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Superior Drummer 2.0 de Toontrack

Hace ya un tiempo que le seguimos la pista a esta compañía (Toontrack). Su esfuerzo en el desarrollo de instrumentos virtuales de batería acústica ha sido totalmente paralelo a nuestras necesidades de programación. Desde que comencé a trabajar en el estudio “personal”, tuve gran interés por este tipo de software. Según iban apareciendo productos en el mercado los fui probando, aprovechando las ventajas y reconociendo los “fallos” o carencias. Siento que desde Toontrack, han experimentado ese mismo recorrido, ofreciendo versiones de su software cada día más profesionales y perfectamente testadas por músicos o productores.

 

Mejorando y renovando los aspectos que los que hacemos música necesitamos en el estudio para el día a día. Después del DFH y del EZ drummer, nos encontramos hoy con la novedad más rabiosa de la compañía: el Superior Drummer 2.0. Veamos dónde nos lleva.

¿De dónde venimos?
Cuando, hace ya unos cuantos años, se iniciaba la aventura de secuenciar baterías a través de instrumentos virtuales (software), los resultados eran motivadores, aunque lejanos a calidades finales realistas. Por una parte solíamos toparnos con bibliotecas carentes de empaque, pegada o contundencia. Por otra, el abanico de sonidos solía quedar bastante plano, dejando ver claramente diferencias de interpretación con un batería “humano”. Se perdían decenas de matices, intención y detalles. Así pues, conseguíamos tener bases rítmicas bien cuantizadas, pero generalmente faltas de realidad en su sonido e interpretación. Poco a poco se fueron mejorando todas estas cuestiones. Especialmente cuando llegamos a las librerías multisample. En ellas, cada pieza del set es grabada varias veces, a diferentes volúmenes, en diferentes zonas del plato, parche, etc. Posteriormente la librería es organizada del tal modo que cada tecla de nuestro teclado maestro es capaz de disparar diferentes muestras según la velocidad (fuerza) con la que sea pulsada. Ya no disparamos un mismo sonido de caja más bajo o más alto. Ahora disparamos diferentes muestras, disponiendo incluso de hasta cuatro o cinco teclas (multisample) para las piezas más comprometidas (como puede ser la caja), con diferentes matices (armónicos, diferentes zonas del parche etc.). Conseguimos así recorrer todos los sonidos del elemento de percusión, sin falsearlos, y una realidad extrema a la hora de interpretar.

Llegados a este punto en el que, además, las tomas están grabadas en estudios profesionales por grandes músicos e ingenieros, la realidad y capacidad de matiz es asombrosa. Diría incluso que, dedicando el tiempo adecuado, resultaría complicado diferenciar al final si hemos grabado con un músico y su instrumento o con software. La verdad es que el músico y el instrumento (afortunadamente) nunca desaparece. En el caso del software, lo que estamos haciendo es aprovecharnos de las grabaciones que previamente dicho músico y su/s kits han preparado para nosotros. Digamos que es un trabajo “pre-grabado”, pero que permite absoluta libertad creativa. Atrás quedaron los grooves cerrados que no permitían ningún margen.

Bajo estas condiciones, empezaron a aparecer dos nuevas cuestiones. La primera es la complicación a la hora de programar. Registrar infinidad de matices en un break o Groove, cuando es el batería quien toca sobre su instrumento (sobre todo si éste es bueno) es relativamente rápido. Programar eso mismo disparando desde un teclado ya es algo más complejo. Toontrack dio aquí el paso hacia la facilidad de programación con el lanzamiento del EZ Drummer. Aprovechando la arquitectura básica del DFH, consiguió ofrecer un software con calidad suficiente en sus sonidos, con variedad, dada la facilidad de añadir diversas librerías (diferentes kits), y con una aplastante comodidad de programación. Un sistema que nos permitía seleccionar kit, tempo y tipo de Groove. Con simples arrastres de ratón conseguíamos en escasos minutos dejar nuestra pista “drums” terminada. Aprovechando la realidad de matices de ritmos y breaks tocados por baterías de verdad. Posteriormente y entrando en el modo edición, nuestra pista quedaba perfectamente personalizada y llena de mordentes, filigranas y retórica difícil de programar por un usuario medio (y más con un teclado o instrumento MIDI no percusivo).

Actualmente mis sentidos solicitaban renovación en artillería drums. Buscando más calidad aún en las muestras y, sobre todo, flexibilidad a la hora de mezclar el kit. Otro aspecto importante sobre el que se ha ido trabajando. Tal vez sea una de las áreas más desarrolladas en el Superior Drummer S20.

Superior Drummer 2.0.
Creo que este software combina lo mejor de sus hermanos, poniendo a nuestra disposición una herramienta final realmente potente. Seguramente la cualidad más atractiva del DFH fuera la extrema seriedad a la hora de configurar tu kit. Muy profesional al elegir cada pieza de nuestro set, permitía una configuración de batería flexible y afín a nuestros gustos o intenciones.

Del EZ Drummer ha tomado su interfaz gráfico. Parece un detalle tonto, pero el hecho de tener un primer plano de la batería e identificar cada golpe, además de por el oído por la vista, ayuda en determinados momentos, por ejemplo cuando sentimos el típico descuadre extraño entre bajo y bombo. En lugar de pasar tres veces la pista y dejarnos los ojos en el editor midi, abrimos la ventana del Kit y vemos exactamente los momentos en el que la maza del bombo golpea el parche. Me gusta esta interfaz, y creo que no soy el único.

Tenemos, por tanto, un software visual y profesional que nos permite configurar el kit de manera extremadamente detallada, pieza a pieza. De hecho, en el S20 podremos mezclar elementos de otras librerías, como una pandereta o cajón (por citar algún ejemplo). La forma de hacerlo es totalmente visual, arrastrando piezas y configurando nuestro set de modo visual, rápido y sencillo.

En mezcla
Como mencionaba un poco más arriba, otro de los aspectos más desarrollados es el de sus posibilidades de mezcla. Aunque en las versiones anteriores podíamos enrutar cada una de las piezas del kit a una pista de nuestro mezclador maestro (Pro Tools, Cubase, etc.), la tarea era algo engorrosa. De hecho, el EZ Drummer presenta un mixer propio que se nos quedaba algo corto. El S2.0 renueva este mezclador ofertando muchas más posibilidades. Entre otras, incorpora 16 buses y 16 canales de salida independientes. Las posibilidades de enrutamiento son muy profesionales, ahorrándonos tener que doblar el mixer otra vez en el software maestro. Es decir, que desde la mesa virtual del Superior Drummer tenemos realmente un buen control, individual y personalizado para cada pieza del kit.

Existen ciertos detalles realmente prácticos. Por ejemplo la posibilidad de seleccionar varias pistas a golpe de ratón (rápido) y generar un subgrupo de forma instantánea; pudiendo así elevar niveles de platos, o partes del kit previamente mezcladas y ahora agrupadas a nuestra conveniencia.

¿Y los plug-ins?
Otra atractiva novedad es la posibilidad de realizar inserción de efectos en la propia mesa virtual del software. La firma Sonalksis ha puesto al servicio del instrumento virtual cinco plug-ins especialmente concebidos para el tratamiento de cada una de nuestras pistas de batería. Ecualizador de cinco bandas, filtro pasa alto y pasa bajo, compresor, gate y Trasient.

En definitiva, nos encontramos con más precisión a la hora de mezclar cada una de las partes del set de batería o percusión elegida. Desde el mixer interno podemos ecualizar, comprimir y “manipular” el sonido, pista a pista. Es decir, obtenemos un tratamiento aún más profesional para la mezcla.

Concepto de tomas multi-microfónicas
Esto no es ninguna novedad para los técnicos e ingenieros que mezclan una batería en modo “analógico”/ tradicional. Como es evidente, cada micro del set toma la pieza en cuestión y, además, de “rebote” pilla al resto. Con todas estas tomas de micros (superior de la caja, inferior de la caja, exterior o interior del bombo, ambiente, etc.) se generan una serie de climas muy diversos. El programa viene perfectamente preparado para trabajar este concepto, consiguiendo perfecta realidad de mezcla y otorgándonos posibilidades muy realistas a la hora de rematar el sonido final del set en nuestra canción. Tal vez este sea otro de los aspectos que más diferencia al Superior Drummer 2.0 de su competencia.

Conclusiones
Es muy probable que hagamos un segundo capítulo sobre el Superior Drummer. Merece la pena. Actualmente estamos desmigajando parte a parte cada una de sus novedades y queremos contar con más precisión las ventajas que el equipo de Toontrack ha puesto a nuestra disposición a través de este nuevo software; como sus nuevas prestaciones para optimizar el consumo de RAM, las herramientas para toma de muestras, las extensas posibilidades de gestión de sonido según las tomas microfónicas, sus bibliotecas de pre-configuración del sonido de cada set y un largo etc.

Entre tanto y a modo de resumen, centraría sus ventajas/novedades en su interface intuitiva y apetecible, en su flexibilidad a la hora de personalizar el set y en sus estupendas posibilidades para recuperar todas las librerías instaladas en anteriores versiones de este soft. También cabe destacar la calidad de las muestras sample, su gran mejoría en mixer y el gran trabajo realizado en el concepto “multimicro”. Todos los detalles están extremadamente cuidados, esto puede apreciarse incluso al visitar la web, que incluye un renovado diseño, vídeos, demos en audio y todo lo que necesitas para conocer en profundidad las posibilidades de la herramienta. Puedes ver un vídeo demostrativo en: http://www.toontrack.com/videos/Namm_2008_S2.0_Demo_640x480.html

Acabo comentando que la herramienta me parece del todo operativa, no sólo para los que secuenciamos y necesitamos hacer baterías desde el MIDI. Me parece especialmente útil también para bateristas, pues con un instrumento MIDI adecuado (con el que se sientan cómodos por rebote de parches y “tacto”) se puede trabajar estupendamente en estudio. Evidentemente la suma de este soft y un batería que nos ayude a programar/secuenciar a través de pads percusivos sería la guinda final para la consecución de un trabajo impoluto y más sencillo, si cabe.

Un gran programa. Tal vez, y para mí, el mejor instrumento virtual de baterías acústicas del mercado.

 

 

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