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Manuel Rodríguez MB. No sólo los clásicos tocan con españolas.

manuel rodriguez

Cuando aprendía a tocar la guitarra, recibía clases de clásica. Con una española, como era de esperar. Sobre los 13 años, seguía con mis clases de clásico, pero me hice con una eléctrica. Por entonces me daba hasta “vergüenza” que mis colegas me vieran tocar con una cuerdas de nylon “clasicorra”. Pensaba yo que era poco moderno y que ese tipo de guitarras sólo las usaban los clásicos, o en misa.

Al cabo de unos años, aún seguía yo emocionado con mi imitación de Les Paul y aporreando (por mi cuestionable calidad) algo parecido a heavy. Apareció un guitarrista más heavy aún que yo, pero... Sorpresa, también tenía una guitarra española y hacia con ella unas cosas totalmente asombrosas para mí. Más tarde comprendí mi estupidez y aprendí del encanto de intentar sacar música de cualquier guitarra que cayera en mis manos. Obviamente, mi guitarra clásica de estudio no me servía para el local. ¿Cómo me colgaba yo eso y cómo lo hacía sonar al lado del batería de la banda?

El paso de los años me hizo hacer ver que debía aprender de muchas fuentes y estilos. Dejé de querer tocar sólo un tipo de música. Incluso le cogí el gusto a hacer más música que ruido, incorporando el silencio, los matices y la interpretación con sonidos menos estridentes. Y ¿qué tipo de guitarra me iría bien para hacer mi música con la banda, para grabar y para usar en contextos que distan de lo estrictamente clásico?

Guitarra Manuel Rodriguez Cutaway Model B
Durante mucho tiempo eché en falta una guitarra de este estilo. Algo que sonara como mis cuerdas de nylon, pero que se acercara a mi contexto en el grupo. Algo manejable, con previo y de tacto cómodo o parecido a mis eléctricas.

Creo que este instrumento está especialmente concebido para esas tesituras. Una guitarra como una clásica, pero con un mástil mucho más estrecho. Del tipo de una eléctrica. Con una caja más fina que la de una clásica, con cutaway y previo. Pensada para tocar sin necesidad de micro. Parece que sería la compañera perfecta para ensayos, estudio y nuestros bolos.

Construcción
Ha llamado mi atención la buena calidad de los materiales elegidos. Cedro de Honduras en mástil, cedro sólido de Canadá en tapa, y curiosa elección de su creador para los aros y fondo: palorrosa. También en diapasón y puente.

Una guitarra ligera, cómoda de tocar y bien acabada. Su clavijero presenta, para mi gusto, una dureza y exactitud especialmente cómodas. Una afinación, hardware y octavación de niveles profesionales. Está claro que está bien hecha, aunque me habría gustado un poquito menos de austeridad en la decoración del aro. Tal vez la misma responda a esa búsqueda de un look de banda que diste de lo clásico. Lo ignoro. En cualquier caso, es un detalle con poca relevancia y que obedece a mis impresiones personales.

El sonido con y sin previo
La guitarra llegó a mis manos totalmente nueva. Olía a estreno. Me encanta ese olor y aspecto de una guitarra de maderas nobles cuando abro el estuche o caja. Como es habitual en un instrumento nuevo, la afinación era algo inestable. Inestable porque la guitarra se adaptaba a la temperatura y humedad de su nuevo lugar de trabajo, e inestable por estar recién encordada.

Desenchufada
La mantuve durante diez días en el estudio, tocando con ella un rato cada día. Cuando la afinación se estabilizó, supuse que la madera ya estaba cómoda y se había adaptado a su nuevo entorno. La verdad es que noté ciertos cambios en el sonido del instrumento a lo largo de este proceso.

La guitarra, al inicio de las pruebas, era poderosa en graves. Es el apartado que más me ha gustado de este instrumento: su definición y contundencia en los graves naturales (sin previo). Me gusta el grave con poderío, pero nítido, de este instrumento. Por el contrario, las tres cuerdas agudas sonaban muy secas. Un sustain ávido de cola. Achaqué esta “debilidad” de agudos y medios a la estrechez de la caja, en comparación a otros modelos que tenía por el estudio. Con el paso de los días, este aspecto fue mejorando. Con la madera de la tapa más “contenta y adaptada”, las notas emitidas por las tres primeras cuerdas duraban más y ganaron un poco de volumen. Equilibrándose así mejor el abanico tímbrico del instrumento.

Enchufada
Era hora de conocer el rendimiento del previo. ¿Cómo afectarían las posibles EQ del mismo a esa contundencia de graves y necesidad de brío en los agudos? Como era de esperar, el previo nos brindaba más versatilidad, pudiendo manipular, a través de sus potenciómetros, el sonido.

Para adaptar el sonido a mi gusto reduje con el previo los graves e intenté realzar los medios y agudos. Me serví también de un ecualizador externo (de una mesa de mezclas) y añadí un poco de reverb, que me facilitó un sonido algo más acolchado y largo. Ahora disponía del sonido que estaba buscando en los monitores a través de esta M. Rogríguez Cutaway B.

Creo que con un previo más exigente, la guitarra ganaría un poco más en ductilidad a la hora de reducir graves y potenciar agudos. En cuanto a la vida de las notas antes de apagarse, con el paso de los días, el sustain siguió mejorando.

Conclusiones
Los buenos acabados del instrumento, así como la calidad de los materiales de construcción, justifican un precio que ronda los 1.125 €. La parte más fuerte de esta guitarra es su comodidad a la hora de tocar. Un instrumento ligero, de caja estrecha e ideal para usar colgada o con posturas que nada tienen que ver con el clásico. También destaca su mástil de corte “eléctrico”. Más estrecho que una cuerdas de nylon convencional. Más cómoda de tocar en pasajes rápidos. Ahora debemos sumar a estas ventajas su cutaway, que también nos facilita la interpretación en la parte más aguda del diapasón. En definitiva, resumiría sus aspectos más destacados en una palabra: comodidad.

Creo que se trata de una guitarra para músicos acostumbrados a eléctricas, y que buscan este concepto en una española. Para guitarristas tradicionales de españolas, el mástil resultará raro (por tener sus cuerdas más juntas) y se percibirán como interrogantes las características acústicas de una caja más estrecha.

Parece que queda muy bien definida cuál es el área de instrumentistas para los que se ha ideado esta guitarra, y creo sinceramente que consigue muy bien sus propósitos. Si te gustan los sonidos del nylon para marcarte rollos en tu banda, sea cual sea tu estilo, y no quieres sacrificar tu forma de tocar un mástil de eléctrica, ésta es una opción muy apetecible y con materiales de primera.

 

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