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Way Huge®. ¿Quieres pedales tipo boutique?

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Un vistazo general a nuestros invitados
Recibí este paquete que contenía cinco pedales. No tenía referencias previas, así que mi cata era a ciegas. Mi forma preferida de realizar el test: sin condicionantes pre-banco de pruebas. Lo primero que llamó mi atención fueron las cajas de los invitados. Cartón impreso, como con viñetas de cómic, sobre el que reposan pegatinas de enérgicos colores con el nombre de cada pedal en cuestión.

La familia de productos que vamos a analizar tiene características en común: mismo tamaño, construcción en materiales idénticos, igual ubicación para el compartimento de las baterías, potenciómetros, stwichs, leds y acabados similares, etc.

El tamaño, acabado y peso
Con carcasa metálica, se trata de un pedal algo más ancho en horizontal y más estrecho en altura que el típico Boss®. Productos ligeros y fácilmente transportables. Me gusta su diseño y acabado: colores agresivos, letras grandes. Estas características hacen que podamos distinguir con facilidad cuál es cada pedal si está situado en el suelo, incluso bajo la oscuridad del escenario. Otro detalle agradable es la generosidad en el tamaño de sus potenciómetros: bien visibles, manejables y sólidos.

El precio
Hemos de considerar, en general, que se trata de armaduras de metal. Son pedales con una relación señal/ruido óptima, poseedores de la tan aclamada apariencia vintage y con unos resultados acústicos apetecibles e incluso, en alguno de los casos, sorprendentes.

Si estas pensando en gastar 60 €, ésta no es tu elección. Pero la línea de producto tampoco llega al coste de la fabricación “USA artesanal”; digamos que es una alternativa intermedia, más cercana al top de gama que al “chiquilicuatre”.

En resumen, ¿De qué se trata?
A excepción del delay, del que hablaremos un poco más adelante, la familia de “bichos” que nos ocupa aborda fundamentalmente el campo de las saturaciones. Desde el cambio de dinámica con ataque cremoso hasta la distorsión más profusa, e incluso bestia. Vayamos por partes.

Way Huge Aqua Puss MKII. Delay analógico
Bajo las características descritas anteriormente en cuanto a acabados y medidas, nos topamos con un pedal que se separa un poco de los otros cuatro. Se trata de un delay analógico con cierto sabor vintage. Flexible y versátil, nos permite controlar los parámetros habituales en este tipo de efecto: velocidad de repetición, duración, volumen de efecto en relación a la señal original, profundidad, etc.

Sus características a destacar son: la facilidad de adaptación a cualquier tipo de repetición que requiera nuestro contexto, su apetecible tono “echo” a la vieja usanza y la amplitud de variaciones posibles, con retardos que oscilan entre los 20 ms y los 300 ms.

Way Huge Pork Loin. Soft Clip Injeccion Overdrive
A continuación vamos a ir comentando los pedales, ordenados por su nivel de saturación. Empezando con la propuesta más suave y poniendo el punto y final en el Super Jumbo Fuzz (el más peleón de la familia).

Pork Loin, sin duda alguna, es el pedal que más me ha sorprendido de los cinco. Con notable diferencia. Independientemente de mis gustos musicales, que no deben condicionar las pruebas, confieso que, como guitarrista, me ha impresionado enormemente. Hacía bastante tiempo que no probaba un pedal tan fantástico y, cuando lo hice (hablando de un efecto de esta onda), se trataba de un producto con un coste superior, en un 30% aproximadamente.

El nivel de saturación moderado es uno de los más difíciles de tratar con éxito. El Pork Loin nos lleva desde el “limpio con brío” hasta la “saturación suave que chilla”. Cuando nos movemos en éste abanico tímbrico, la intensidad con la que tocamos juega un papel fundamental. La dinámica de la guitarra se hace muy sensible. Si tocamos bajo, el sonido es con brío y punzante pero prácticamente limpio. Sin embargo cuando elevamos la presión sobre las cuerdas, el tono se convierte en desgarrado y sucio. Un ambiente sonoro en el que existe una relación directamente proporcional entre la intensidad de ejecución y la saturación. Personalmente, creo que esta riqueza de expresión es magnífica a la hora de trasmitir emoción o contenido a nuestras frases.

Probé el pedal con una guitarra Godin y un amplificador de válvulas. Ya disponía, en el canal crunch del amplificador, de este repertorio “limpio-peleón”. No obstante, con el pedal, el cambio fue notoriamente significativo. Tanto es así que decidí pasar al canal limpio y manejar las texturas de saturación solamente con el efecto. El resultado derivó en algo mucho mejor que el clima de ganancias generado por el propio amplificador.

Por último, quiero añadir que el control de los matices, a través de sus cinco potenciómetros, es preciso. Nos permite dirigir las características del sonido hacia nuestra intención concreta, según vamos perfilando los ajustes del “cacharro”.

Me he enamorado, quiero un Pork Loin.

Way Huge Angry Troll – Linear Boost Amplifier
Pasamos a la saturación roja. Un peldaño en la senda de lo salvaje. Este “enfadado” pedal recorre una saturación más amplia con respecto al anterior. A través de sus controles, obtenemos una sensación parecida a la de estar manejando un preamplificador de micro vintage. Hablamos de saturación y overdrive ligero.

Ajustes
Mientras uno de sus potenciómetros es de rotación libre (concretamente el de volumen), el otro tiene cinco posiciones que van desde lo más suave a lo más chilloncete. Se trata de puntillos de punch británico, situados dentro de una escena que podría englobarse en el “garaje peleón”.

¿Y qué pasa si juntas el Pork Loin con el Angry Troll? Curiosa combinación de recursos entre saturaciones y sugerencias crunch con mucho ataque. De todos modos, me sigue gustando más el primero.

Como añadido, hay que decir que posee un coste relativamente moderado, incluso comparándolo con sus propios “primos” mencionados en este artículo.

Way Huge Fat Sandwich. Harmonic Saturator-Distortion
Seguimos avanzando hacia la distorsión progresiva. El Fat Sandwich supone otro ascenso en el camino hacia la distorsión decidida. Aunque su recorrido comienza de nuevo en el crunch y acaba en la distorsión, podemos afirmar que brinda un repertorio más agresivo que el que posee el Angry. A decir verdad, se trata de un pedal bastante versátil. Contempla desde las clásicas distorsiones hasta otras bastante densas y más contemporáneas. Ofrece, en definitiva, una gama de sonidos adaptables a casi cualquier contexto, sobrepasando el rollo garaje sucio y sin llegar al metal pesado (aunque podrías utilizarlo también en ambas situaciones si te lo curras un poco).

Controlando el pedal
Cuenta con dos grandes potenciómetros que manejan el volumen y la distorsión respectivamente, uno central de proporciones intermedias encargado del tono, y dos más pequeños que se ocupan de la resonancia y la presencia. Es importante destacar la riqueza que nos proporcionan estos dos últimos; aunque el tono, volumen y distorsión, obviamente, modulan mucho el sonido, los dos pequeños controles le dan un punto especial al pedal.

Con las alteraciones efectuadas en el parámetro resonancia consigues darle empaque, pegada y grosor a la guitarra: desde distorsiones finas y de buen empaste (para canciones muy cargadas que tienen poco “sitio”), hasta sonidos muy densos que ocupan prácticamente todas las frecuencias del espectro (digo casi, que conste). En este segundo caso me refiero a un sonido muy contundente y gordo. Por su parte, la presencia ayuda a dar definición a esos rollos espesos o, por el contrario, a reducir la incisión si resulta demasiado punzante.

Conclusiones
Distorsiones medias y altas, mucha versatilidad y precisión a la hora de definir el grado de suciedad y timbre de la guitarra. Los resultados en crunch son apetecibles, aunque el pedal es peleón en general y se aleja un poco del concepto británico vintage. Es el menos barato de la familia en test (aunque por poco).

Way Huge Swollen Pickle- Super Jumbo Fuzz
Llegamos al punto álgido de la adrenalina cañera. Este monstruito verde me ha sorprendido bastante. Inicialmente pensaba que se trataba de un fuzz convencional. Onda Hendrix, distorsiones gruesas, oscuras y ese característico rumor entubado (me refiero a sonidos que dan la impresión de pasar por un tubo, al ser algo excesivos en resonancia).

Bien, para eso están las pruebas. Salimos de dudas y ampliamos los puntos de vista. Os cuento.

El Swollen Pickle es mucho más amplio en concepto de lo que imaginaba. En general, creo que el fuzz muy localizado es potente pero poco versátil (opinión personal). Pienso que tiene papeles muy concretos en la interpretación, casi siempre. Sin embargo, con el Super Jumbo Fuzz nos topamos con una riqueza cromática inesperada. A través de sus cinco controles podremos obtener decenas de sonidos. Desde ese crujido clásico y típico hasta sorprendentes distorsiones metaleras a más no poder.

Llamativo
Bajo mi punto de vista, lo más destacable es la facilidad que nos proporciona a la hora de personalizar el sonido (igual que sus predecesores). Los controles están bien pensados y las modulaciones nos guían de unos extremos a otros. Puedes perfilar ese detalle que buscas en un momento dado: un poco más fino, un poco más largo, más bestia... en fin. Es, además de uno de los más baratos, un pedal llamativo, enérgico y bastante agresivo si lo calientas.

¿Qué descuento me hace, oiga?
Si tuviera que elegir dos, me quedaría con el Pork Loin y el Swollen Pickle, aunque entre los cuatro (y apartando el delay) se recorren en realidad prácticamente todos los tipos de saturación/distorsión que puedas necesitar.

Finalmente, tus gustos y necesidades te harán más afín a uno u otro. Vamos, que si te mola la “frikipedalmanía” o buscas nuevos colores para tu sonido, debes probar los Way Huge. Lo mismo lo flipas con alguno de ellos.

 

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