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Casio PX-110, de lo más sencillo

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Privia PX10 BEsta serie de teclados tiene variados tipos de acabados. El PX-110 es uno de los más sencillos de la gama, no por ello escaso en razón de sus prestaciones. Los diferentes modelos en teclados electrónicos “Privia” de CASIO. Me referiré aquí sólo a algunos de ellos, que considero como más significativos de entre esta gama. Comencemos.

PX-110 – Es el que tengo ahora aquí entre mis manos. Podría considerarse como un buen instrumento como teclado de estudio, cuyo volumen y peso total (también su precio) se ha minimizado al grado máximo. Podría sustituir eficazmente en nuestra casa o estudio de trabajo a un piano convencional, que ocupa muchísimo más espacio y cuyo ruido podría molestar a vecinos próximos; cosa que no ocurre con este modelo que, aunque tiene altavoces propios en su carcasa, se pueden controlar mediante un potenciómetro de volumen general, e incluso silenciarse para escucharlo a través de auriculares.
PX-110DK – Similar al modelo anterior pero al que le añaden el soporte.
PX-310 – Además de eficiente también para estudiar sobre él en nuestro propio estudio; al disponer de más recursos añadidos respecto al modelo anterior, podrá ser muy eficaz para utilizarlo sobre un escenario en ejecuciones musicales públicas, proporcionando con él un mayor y alto rendimiento.
 PX-400R – Yo quedé entusiasmado en mi análisis, antes citado, con este producto de CASIO, porque por su ajustado precio tenía, a mi juicio, una abundante cantidad de prestaciones muy propias como para ser usado en multitud de ocasiones, tanto en estudio, como escenario, e incluso como teclado maestro y conductor en nuestras grabaciones informáticas.
 PX-410R – Es un modelo aún más refinado y posterior al anterior, sin duda una excelente opción.
 PX-500L – Tiene la particularidad de que en cada tecla se encienden lucecitas, lo que parece útil como método de enseñanza para principiantes, mejorando con ello sus habilidades como pianistas.
 PX-700 – Sus prestaciones y su precio aumentan, y con ello sus recursos, por lo cual la amplitud de usos es bastante más considerable.


A fondo con el PX-110
Muy sencillo de manejar y de almacenar, incluso tras una puerta o de pié en un pequeño hueco de un armario. También fácilmente transportable, ya que tan sólo pesa, aproximadamente, 12 Kg. No tiene aspecto de juguetito, pues tiene un ancho de 132 cm, en los cuales se encuentran hasta 88 teclas contrapesadas y de un tamaño similar a como las podríamos encontrar en un piano “normal”, lo que ya facilita, al menos, el que nos sirva perfectamente para el estudio musical de cualquier partitura por teclado. Incluso podríamos sustituir con él a un incómodo piano “analógico”, más convencional o de mayor tamaño, que muchos no ven situado en alguna habitación de su casa y al resto de los vecinos también puede incomodar, al soportar una y otra vez nuestros ensayos con él; mientras que con este modelo podremos trabajar también acoplando unos auriculares, o bajo un volumen que podremos ajustar a nuestra conveniencia.

Como contiene dos altavoces internos, uno a cada lado de su carcasa, tampoco será imprescindible usarlo por auriculares, ni ayudado por otro amplificador externo, ya que ofrece una buena cantidad de volumen. Aún ajustando a su nivel máximo el control de volumen general que sale por sus altavoces, apenas se aprecia distorsión, salvo “que machaquemos” con delirio sobre sus teclas musicales, cosa que, por supuesto, no será lo usual. Su fondo de tan sólo 27,80 cm y su alto de 13,20 cm prácticamente nos permitirá colocarlo en casi cualquier superficie, mesa, e incluso llegados al caso, sobre una “tabla de planchar”...

Por supuesto, tras las teclas musicales y sobre la carcasa de este instrumento, unos pequeños y discretos botones, casi todos de presión, nos facilitan una gran cantidad de opciones para manejar sus sonidos y posibilidades técnicas, que son bastante amplias en su configuración, teniendo en cuenta su precio, sonido y diseño.

Un “Chip” llamado ZPI dentro de su maquinaria
¡Ojo! Que no estamos comentando nada de “política”. “ZPI” es un importante componente en los modelos “PRIVIA” de CASIO. Ese gran descubrimiento en sus laboratorios que les ha permitido conseguir distintos niveles acústicos que se perciben en cada uno de sus sonidos, según la presión que ejerzamos en cada momento a sus teclas musicales, logrando así unos matices “muy naturales”, que sorprenden por su efecto, de una muy acertada expresividad. En sus dos sonidos de piano, por ejemplo, parece como si de verdad hubiera unos martillos dentro golpeando unas supuestas cuerdas, como ocurre en los pianos clásicos, es decir, suavemente cuando las presionamos poco, o “con fuerza” cuando lo hagamos con movimientos más exagerados, pero a niveles “continuos” y no “a saltos”. Seguro que sí, que para CASIO este es un gran éxito MUY APRECIABLE de su producto.

Mecánicamente también han conseguido, a mi parecer con bastante acierto, tener en éste una sensación aproximada de la respuesta a la presión que ejercemos con nuestros dedos cuando pulsamos cada tecla musical; normalmente la sensación es muy parecida a cuando lo hacemos sobre el teclado de un piano convencional. En este caso, yo diría que se trata de un piano “semi-blando”, pero no tanto, ni mucho menos como los de aquellos sintetizadores de antaño, sólo lo suficientemente ágil como para lograr ciertos y cómodos virtuosismos (dependerá de cada ejecutante) en los estudios musicales sobre él.

Gran cantidad de sonidos diferentes en el PX-110
Para empezar, tiene incorporados hasta 60 DEMOS o piezas musicales completas, cuya gran mayoría se corresponden con composiciones muy conocidas del género “clásico” y con estilos muy diversos. No sólo sirven para darnos una idea de los eficientes sonidos que se le puede sacar a este instrumento electrónico, sino también para ejercitar nuestro entrenamiento musical, ya que se puede variar en cualquier momento la velocidad de la ejecución, e incluso silenciar la interpretación de una de las “dos manos” para que, sobre ello, nosotros practiquemos “con la otra mano”.

Como “instrumentos base” trae diez “fundamentales”, aunque realmente aparecen como once: dos de pianos “clásicos” diferentes, muy dinámicos y sorprendentemente “reales”, o muy similares a los acústicos mecánicos o no electrónicos; dos “pianos eléctricos” de timbres diferenciados, uno más “acampanado”, otro del tipo “Rhodes”; uno de clavicordio; otro como vibráfono; dos órganos (uno del tipo clásico de “Iglesia” y otro con efectos “percusivos” muy del estilo Hammond o también llamado del tipo “B-3”); uno de “cuerdas” de tipo orquestal bastante “abierto” y efectivo, para que suene junto a cualquiera de los sonidos anteriormente descritos; y un sonido de contrabajo “dulce”, como del tipo clásico; más otro (el once) que se encuentra en ese mismo botón de presión correspondiente, sobre la carcasa del aparato, donde el contrabajo parece estar acompañado de unos “platos muy sutiles”, para así tener un ritmo algo especial y diferente al interpretar determinadas piezas musicales que parezca que requieran más ritmo o swing.

La polifonía es de 32 notas, es decir, podrán sonar simultáneamente hasta 32 sonidos diferentes. Por supuesto, esto no es posible hacerlo “a la vez” con tan sólo los diez dedos las manos, pero sí, por ejemplo, si tenemos apretado el pedal de “sustain” en un acorde de cuerda mientras hacemos sonar otras notas melódicas interpretadas “por encima”.

También cuando registremos sonidos simultáneos que provengan de diferentes timbres o a través de MIDI y que suenan a la vez dentro de esta máquina. Tiene además otras ocho variaciones posibles en reverberaciones y coros, que pueden complementar a nuestro gusto y en cada ocasión, así como con y para cada sonido de los descritos anteriormente. Podremos añadirle o no, en cada momento, efectos de “metrónomo” a la velocidad que requiramos, así como efectos de percusión, que podremos variar a voluntad. Incluso si pulsamos el botón de presión correspondiente a las percusiones al final de un compás musical, parecerá que esa “batería” realiza un “break” con sus efectos de redobles de caja, de timbales o en “sus platos”. Contiene hasta 20 ritmos diferentes que podremos seleccionarlos en cada momento como nos convenga. También podrá variarse a voluntad el número de partes para cada compás musical que deseemos que componga nuestro desarrollo en la partitura que estemos ejecutando.

Importante: su botón de presión “Function”
Posee un botón de presión “Function” situado a la izquierda de su carcasa principal, junto al potenciómetro del control del volumen. Si se pulsa simultáneamente con cada uno de los demás botones de presión (que son también los que nos harán modificar los sonidos), va a cambiar sus funciones (anotadas o serigrafiadas debajo de cada uno). Así permite, por ejemplo, cambiar fácilmente de tono todo el teclado (a golpes de semitonos) e incluso cambiar su afinación u octavación. Asimismo, de ese modo podremos cambiar la ecualización de los sonidos para, por ejemplo, conseguir que suene nuestro teclado con un resultado acústico algo más “brillante”.

Con igual procedimiento encontraremos cuatro diferentes tipos de reverberaciones o cuatro de “chorus”. Por otra parte, el botón “Function” trabaja en combinación con diez teclas numeradas del cero al nueve, lo que permitirá realizar cambios y ajustes “más finos” en los sonidos de la percusión, así como en la distribución de sonidos combinados a lo largo del teclado musical.

Presionando también este botón al tiempo que otras teclas (que también están señalizadas) obtendremos cambios en los ajustes del “split”, de los tiempos, en las formas del metrónomo e incluso de los tipos de ritmos con que queramos acompañarnos en cada momento.

También con idénticos procedimientos dispone de hasta cuatro formas diferentes de ejecutar “acompañamientos automáticos” mediante acordes, ritmos y bajos generados internamente por sus circuitos electrónicos, y que se van correspondiendo de acuerdo a las teclas musicales que, con nuestros dedos y en cada momento, estemos presionando. Para lograrlo no existe un botón específico, sino la combinación de “Function” junto con las teclas del teclado musical que están ya asignadas para ello. Así, en algunas determinadas del teclado principal aparecen serigrafiadas al fondo de las mismas, y sobre el marco del mueble, sus “funciones adicionales” que son varias y gratificantes de experimentar. Con este modo de búsqueda “simplificada”, han logrado evitar situar una mucho mayor cantidad de botones sobre la carcasa del instrumento. Deberán leerse un poco las instrucciones, practicar con la combinación de estas teclas y botones descritos y te sorprenderás al encontrar la gran cantidad de “funciones” que esta máquina lleva ESCONDIDAS entre su “aparente simplicidad”. " Es más máquina de lo que parece"

Otras herramientas en el PX-110
Permite efectuar una grabación “separada” e independiente para cada mano; por ejemplo para que luego comprobemos nuestra eficacia al haber tocado sobre esas DEMOS, o para hacernos primero una base de acordes y, posteriormente, al escuchar ese “play back”, rellenar la otra pista con nuestra melodía y con el instrumento que elijamos.

Este modelo puede ajustarse para que en todas sus teclas suenen simultáneamente dos sonidos diferentes, por ejemplo piano junto a “cuerdas”. O también para separar esos dos sonidos mediante un “split”.

Uno de los botones de presión arriba en la caja principal, que dice “split”, consigue dividir cada mitad del teclado con dos sonidos diferentes, elegidos de entre todos los posibles en esta máquina; así permite ejecutar con cada mano los dos a nuestra conveniencia. También podremos variar fácilmente el punto del teclado donde deseemos que se separen los dos tipos instrumentales de ese “split”, sin más que apretar dicho botón y cualquiera de las teclas musicales deseadas. De igual modo, podremos hacer variar la cantidad de volumen relativa de cada una de esas dos partes separadas en sus sonidos correspondientes.

Tiene salida también a un costado de la máquina como para poderle insertar dos parejas de auriculares, es decir: una para el intérprete y otra para el “profesor o el acompañante”; para que así ambos puedan hacer un mismo seguimiento o practicar juntos sobre este aparato sin que su sonido salga por sus altavoces, dando un total silencio alrededor y fuera de esos auriculares. Hasta tiene una función de “conteo” que, a voluntad, podremos añadir al iniciar una interpretación musical.

Los ajustes que realicemos a nuestro gusto con el uso de todas estas disposiciones permanecerán sin alteraciones aunque apaguemos la corriente eléctrica que alimenta a este aparato, gracias a una pequeña pila de litio interna cuya duración prevista es de unos cinco años y que, en su momento, será fácilmente repuesta (mejor por el servicio técnico de CASIO, para no perder la información acumulada).

En ese mismo lateral (izquierdo) dispone de hembras DIN, para insertar allí las conexiones de entrada y de salida MIDI, con lo que podremos enlazar esta máquina con otras diferentes que deseemos en cada ocasión, por ejemplo con una computadora, pudiendo así hacer las veces de “teclado maestro” o usarlo como “módulo de sonidos” (los que internamente tiene y he descrito antes).

Por detrás tiene también tres hembras o conectadores, con los que podremos insertar los cables que provengan de tres posibles “pedales”, uno de los cuales, el de “sustain” ya viene de serie junto al teclado. Uno de esos pedales ejecutará también los efectos de “semi-apagador”, como lo encontraríamos en la mayoría de los pianos acústicos convencionales.

Su sistema “DSP” que voluntariamente puede usarse en esta máquina, permite unos ajustes complejos en el interior de sus circuitos, con lo que encontraremos unas mejoras acústicas llamativas. Trabaja a 12 voltios y con un consumo de tan solo 18 vatios. Viene de serie con un transformador adecuado para que, a través de él, lo conectemos a una corriente muy usual y alterna de 220 voltios. Se vende como opcional y por separado un soporte (CS-65PDK) especialmente diseñado para este modelo.

Alternativas al PX-110
En principio, como alternativa a este modelo, no sólo está lo que hay en el mercado de la competencia, sino que también, al ser el más bajo de la serie PRIVIA, cualquier modelo siguiente o superior de la marca deberá tener también otras herramientas añadidas que aquí no están contempladas.

Por ejemplo, se echan en falta las típicas ruedas de modulación y de “Pitch Bend”, que suelen estar a la izquierda de muchos teclados electrónicos y que aquí brillan por su ausencia. Pero también es cierto que en este modelo no sería tan efectivo, precisamente porque sus sonidos (y bien escogidos, por cierto), no son monofónicos, lo que hace prácticamente innecesario un uso del “Pitch Bend”.

También se echan en falta salidas y entrada de señal de línea desde este teclado hacia otros aparatos, aunque sí lo tiene de MIDI. Tampoco conexiones USB y algunos refinamientos más.

Pero a mi juicio aquí ha concentrado CASIO un  sencillo pero atractivo producto que entre otras cosas tiene:·

  • Unos muestreos de sonidos muy logrados, especialmente en el piano básico, órganos y pianos eléctricos, aunque tiene varios más que ya he descrito anteriormente.
  • Su no-necesidad de amplificación fuera de este aparato pues es autosuficiente con la energía que proporcionan sus dos altavoces en estéreo integrados dentro de la máquina.
  • Su poco volumen y peso, que lo hacen muy cómodo de almacenar y colocar en casi cualquier parte, pero que aún así no da la sensación de que se trate de un juguetito, sino de algo más serio.
  • Sus teclas contrapesadas, similares también en tamaño a las de un piano clásico, que permite realizar con ellas todo tipo de estudios musicales. Trae de serie soporte para poner partituras.
  • Sus dos entradas de auriculares, para que sus sonidos puedan ser seguidos a la vez por dos personas diferentes y así no molestar a los vecinos que pudieran estar alrededor de la máquina
  • Su posible inserción de tres tipos diferentes de pedales (ya trae uno de serie).
  • Su cantidad importante de funciones musicales, aún con la apariencia de tener pocos botones como, por ejemplo y como extras, diferentes tipos de acompañamientos automatizados, afinación y transposición, variaciones en los tipos de ritmos y en las 20 percusiones que también contiene.
  • Hasta permite la grabación de nuestra ejecución (para un solo tema, algo es algo...) hasta para 10.000 notas, bastante suficiente como para un tema musical bastante largo en el tiempo. También puede efectuarse dicha grabación separadamente para cada una de sus dos pistas.

Tiene bastantes más cosas de lo que encontraríamos en muchísimos “teclados electrónicos básicos” y, por supuesto, poco superable por un presupuesto tan bajo como de 695 €.

 

 

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