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Riley Raw Custom. Nuevos instrumentos pisando fuerte

  • Publicado en Guitarras eléctricas

Una marca poco vista por estos lares. Su diseñador es músico y trabajó con las principales fábricas de guitarras de Europa, Corea y China. Esta experiencia le hizo tener muy claros sus conceptos y objetivos. Guitarras diseñadas en Europa y fabricadas en la mejor fábrica de instrumentos de Corea. Que la marca no sea muy conocida por el momento, hace que no tengamos que pagar excesos por la firma. Vale simplemente lo que su calidad nos ofrece. En ISP Música nos hemos llevado una alegría al probar esta nueva “monstruita”. Os contamos ahora por qué.

Introducción
Comenzar diciendo que existen tres gamas: Custom (1.150 €), Standard (675 y 735 €) y Basic (350 €). Nuestro banco de pruebas de hoy se centra en el modelo más alto de gama. Vayamos por partes.

Comentaba al inicio que nos encontramos con una buena ventaja: una marca desconocida por el momento. Las firmas consagradas, no en instrumentos sino en todo, tienen un coste adicional por marca y supuesta garantía de la misma. En el caso de hoy nos encontramos con un precio de venta que mide bien el producto que se nos ofrece, recortando flecos económicos para presentarse como una producto competitivo.

En algunas ocasiones que me indican que me harán llegar instrumentos nuevos, suelo echarme a temblar. Es entonces cuando pienso que me enviarán una guitarra de calidad más que cuestionable, barata, para la masa, que parezca aunque no suene un pimiento. La Riley Ray Custom me demostró (como alguna otra), que aún hay esperanza para encontrar cosas nuevas que merecen la pena. Guitarras bien construidas, pensadas y que consiguen el objetivo precio, sin rebajar la calidad hasta lo vergonzoso (como en otros casos).

Conozcamos el instrumento, desembalando
Abrí la caja con gran expectación. Su diseño y acabado es visual, cuidado, afilado y apetecible. Una guitarra agresiva a la vista, pero sutil. Al ver sus EMG 81 + 89 y el Floyd Rose, pensé dos cosas. La primera: guitarra cañera. La segunda: se han “estirado con los componentes, poniendo cosas buenas”. Interesante.

Sin enchufar, al tacto
Como casi todos, supongo, enciendo el ampli y le dejo calentar. Entre tanto voy pasando algunas cositas por el diapasón para comprobar tacto, resonancia, sustain natural, octavación “a pelo”... en fin... Afino y a conectar.

Antes de centrarnos en el sonido, expresar que el tacto es agradable (aunque me habría gustado un pelín más flexible. Yo, seguramente bajaría calibre en este tipo de guitarra (para mi claro... cada cual sabrá cómo le gusta). Lo que sí destacaba ya desde el inicio era su equilibrio. Precisión de afinación, empaste entre sus cuerdas y nutridos armónicos. La cosa pintaba bien, una guitarra bien construida.

Acabado y materiales
Con leer la ficha técnica ya te harás una idea. Floyd Rose® pastillas EMG®, cuerpo de caoba, tapa de arce, diapasón de ébano, clavijero Grover®, Dunlop® strap locks, sistema de mástil neck trhu (atravesando de una sola pieza el cuerpo y proporcionando mayor estabilidad y sustain). Vamos, que no han escatimado en materiales ni en diseño a la hora de ensamblar. Por el contrario se trata de acabados, materiales y construcción más bien lujosos.

Sonido
Ante un mástil neck trhu, esas pastillas EMG, el cuerpo de caoba, y el trémolo Floyd Rose®, lo primero que imaginamos es un sonido denso, grueso, agresivo y cañero. Sin embargo el instrumento es francamente versátil y si se pronuncia más en algo (ante mis oídos) es más de agudos que de graves.

Su selector de pastillas de tres posiciones, el push pull del control de volumen, y su efectivo potenciómetro de tono, nos ayuda a configurar una gran variedad de timbres. En este sentido he de decir que la guitarra es versátil. Está preparada para casi todo.

Como todos, supongo, la probé en rollo cristalino, chispa saturada y a lo bestia. La parte de limpios es impecable y brilla con especial claridad. La posición baja del selector tiene un aire Strat® y con la media y alta, vamos a sonidos brillantes, pero con menos “pegada/slap”. Tanto en saturaciones bajas como en distorsiones bestias, procuré realzar los graves, tanto con los potenciómetros del propio instrumento como con los del amplificador. El resultado es el mismo: versatilidad.

En general, y como ya he dicho, tiene un concepto más afilado que oscuro en cuanto a sus sonidos.

Conclusiones
No hace falta ser sabio para darse cuenta de que se han empleado materiales caros. La guitarra está en una escala media pretenciosa y su acabado es impoluto. El hardware y electrónica más de lo mismo. Bueno. Para mí este instrumento tiene varios aspectos claramente ventajosos con respecto a otros que he probado: el precio (es realmente competitivo), su equilibrio en afinación es exquisito y la fluidez de sus armónicos nos habla de un montaje sereno y confiable aun en condiciones de extracaña.

Si manejas este presupuesto debes sin duda probarla. Es una guitarra francamente seria. En el caso de tener unos ahorros más limitados puedes probar las series Standard o Basic (más accesibles). En cuanto a lo que puede llegar a gustarte la Riley Raw Custom, resumo en que es una guitarra bien hecha y con más timbres agudos brillantes que apagados, aunque evidentemente la EQ te ayudará a variar todos estos aspectos, haciendo predominar los matices en frecuencias que desees.

Riley, por lo que hemos probado, buenas guitarras. Sí, señor.

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