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Allen & Heath GL4000. El poder en tus dedos

Esta es de las pocas veces que puedo hablar bien y largo de un producto que he probado durante tiempo. Se trata de la GL4000 de Allen & Heath, una mesa analógica para directos y monitores muy asequible (o como mínimo en su momento) y eficaz, muy eficaz. No tiene absolutamente nada especial, diferenciador o exclusivo, pero a la vez nunca le he echado en falta un botón, una prestación, una limitación. Bueno sí, pero somos tan amigos que hay más respeto que odio. Un ejemplo que a muchos interesará: hace tres años que vuelta por escenarios, y aún es momento en que visite al SAT. Fiabilidad absoluta.

De hecho, Allen & Heath es una marca bien conocida, sobre todo por su buena relación calidad/precio. Sus productos funcionan y bien, consigue ofrecer una amplia gama de modelos dentro de una misma solución y son serios. La adquisición de esta GL4000 (y posteriormente se adquirió su hermana menor GL3300, aunque no hay comparación desde mi punto de vista) vino motivada por el nombre de su fabricante, su sonido claramente británico y por el precio. Allen & Heath pasó muy desapercibida en nuestro país durante muchos años, pero coincidiendo con una serie de nuevos modelos y el interés de querer mejorar la imagen de la marca, se mejoró la distribución y, por tanto, la presencia de Allen & Heath.

Bien equipada
La GL4000 que disponemos es una mesa analógica de 32 canales, cuatro de ellos estéreos, 10 envíos de auxiliar (o 9 y potenciómetro para la salida directa), ocho subgrupos, matriz 4x10 y salida LR (izquierdo, derecho) y M (mono), cada uno con su fader independiente. En temas de automatización, incluye MIDI para la gestión de los muteados, y 8 grupos de "mute" configurables. Cada canal mono ofrece alimentación fantasma independiente, cambio de fase (180º), conmutador de micro/línea, selector de ganancia para el previo de micro y línea, filtro pasa-altos variable de 0 a 400 Hz, cuatro ecualizadores paramétricos (dos de ellos, en la banda media, con selector de curva Q), conmutador de ecualización, sus 10 envíos de auxiliar (con selector PRE/POST), balance LR, botón de muteado con avisador LED, botón de PFL, un justo indicador de nivel compuesto por sólo cuatro LEDs (señal, 0 dB, +6 dB y pico), los botones de asignación de grupos y salida principal y el obligado potenciómetro lineal "fader" de generoso recorrido y exploración algorítmica. Los canales estéreo no disponen de ecualizadores paramétricos (pero sí de sus 4 bandas) y añaden un potenciómetro para la apertura o cierre del estéreo. Es fácil ver como apenas hay algo destacable por excepcional, aunque yo personalmente agradezco los 10 envíos de auxiliar, la ecualización totalmente paramétrica, así como otros detalles como la posibilidad de controlar los niveles generales de cada auxiliar mediante un potenciómetro lineal de corto recorrido, asociado a su indicador de nivel mediante 12 LEDs.

A 180º encontramos todo el panel de conexiones, con las prestaciones necesarias y esperadas: entrada XLR balanceada para señales de micro y jack para línea, inserción mediante dos jacks balanceados (lo que complica la mecanización de mangueras, pues el resto de nuestras consolas utilizan un único jack estéreo para la inserción, obligándonos a utilizar, sólo para la GL4000, unos adaptadores mono/balanceado-estéreo) y salida directa vía jack. Todos los subgrupos disponen de salida XLR, así como los auxiliares y permiten también la inserción de procesadores de dinámica o ecualizadores. Lo mismo con las tres salidas principales: L, R y M.

Vámonos de bolo
El uso principal que le damos a esta GL4000 es como mesa principal FOH pero incluyendo el envío de monitores. Muchos de los conciertos a escala "media" no pueden "permitirse" el lujo de disponer de una mesa de monitores dedicada y su correspondiente técnico. Es que no hay presupuesto para todo. Con los 10 envíos de auxiliar es fácil poder destinar 6, 7 u 8 a monitores (cubriendo gran parte de las demandas del los grupos musicales) y dejar un mínimo de 2 para efectos. Los 8 primeros auxiliares, agrupados en grupos de 4, pueden ser PRE o POST en función de su correspondiente conmutador. Los dos últimos tienen también el suyo propio. El auxiliar 10 puede convertirse en el control de nivel de la salida directa, prestación que nunca he utilizado. Todos los envíos podemos reflejarlos en un puente de LEDs de 12 pasos situados justo encima de los subgrupos, puente que, mediante el toque de otro botón, nos servirá para verificar el nivel del correspondiente subgrupo. Como este conmutador está disponible por cada vertical, podremos visualizar, por ejemplo, el nivel de envío a monitores de los 6 primeros auxiliares y dejar los otros cuatro puentes LED para visualizar el nivel de los subgrupos 8-7 y 6-5.

El envío a subgrupos se realiza mediante unos conmutadores situados al lado del fader. Algo habitual en otras mesas. Los subgrupos no son VCA (ya hay modelos de Allen & Heath que sí tienen esta atractiva prestación, pero mayor precio), por lo que debemos tener en cuenta los problemas de fase y retardo cuando queremos ser algo más precisos.

Se agradecen, como siempre, los canales estéreo. Al equipar cuatro, es fácil utilizarlos como retorno de efectos y CD, aunque dispone de entradas estéreo directas (aunque sin ecualización). La disposición de los canales resulta cómoda, incluyendo en la parte del medio los subgrupos, principal y justo a su derecha los cuatro canales estéreo.

La codificación por colores de los botones supone otro atractivo práctico, aunque como toda mesa es necesario conocerla un poco para llegar rápidamente al lugar deseado.

Por cierto, si queremos utilizarla como mesa de monitores, tan sólo deberemos apretar unos conmutadores (eso sí, con la ayuda de alguna herramienta) y listos. La mesa pesa poco, siendo necesarias únicamente dos personas para levantarla y ponerla a puesto.

El inconveniente práctico es el ya mencionado con los "inserts". Nosotros utilizamos el envío y retorno en el mismo jack. Eso nos obliga a utilizar adaptadores especiales (o equipar todos nuestros racks de efectos con doble manguera), y si vamos perdiendo esos adaptadores, pues como que ya no vale la pena montar el rack de compresores.

También encuentro justos los cuatro únicos LEDs situados al lado del fader de cada canal. El primer LED informa a si hay o no señal, aunque sólo se activa seguramente por encima de los -20 dB, y no siempre éste es el límite que tenemos por canal. El siguiente LED es el de 0 dB, y aquí es donde quizá demandaría unos cuantos pasos más (con tres LEDs más sería suficiente) permitiendo bajar más el mínimo nivel de aviso y poder ver algo de la dinámica. Resulta muy práctico poder ver a simple vista si un canal nos entra o no, si el músico realmente está tocando o no.

Como he comentado al principio del artículo, nunca durante estos tres años hemos tenido que llevar la GL4000 al servicio técnico. Perfecto. Incluso aún ajetreando dos fuentes de alimentación (externas, como debe ser), jamás hemos tenido que utilizar la de recambio a medio bolo. Quienes tengan una empresa de alquiler de sonido, entenderán perfectamente la ventaja de este tema.

Moldeando el sonido
El previo de micro equipado por canal resulta suficiente en la mayoría de los casos. SM57, SM58, C3000, D112 y el resto de micrófonos estándar de un concierto suelen conseguir buenos niveles tras su amplificador, sobre todo con los micrófonos de condensador. Quizá algún micrófono duro necesita de un exagerado nivel de ganancia, que añade algo de ruido al canal.

Resulta muy eficaz el filtro pasa-altos variable. A diferencia de los típicos conmutadores pasa-alto de 100 Hz, la posibilidad de poder variar la frecuencia de corte a voluntad y hasta 400 Hz permite una discriminación y ordenación fácil y rápida. La gestión de los graves cuando utilizamos una PA con dieciochos resulta muy ecuánime.

La ecualización es bastante precisa, aunque quizá le falte algo de radical. Signo inequívoco del carácter anglosajón de esta GL4000, con un sonido plano, aunque dúctil.

Muy bien los niveles de los envíos de auxiliar. Bien ajustado el previo, el recorrido del auxiliar resulta entendible y preciso. A veces pequeños "giros" ya ofrecen evidentes diferencias. También agradable el recorrido del fader principal, siendo largo, preciso y suave. Dentro del precio en el que podemos encuadrar esta GL4000 pocas son las mesas que ofrezcan estas prestaciones.

Un puente de vúmetros en vertical ofrece información constante de los niveles en cada subgrupo (o, configurada como monitores, de cada envío) además de los canales principales. Resulta evidente la ayuda que puede proporcionar un picómetro y un vúmetro.

Conclusión
De bolo "rápido" (la gran mayoría de bolos de nuestro país), ya no vale eso de llegar con un equipo mediocre porque el presupuesto así lo demanda. La competencia es dura, y hace tiempo que no veo los precios subir. Es necesario pues, disponer no únicamente de un personal técnico eficaz (otro tema que quizá deberíamos abordar seriamente en un futuro), sino de un equipo fiable. Una electrónica cuya relación calidad/precio sea atractiva, pero que además funcione y bien, y que no falle nunca. Una empresa de alquiler o incluso un grupo de gira no puede permitirse una reparación cada dos por tres. La GL4000 de Allen&Heath cumple con todas estas demandas (y no es fácil). Aún pareciendo una vieja consola por el tiempo que hace que está en catálogo, hoy en día puede seguir siendo una consola seria para muchos y totalmente válida. Es barata, pesa poco, bien equipada y ofrece unos resultados muy decentes.

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