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Nova Audio MA 1200 AG. Hija de la Perestroika.

  • Publicado en Etapas de potencia

La etapa que tengo ahora en mis manos es un caso realmente especial ya que no viene de una empresa clásica de audio, como todas las norteamericanas. Éstas habiendo sido fundadas en los 50s, han tenido otro medio siglo de evolución tecnológica. Sin embargo, el proyecto de Nova Audio nace de la falta de inversión estatal soviética en la carrera espacial. Vladimir Ratayen, ingeniero espacial, con otros compañeros (la mayoría ingenieros militares de los distintos ejércitos) deciden dedicarse al diseño y fabricación de amplificadores para "audiófilos" adictos al HI-FI, llegando más tarde a fabricar etapas profesionales de P.A. Ahora también con esta serie exclusiva para instalaciones fijas.

Que esta marca llegase a Europa, y al resto del mundo, también viene dado por la pura casualidad, ya que los socios de Reflexion Arts conocieron Nova Audio en una feria, en Rusia, a la que fueron, no como todo el mundo a vender, sino a comprar... ¡Que cosas!

DESEMBALANDO
El aspecto de las etapas de instalación suele ser bastante pobre de por si, dado que no han de ser transportadas ni manipuladas constantemente. La Neva muestra un acabado simple, muy espartano, pero cuidado en detalles como la tornillería allen enrasada a la superficie (sería magnífico un mejor pavonado para evitar el óxido), conectores XLR con cerco metálico de muy buen acabado (de marca desconocida) y un buen lacado de la chapa exterior.

DESCRIPCIÓN
La MA 1200 AG es una etapa monofónica para subgraves con un sistema de señal mediante el cual recibe la señal en estéreo (entradas A y B). Lo primero que hace es tomar una salida por canal en paralelo a la entrada. Esa salida, por medio de un interruptor real, es conectada o puenteada sobre la entrada por un X over incorporado, para dirigirla a una etapa de medios agudos con un corte de frecuencias, predeterminado en fábrica, y seleccionable por pedido (en este caso de 120 hz y 18 db por octava de caída). Tras dejar atrás este curioso link, la señal completa de cada canal entra en un circuito que suma las señales A y B. Como resultado obtenemos una sola señal que alimenta, tras pasar por un pasa bajos, a la frecuencia solicitada a la fábrica. Ésta se procesa con un filtro variable de subsónicos, seleccionable entre 25 hz y 70 hz mediante en potenciómetro, situado en la parte posterior del chasis. Así podemos configurar el intervalo de frecuencias adecuado para nuestro subgrave.

La amplificación corre a cargo de una cadena de transistores bipolares maravillosamente alimentados, por una combinación de dos transformadores de doble bobinado, con un aspecto tremendamente militar, y ocho buenos condensadores LP de gran capacidad.

En el panel frontal se distinguen leds de señal, de overload (sobrecarga de entrada) y de protección por canal; uno de encendido y el interruptor de corriente, así como dos rejillas de ventilación para un único ventilador situado en la trasera.

Por detrás disponemos de las entradas A y B en XLR, las salidas link del Xover (en jack balanceado), swichers para activar el Xover y para sensibilidad 0 ó más 3 dbs, bornas de salida (dos de parejas pero sólo un canal ¡atentos a la configuración!), un volumen de master bass, el potenciómetro del subsónico y el cable de corriente en blanco al mejor estilo lavadora. También disponemos de un fusible de entrada.

EN MARCHA
Hemos conectado a la etapa una caja Meyer con doble 18 en bass reflex, una caja de sobra conocida por todos los técnicos de P.A. y empresas instaladoras. Contamos con 500 w por altavoz y 4 ohmnios de suma total, teóricamente una proporción bastante ajustada dado que, según la ficha técnica, disponemos de 1025 vatios medidos a 1 kilohercio y distorsión en el 1%.

Hay que decir que nuestra fuente de comparación es la etapa original Meyer, que si bien tiene ya unos cuantos bolos, está a un altísimo nivel de calidad y resistencia, y con bajísimos niveles de distorsión a alta potencia (inversamente proporcional al precio pagado por ellas)

En principio, al cargar con una señal dinámica y rica en armónicos, la respuesta de la Neva Audio es fantástica. La definición, escuchando el bajo de "If you want me to stay" de Sly, es perfecta. Con un gran empuje y baja distorsión, lo que confirma el dato del factor damping menor a 400:1, y de la elección del tipo de transistor de amplificación, el bipolar, que siendo bien seleccionado, da mejores resultados en graves que los MOS-FET. La amplificación de tipo G, exige una buena cantidad de energía aunque, si está generosamente surtida, redunda habitualmente en un buen resultado.

La resistencia al trabajo y la producción de calor están a toda prueba. Ponemos la mano en el fuego al respecto, dado que saturando la señal intentamos saltar las protecciones y no nos fue posible... Éstas son las habituales, cortocircuito, térmica (en disipador de transistores 90ºC y en transformadores por contacto en superficie de bobinado 130ºC), sobrecarga a más 14 db, DC a 4,5v y mute de encendido. Esto nos da la posibilidad de un arranque remoto desde un cuadro externo y así disponer de un cuarto de máquinas cerrado al alcance del público, camareros... Hemos echado de menos protecciones a radiofrecuencia y un soft start, que según vemos en el catálogo está disponible en modelos más potentes de la marca.

Los "peros" que encontramos en esta comparativa comienzan cuando uno llega al límite de potencia y se iluminan claramente los overload (leds de clip) del panel frontal. Ahí es donde realmente le duele a la etapa. La distorsión aumenta peligrosamente dado que la estamos forzando muy por encima del voltaje de entrada admisible (1,63 voltios) y la estamos sirviendo un aperitivo de 2.20 voltios. Aquí es donde la etapa Meyer confiesa ir procesada en su interior, limitando la entrada con gran calidad. Aunque no sé si realmente esta tecnología de proceso, junto a la subharmonización de graves y las posibilidades de configuración, justifican un precio casi cinco veces mayor.

Otro inconveniente claro es la imposibilidad de usar la etapa a 2 ohmnios ya que, si bien se presenta esa posibilidad, y funciona, pierde todo el encanto de su sonido. Vemos que la etapa comienza a sufrir, desaconsejándolo profundamente, aunque el aparato no vaya a salir ardiendo como en otros casos...

DESNUDITA
Una vez la quitamos la tapa de la carcasa nos llevamos una grata sorpresa. ¡Está entera montada a mano! La antitesis del material oriental y la nostalgia de los equipos ingleses y norteamericanos de principios de los 80. Con placas de fibra de vidrio gruesas y pistas sólidas, susceptibles de repetidas reparaciones sin miedo a quemarlas y el detalle en la selección de componentes, siendo los operacionales de fabricación occidental o japonesa montados sobre "docks", lo que nos permite sustituirlos en el caso de reparación rápida.

Las resistencias cerámicas y otros componentes más simples son de origen soviético. El importador nos asegura su especificación militar, lo que garantiza una sobredimensión de las tolerancias, y en resumen, una conservación de la calidad en el tránsito de la señal.

Los transformadores de alimentación son dos piezas hechas a mano, con un bobinado clásico sobre otro de hilo plano (cinta) que hace la función de elemento electromagnético, lo que asegura una gran capacidad con ahorro de espacio y peso. Estos transformadores, fuera de los países ex-comunistas, supondrían un coste difícil de asumir.

Esta alimentación nos advierte de un inconveniente de esta etapa: su consumo. Este problema no ha de ser significativo en una instalación fija, ya que podemos disponer de una buena cantidad de corriente de la red, 9 amperios por 1200 vatios no es de una gran economía, pero el sonido siempre tiene un precio...

CONCLUSIÓN
Esta etapa es una opción casi a medida para nuestras instalaciones, especialmente cuando queremos graves llenos, profundos y con pegada. Una máquina resistente y duradera, fácil de reparar y con un precio contenido, ayudado por el Xover integrado de serie. También evita la confusión de otros sistemas cuyo subwofer sigue la imagen estéreo y no sacrifica el contenido de cada canal.

Aconsejamos proporcionar correctamente la carga de altavocería al configurar el equipo. Así como no intentar sacar más de 1200 vatios a base de forzar la señal, ya que sólo perderemos el concepto que buscábamos desde el principio: calidad.

 

 

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