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NI Kore. Propuestas innovadoras de Native Instruments (2)

En el anteriores ediciones de la Revista ISP Música se analizaba la interfaz Audio Kontrol 1 de Native Instruments, de la que se destacaban –entre otras cosas- sus controladores programables, que proporcionan lo que NI denomina “Feel the software”. En esta ocasión le toca el turno a Kore, un controlador e interfaz de audio y MIDI que eleva este concepto a un nivel superior.
Y es que Kore no es un simple controlador físico que permite acceder a los parámetros de plugins o instrumentos virtuales. Kore es una nueva propuesta, un nuevo concepto. Bajo este nombre se esconde un sistema llamado a revolucionar la forma de hacer música (al menos esa es la idea del fabricante, el tiempo dirá), formado por el controlador hardware y un programa, diseñados para trabajar de forma conjunta. Y es precisamente en este soft donde reside gran parte del potencial de Kore...

El concepto
El sistema ofrece un entorno donde trabajar con instrumentos virtuales y plugins, siempre que sean VST o Audio Units (AU). Esto lo hace ideal para diseñadores de sonido, productores, arreglistas, etc. y, en general, para cualquier usuario de sintes e instrumentos virtuales.

El programa trabaja en dos niveles, en cada uno de los cuales hay un mezclador virtual. El nivel inferior se denomina nivel de Sonido, y el más alto es el nivel de Ejecución. En este punto hay que indicar que prácticamente cada parte o funcionalidad de Kore recibe un nombre específico, y hasta que se asimila la terminología resulta un poco complicado seguir el manual. No quisiera que este texto se hiciera enrevesado por entrar en todos estos conceptos, pero sí que hay algunas ideas indispensables para explicar de forma adecuada la potencia de Kore.

Una de ellas es la de los dos niveles mencionados anteriormente. En el nivel de sonido se dispone de un mezclador que funciona al estilo tradicional. Se pueden crear tantos canales como permita el ordenador y, en cada uno de ellos, insertar un instrumento virtual o efecto. Cada canal dispone, además, de cuatro ranuras de inserción para plugins, cuatro buses de envío (que pueden ser pre-fader, post-fader o pre-inserto), y también hay subgrupos para manejar conjuntos de canales.

Por tanto, en el nivel de sonido de Kore se puede llevar a cabo prácticamente cualquier combinación de sintes, instrumentos virtuales y/o plugins que se imagine. Una vez se tiene una configuración satisfactoria, el estado del mezclador puede ser guardado en lo que se denomina un KoreSound. Este es un nuevo formato de archivo (extensión .ksd) que guarda toda la información del mezclador, plugins e instrumentos usados.

Un KoreSound podría ser, por ejemplo, un pad de cuerdas de Absynth engrosado por detrás con un bajo sintético de FM7 y sonidos percusivos procedentes de Reaktor, todos ellos convenientemente ecualizados y mezclados, a los que se les ha aplicado cualquier tipo de procesado, ya sea canal a canal o en paralelo.

Todo eso se puede guardar en un pequeño archivo .ksd (sólo contiene datos), y puede ser fácilmente exportado a otro sistema, siempre y cuando se disponga, lógicamente, de los mismos plugins e instrumentos. A continuación entra en escena el siguiente nivel, el de ejecución, en el que también se dispone de un mezclador virtual, pero en este caso destinado a mezclar distintos KoreSounds.

De forma análoga al mezclador del nivel inferior, el mezclador de ejecuciones permite crear canales en los que, en este caso, se insertan KoreSounds, y para los cuales también hay disponibles cuatro ranuras de inserción, cuatro buses de envío estéreo y subgrupos. De nuevo, una vez se tiene configurado este mezclador, otro formato de archivo (en este caso con extensión .kpe) permitirá guardar todos los datos en lo que se denomina una KorePerformance, que también puede ser exportada con facilidad.

Es fácil entrever la potencia de esta topología de doble mezclador. Por un lado, el nivel de sonido permite experimentar y superponer múltiples texturas (llamemos así a sintes, instrumentos virtuales y/o plugins), para crear distintos KoreSounds. Posteriormente, estos pueden ser reclamados para el nivel de ejecución y, a su vez, ser mezclados y procesados convenientemente.

Este tipo de trabajo, en el cual se van superponiendo distintos tipos de sonido en capas, es fundamental, por ejemplo, en aplicaciones de diseño de sonido en las que, a menudo, las nuevas creaciones surgen de combinaciones complejas de múltiples instrumentos y efectos.

Nota: ésta es la forma de trabajar en modo standalone, pero Kore también puede funcionar como plugin. En este caso, sólo está disponible el nivel de sonido, ya que el de ejecución será implementado con el mezclador de la propia DAW. Como plugin, Kore se presenta en los formatos VST, DXi, RTAS y Audio Units.

La base de datos
Otra novedad que presenta Kore es su base de datos. En ella se almacenan todos los presets de los instrumentos y plugins contenidos en el sistema y se les aplica una serie de etiquetas. Mediante estas etiquetas se define el sonido que genera el preset (que es tratado por el programa como un KoreSound), indicando el tipo de instrumento emulado, la fuente de sonido, el timbre y procesado, la articulación y el género de música.

Esto permite hacer búsquedas de sonidos en términos como “piano analógico de timbre cálido para reggae”, y la base de datos devuelve todos los KoreSounds que se corresponden con estos criterios. Los presets de cualquier programa generalmente son una herramienta muy útil, ya sea como punto de partida para comenzar a trabajar o como una solución rápida, si no hay tiempo de experimentar.

Sin embargo, probablemente todos nos hemos visto en alguna ocasión rebuscando en una larga lista de presets con nombres tan poco descriptivos como “Bonanza”, “Old Style” o “Morpheus”. Tal y como destaca NI, la base de datos de Kore supone un cambio radical en la forma de pensar, que permite trabajar con presets en términos musicales.

Mucho trabajo
Para aquellos que lo estén pensando, efectivamente, alguien tiene que categorizar todos esos presets para poder emplear adecuadamente la base de datos, y eso supone un gran esfuerzo.

Por su parte, NI ha categorizado todos los presets de los instrumentos y plugins contenidos en el paquete de software Komplete 4, lo que supone más de 11.000 KoreSounds listos para ser usados.

Sin embargo, el resto de plugins e instrumentos de otros fabricantes no están categorizados, y por tanto no pueden beneficiarse de la potencia de búsqueda de sonidos de la base de datos hasta que esto no se haga (pero sí pueden ser usados perfectamente en Kore). Esto supone un gran esfuerzo, y desde NI se espera que sean los propios fabricantes los que emprendan esta tarea, con el fin de que sus productos no se queden fuera de la base de datos de Kore.

En cuanto a los nuevos KoreSounds creados por el usuario, pueden ser categorizados fácilmente con unos cuantos clicks, e incluso se pueden añadir comentarios, nombre del autor, número de entradas y salidas...

El controlador Hardware
Y volvamos de nuevo al controlador, cuyo diseño es espectacular. La carcasa es de aluminio, complementada con metacrilato negro que, unido al color rojo brillante usado para iluminar los controles, hacen de Kore un equipo realmente atractivo.

La superficie principal del controlador se divide en tres partes. En la primera se disponen los ocho botones y los ocho potenciómetros programables, la segunda alberga los controles de navegación y una pantalla para mostrar datos de la aplicación, y la tercera cuenta con los potenciómetros para regular los niveles de entrada y salida. Los potenciómetros giratorios programables son sensibles al tacto, por lo que al ser tocados se iluminan para indicar que están activos, y la pantalla pasa a mostrar el parámetro y valor que tienen asignado.

En la parte posterior se encuentran las conexiones I/O que, de izquierda a derecha, son: dos conectores para footswitch, el puerto USB 2.0, una salida SPDIF (no es alternativa, proporciona una imagen de la salida principal), puertos MIDI In y Out, una entrada más para un pedal (expresión, sustain, volumen...), la pareja de TS de entrada y la TRS de salida (balanceados) y, por último, la toma estéreo de cascos (esta sí puede ser usada como salida independiente).

Páginas y más páginas
Para organizar la programación de los controles existen distintos tipos de páginas de parámetros. Cada KoreSound puede incorporar una o más páginas para acceder a los controles de los distintos sonidos desde el hardware. También las hay destinadas a las diferentes partes de los dos mezcladores y sus canales, y el propio usuario puede crear sus páginas para tener disponibles los parámetros que necesite.

La programación de estas páginas personalizadas es tan fácil como tocar el botón/potenciómetro en el hardware y hacer click con el ratón sobre el valor que se quiere controlar. La selección de la página activa se puede hacer desde el software, o utilizando las teclas de navegación situadas bajo la pantalla del controlador. Si se usa este método, al principio cuesta un poco entender la lógica con que se ordenan los distintos tipos de páginas, pero una vez se asimila, la navegación es bastante rápida.

De esta forma se puede controlar cualquier parámetro programable de Kore, incluyendo los instrumentos virtuales y plugins, ya sea de NI o de otros fabricantes.

En directo
También para aplicaciones de directo Kore puede ser útil. La asignación de rangos de teclas es realmente sencilla, haciéndose de un modo gráfico en la pantalla Mapping.

Además, cada KorePerformance permite guardar distintos presets, que recuerdan qué instrumentos están activos y cómo está distribuido el teclado, así como la configuración de los dos mezcladores.

De esta forma se puede crear una performance para cada canción del repertorio, y por medio de presets cambiar la configuración para cada parte de la canción, ya sea activando o desactivando instrumentos, cambiando la disposición del teclado, variando niveles...

El cambio entre presets no produce ruidos, e incluso se pueden programar crossfades entre ellos, para conseguir transiciones más suaves. La pantalla Live de Kore ofrece un resumen del estado del programa, incluyendo las performances disponibles y sus presets en un tamaño más grande de lo normal, para poder ser visto con comodidad en el escenario.

El lado oscuro
La parte negativa de todo esto es que hay varios reportes indicando que el sistema contiene fallos, tanto en los drivers de sonido como en el programa en sí. Algunos usuarios de Kore reprochan a NI haber lanzado un producto sin probarlo suficientemente, y lo cierto es que yo mismo he encontrado algún comportamiento anómalo. Tampoco se debe esperar que al poco tiempo de comprar el equipo pueda ser sacado de bolo. Como pasa con las herramientas potentes, Kore requiere un cierto tiempo hasta que es manejado con soltura.

Hay algunas limitaciones que pueden ser subsanadas, como el hecho de que en el mezclador de ejecuciones sólo se pueden emplear plugins de efectos de NI, que Kore no soporta Rewire y, por tanto, aplicaciones como Reason se quedan fuera del sistema; que a los controles no pueden asignarse parámetros de la propia DAW...

Sin embargo, también hay que indicar que muchas otras funcionalidades no han sido comentadas en este texto por razones de espacio, como que Kore también es un reproductor MIDI, que existe escucha PFL, que se puede extraer el sonido del programa a través de otras interfaces (acepta drivers Core Audio, ASIO y DirectSound), que cada canal dispone de una pestaña MIDI donde seleccionar distintas curvas de velocidad, transposición, etc.

Conclusiones
Tal y como se indicaba al principio del texto, Kore es una propuesta innovadora. Sin duda, la integración de instrumentos y plugins VST y AU bajo una única interfaz es un gran adelanto que muchos usuarios encontrarán extremadamente útil.

Los nuevos formatos KoreSound y KorePerformance facilitan la integración y movilidad de combinaciones complejas de sonidos de una forma eficaz, y el controlador hardware permite acceder a todos sus parámetros físicamente.

Quizá una de las cosas que más habría que destacar es que Kore cambia la forma de pensar y de crear sonidos. La interfaz del sistema permite combinaciones de instrumentos y plugins hasta ahora muy difíciles de lograr, y esto abre todo un nuevo mundo de experimentación. Si se le une la funcionalidad de la base de datos, se puede decir que Kore facilita la creatividad.

Desgraciadamente, abrir nuevos caminos implica encontrarse con nuevos tropiezos, y algunos usuarios están experimentando fallos en sus sistemas. Sin embargo, también es cierto que hay muchos usuarios trabajando sin problemas con el sistema, y que NI estudia duramente cómo mejorar Kore. Bravo por ellos porque, aunque quizá este producto no cumpla todavía los estándares de compatibilidad actuales, Native Instruments continúa inventando nuevas formas de crear música.

 

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