niveles de +4 dBV.

El armazón de metal presenta grandes orificios para la ventilación que permiten visualizar las seis válvulas (tres por canal), así como cuatro potenciómetros internos que permiten ajustar el equipo. Dos de ellos sirven para realizar el biasing, en caso de que se tenga que sustituir alguna válvula, y los otros dos ajustan la posición de cero de los vúmetros.

En la parte posterior encontramos los conectores de entrada y salida (XLR balanceados), el selector de voltaje y la toma de corriente.

Todas las unidades vienen acompañadas de un informe cumplimentado a mano donde se especifica la respuesta en frecuencia, distorsión y tipos de válvulas del compresor.

En acción
Las pruebas comenzaron con una pista de voz. El primer paso fue conectar el compresor con el threshold situado en no compresión, para escuchar cómo "sonaba" el procesador. Usando un generador de señales se calibraron las ganancias de entrada y salida para asegurar que la señal no variaba en nivel al pasar por el Phoenix.

A continuación se introdujo la señal de voz, y los primeros resultados no pudieron ser más alentadores. Sin ningún tipo de compresión la voz ganó en cuerpo, sonando más cálida y agradable. Había ganado "colorcito".
Una compresión ligera (1-2 dB) fue suficiente para homogeneizar la interpretación. El cuerpo y la calidez continuaban allí, pero la voz había ganado en solidez y fuerza, fruto de una compresión totalmente transparente. Los agudos -algo fríos en la pista original- se suavizaron de manera muy agradable, haciendo que esa dureza propia de algunos micros de condensador desapareciera por completo.

Una compresión más pronunciada imprimió urgencia a la voz, haciéndola más cercana y presente, pero incluso con reducciones que sobrepasaron los 4-5 dB la compresión resultaba discreta.

En aplicaciones que requieren de compresiones más agresivas el procesador también realizó un excelente trabajo. Con un tiempo de ataque algo más rápido se aplicó una reducción de 3-4 dB a una pista de bombo, consiguiendo una bonita acentuación del golpeo de la maza contra el parche. El resultado fue un bombo que cortaba más en la mezcla, con unos graves bien definidos y controlados.

Teniendo en cuenta el carácter del efecto logrado, es posible que la reducción realmente fuera mayor y que la latencia de los vúmetros no mostrara la compresión efectiva.

Variando ligeramente los tiempos de release y ataque, el compresor logró dar cuerpo a una caja algo delgada, imprimiendo carácter al instrumento. En la pista de bajo el procesador fue capaz de igualar una dinámica algo variable, logrando un bajo redondo, con cuerpo y pegado.

Como compresor Estéreo
Si hasta el momento el Phoenix destacaba por su capacidad de trabajar sin problemas en distintos ámbitos, en el campo de la compresión estéreo el procesador rubricó las pruebas.

El resultado fue excepcional. Con un tiempo de ataque moderado y una release no excesivamente larga, la ganancia de entrada y el threshold se configuraron para lograr compresiones máximas de 1-2 dB.

La mezcla ganó en cuerpo y viveza, con unos graves controlados y potentes que imprimieron fuerza y pegada. De nuevo, los agudos se suavizaron de manera muy agradable, eliminando cualquier rastro de crudeza y aportando una sutileza en los detalles que antes no existía.

Es fácil sin embargo "pasarse". En cuanto se aplican dosis un poco más elevadas de compresión se pierde frescura y los tiempos de ataque y release deben ser ajustados con cuidado para no arruinar la mezcla.

Conclusiones
El Phoenix es un equipo de los que se pueden considerar un instrumento musical en sí. Al margen de las posibilidades que proporciona la compresión, cualquier señal que atraviesa este procesador adquiere un carácter especial.

Cuando se emplea para igualar dinámicas el trabajo es excepcional. Compresión transparente que proporciona interpretaciones sólidas, a la vez que imprime calidez y suaviza los agudos más chillones. Ideal para dar carácter y fuerza a instrumentos "delgados" que carezcan de cuerpo, especialmente a voces.

A la hora de usar compresiones más agresivas el procesador es también perfectamente válido, y nos arma con una herramienta efectiva para modelar la dinámica de la señal, con una ganancia de salida más que suficiente.

El trabajo como compresor estéreo también es sobresaliente, y no sería extraño que el Phoenix se convirtiera en uno de esos procesadores que empleas en todos tus trabajos para darles un toque especial.

Sin embargo, como suele ocurrir con el equipamiento Pro de alta calidad, el precio es elevado. Ahora bien, si se tiene en cuenta el vasto conocimiento que hay tras el diseño del procesador y, sobre todo, que nos dotará de una herramienta confiable a la hora de dar calidez a pistas que carecen de ella, es posible que pasemos a ver el Phoenix como una gran inversión en lugar de como un coste.

 

 

Revista ISP Música ®
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