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JBL LSR6332 Studio. Monitores pasivos para un mundo activo

JBL LSR6332 Oct2020

Los monitores de JBL LSR6332 son los miembros mejor dotados, y a la vez más extraños, de unos viejos conocidos nuestros, la familia LSR63XX. Conocidos porque tuvimos ocasión de leer en estas páginas un banco que Ramon Sendra hizo sobre los LSR6328P y los LSR6325P, e incluso yo mismo analicé para ISP la nueva serie LSR43XX poniendo a prueba los LSR4328P.

Recordar tan sólo que LSR o Linear Spatial Reference es una tecnología de JBL con la que fabrican monitores que presentan una respuesta plana en la posición de mezcla, dentro de una ventana de ±15º en vertical y ±30º en horizontal, y no sólo en el eje del monitor.

Mejor dotados, en principio, porque se trata de unos monitores de 3 vías, pasivos, con un cono de graves de 12” (ahí es nada…), un cono de medios de 5” y un motor de agudos de 1”. Y extraños porque dentro de esta familia son los únicos altavoces que necesitan de amplificación externa, con todo lo que ello significa, que no es poco. Hablemos someramente sobre todo ello, antes de analizar estas cajas.

Monitores activos vs. pasivos
Los sistemas de monitoraje activos son aquellos en los que la separación de frecuencias para las distintas vías se realiza a través de filtros activos, es decir, aquellos que dividen la señal cuando está a nivel de línea y luego la amplifican para cada transductor. Si se trata de monitores de campo cercano, el tamaño de toda la electrónica permite insertarla (incluyendo los amplificadores) en el interior de la caja, con lo que los convierte en el paradigma de la portabilidad y de la economía de recursos, ya que son comprarlos, conectarlos y a funcionar. Son los monitores activos autoamplificados.

Es frecuente que en los sistemas de gama media-alta el panel trasero de un monitor de estas características presente interruptores y botones con los que modificar, en un cierto grado, las características de funcionamiento de la electrónica, para adecuarlos a las de la sala. En algunos casos ésta es tan avanzada que incluye DSPs, con los que se realiza un análisis de la respuesta, en nivel y frecuencia, de nuestro sistema en el punto de escucha, y calibra todos los monitores para que la escucha sea plana y equilibrada (por ejemplo, el RMC de JBL, que ya describimos con anterioridad). De todo esto se deducen las:

 

Ventajas inmediatas, a saber

            Los amplificadores, al estar construidos (al menos diseñados) por los propios fabricantes de las cajas, están perfectamente adecuados para alimentarlas. 
  Como el filtrado se hace sobre la señal y no sobre carga, el consumo es menor y los amplificadores de cada transductor trabajan sólo con la gama de frecuencias que se va a reproducir. Mayor eficiencia.
  No tenemos que adecuar ningún espacio, ni sala especial para que acoja los amplificadores, que disipan grandes cantidades de calor, y si el sistema de refrigeración es activo (por ventiladores), una cantidad de ruido nada despreciable. Todos sabemos lo que significa el ahorro de espacio en cualquier estudio y, sobretodo, el “ahorro” de ruido.
   Podemos hacer un ajuste del sistema a nuestra sala sin tener que recurrir a electrónica adicional y de una manera sencilla.
   No hace falta tener ni idea de impedancias, ni potencias, para configurar un sistema activo autoamplificado. O sea, abre las puertas del mundo doméstico a la monitorización de calidad. No es apología de la ignorancia… es una realidad.

 

Lo que también es evidente es que el tamaño del recinto que tiene que albergar, además de los altavoces, los amplificadores y la electrónica, limita el tamaño de los componentes que se van a utilizar e incrementa el nivel de integración de los mismos. En sistemas grandes la electrónica va aparte, en racks que suelen ubicarse en salas de “máquinas”. Y por encima de todo, limita la libertad de elección de los amplificadores que se van a utilizar. Un buen fabricante de altavoces no tiene por qué ser también un buen fabricante de amplificadores y/o procesadores.

Los monitores pasivos se caracterizan por incorporar filtros pasivos, en los que la división de frecuencias para las distintas vías se realiza sobre la señal amplificada, con un rendimiento mucho peor por la pérdida de energía en los crossovers en forma de calor. Son mucho más frecuentes en el mundo de los audiófilos, a los que les gusta escoger todos los componentes de la cadena por separado y a los que no les gusta “procesar” la señal en ningún momento.

 

En detalle
Los monitores LSR6332, que están pensados para usarse entre campo cercano y medio, tienen un aspecto formidable. Son voluminosos, como no cabía esperar otra cosa, dado que albergan tres conos, uno de los cuales es, nada más y nada menos, que de 12” (300 mm). Son pesados (20,4 kg) y muy robustos, transmitiendo la sensación de que difícilmente van a moverse o vibrar por el propio sonido que generan. El acabado en mate con tacto de goma las hace, a la vez, elegantes y seguras en la manipulación. A pesar de no presentar ninguna asidera son fáciles de mover, ya que la superficie no es deslizante. El frontal presenta los tres mencionados altavoces de 12” (300 mm) para graves, de 5” (125 mm) para medios y de 1” (25 mm) como motor de agudos. El conjunto está aislado magnéticamente para su ubicación cerca de pantallas de video.

El woofer está basado en la tecnología de JBL llamada Differentia, DriveÒ, que usando una estructura magnética de neodimio y motor de bobina dual, pretende mantener al mínimo la pérdida de trasferencia de potencia que se produce entre el amplificador y el altavoz, debido al incremento de la resistencia de las bobinas como consecuencia del aumento de temperatura que se da con el uso. A esto le añade una tercera bobina que actúa como freno dinámico para reducir los excesos de desplazamiento de la membrana, que se dan cuando se trabaja a altos niveles, evitando la distorsión audible. El cono está hecho de un compuesto de grafito y polipropileno, soportado por una suave cinta de goma alrededor. La impedancia, como la de los otros transductores, es de 4 ohmios.

El motor de medios tiene una estructura magnética de neodimio con un cono de Kevlar tejido. Se ha buscado que se trate de un transductor especialmente poderoso para soportar la baja frecuencia de crossover que tiene con el woofer, que se sitúa en 250 Hz.

El cono de agudos está fabricado con un compuesto de titanio con un material cerámico responsable de la estructura magnética. Se sitúa en el interior de una guía de ondas en forma elíptica (Elliptical Oblate Spheroidal) que, junto con los puntos de cruce escogidos, garantizan la direccionalidad y la respuesta espacial del conjunto.


En la misma placa que los altavoces de medios y agudos se encuentra el puerto reflex, que presenta un diseño alargado con el fin de reducir la turbulencia y los problemas de fase y de compresión que se pudieran generar. Toda esta placa se puede rotar 90º para permitir que las cajas puedan instalarse en posición vertical y horizontal sin comprometer la calidad del sonido. Estos monitores se presentan en versiones de lado derecho e izquierdo, marcados con una L y una R al final de la referencia. El conjunto presenta una electrónica con crossovers con compensación de impedancia a 250 Hz y a 2.200 Hz, de 4º orden (24 dB/octava) y con -6 dB en el punto de cruce. Según el fabricante cubre de los 60 Hz a los 22 kHz con +1 dB/-1,5 dB. Se extiende a 54 Hz con una caída de 3 dB y hasta los 35 Hz y -10 dB. La frecuencia de resonancia interna es 33 Hz.

En la parte trasera de la caja solamente aparecen las conexiones para los cables de carga, que presentan la particularidad de permitir el bi-cableado. Esto, que lo único que consigue es incrementar la sección del cable que conduce la carga, es un guiño al mundo Hi-Fi de alta gama, en la que es una particularidad que está muy en boga, sin añadir ninguna virtud especial que no se consiga con un cable con el doble de sección. Más importante hubiera sido un diseño bi-amplificable, que sí que añade versatilidad al conjunto. También se encuentra un selector que permite atenuar en 1 dB desde 2,5 kHz a los 20 kHz. Además de esto, hay un sistema de tornillos previsto para el montaje de las cajas en soportes estándares.

A prueba
Lo primero que tuvimos que hacer fue seleccionar qué etapa de potencia utilizar para las pruebas, así que para tener un poco de criterio comparativo nos subimos al estudio dos modelos de la marca CROWN: Una Macro-Tech 602 que suministra 300W por canal a 4 ohmios y una CE1000 de 450W a la misma impedancia. El fabricante recomienda utilizar etapas que se muevan entre las potencias de salida de 150W y 1.000W, ya que las cajas son capaces de soportar niveles de 200W continuos RMS y picos de 800W. En principio, por la superior calidad de la Macro-Tech, fue ésta la etapa escogida.

Una vez montado y cableado todo, empezamos a probarlas teniendo como punto de referencia unas Dynaudioacoustic BM15A autoamplificadas (se trata de una caja de dos vías con conos de 8” y 1”). Primero escogí material grabado y mezclado por mí, fundamentalmente porque los conozco a la perfección y porque han sido grabados y mezclados con las cajas que usamos de referencia. La sensación inicial no pudo ser mejor. Los monitores presentaban una claridad, una definición y un detalle como yo no había oído en mis monitores. No es que se tratase de decir si eran más o menos brillantes o “medios”, no era un tema de color. Tuve la sensación de entrar en otra división. La imagen estéreo era espectacular, la ubicación de los instrumentos en el espacio parecía en 3-D. No exagero si digo que mi cabeza ya empezaba a hacer números…

Sin embargo, al cabo de un rato de valorar sólo ese punto, y pasada la sorpresa inicial, caí en la cuenta de que algo no estaba como debería estar. Los agudos y medios agudos eran casi perfectos, los medios graves estaban muy bien, aunque en este punto algunos de los presentes en la prueba hubiera preferido atenuarlos un poco. Pero… había pocos graves. Lo que han leído; los graves estaban tan poco presentes que daba la misma sensación que se tiene en un directo cuando no se han levantado las etapas de los subgraves, como si a las cajas llegase muy poco por debajo de 100 Hz.

 

 
  •  Primera duda: ¿Será el material mezclado por mí? Cambiamos de fuente y empezamos con una selección de material de primeras espadas (tanto musicales como técnicas), con el mismo resultado (en ese punto respiré un poco).
 
 
  • Segunda duda: ¿Será la etapa de potencia? Cambiamos a la CE1000 y, aunque es cierto que los graves aparecieron un poco, nada que se pareciera a lo percibido por la referencia y mucho menos si se tiene en cuenta lo que uno espera al ver unas cajas con esos conos de 12”.
 
 
  • Tercera duda: ¿Habrá algún problema de fase en algún punto? Hice pruebas mandando distintos tipos de señales, a distintas frecuencias, para que sólo trabajase en cada momento uno de los conos, y todo era correcto. No había ningún problema con la configuración ni el cableado. Por alguna razón, las cajas que yo estaba probando no bajaban ni tenían la presencia que deberían tener. Aún recuerdo la muy grata sensación que nos quedó durante las pruebas de las LSR6328P y las LSR4328, con un grave mucho más presente y más profundo.
 
 
  • Cuarta duda: ¿Estarán “dormidas”? Para eliminar esa posibilidad tuve las cajas trabajando durante varias horas seguidas a un volumen razonable con música comercial bien diversa, y en un bucle que tardaba una hora y media en cerrarse. Y luego volví a la carga. Sin lugar a dudas, las cajas necesitaban esas horas de trabajo para que las propiedades elásticas de las membranas empezasen a alcanzar su punto óptimo. Los graves aparecieron y el espectro se equilibró, aunque en honor a la verdad no hasta el punto en el que yo creo que deberían haberlo hecho. Como sólo he dispuesto de una pareja, lógicamente, no puedo extrapolar este comportamiento a la totalidad de la línea. Sinceramente creo, como conocedor de las familias LSR63XX y LSR43XX, que no debe ser un comportamiento general.
 

 

Conclusión
En el mundo de los monitores activos de campo cercano, en donde hay electrónicas que te permiten corregir la respuesta de las cajas, adaptándolas a las particularidades de las salas, supliendo las carencias que por falta de medios no se hayan podido cubrir en cuanto a acústica. En donde no es necesario añadir complejidad a la configuración de un estudio y puedes realizar compras prêt-à-porter. En donde cada euro que nos gastamos tiene que producirnos la máxima satisfacción posible y con la máxima celeridad. En ese mundo, unos monitores pasivos, que no tienen otro valor añadido que el propio sonido que generen, deben ser sencillamente excelentes. Y las unidades que yo he probado se acercan a esa excelencia. Sólo esa pereza con la que han empezado a dar los graves hacen que no obtengan mejor puntuación.

 

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