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Raimundo MS 801 CE: La fascinación del trabajo bien hecho

  • Publicado en Guitarras acústicas

raimundo

 

 

 

 

 

Txt: Chema Vílchez

Esta mañana, al abrir el embalaje donde se encontraba la guitarra Raimundo que David Martín me envío hace un par de días me he llevado una triple sorpresa. La primera es que, como en anteriores ocasiones, esperaba una flamenca o española y no reparé en que David me enviaba una acústica. Así que con no poca curiosidad y sí un creciente entusiasmo adolescente empiezo a tocarla. Hace tiempo que no le presto mucha atención a las guitarras acústicas de cuerdas de bronce, ya que una Ibanez y otra Taylor me acompañan desde hace años y me han tenido extremadamente satisfecho, por lo que no he sentido la necesidad de probar otras. Pero la segunda sorpresa viene a los pocos instantes de estar tocándola. Tengo la sensación de tener un delicatessen entre mis manos acariciando mis oídos. De entrada muy buena impresión.

Después de un buen rato tocando paso a comentar algunos detalles.


Primero indicar que el instrumento es muy cómodo, y eso a pesar de llevar cuerdas de un calibre alto y tenerlas un poco altas con respecto al diapasón. Para mi gusto, con un pequeño ajuste o un simple limado del puente puede quedar perfecta, aún así recalco que la guitarra es muy cómoda incluso para Raimundo acustica1los acostumbrados a tocar en modelos con baja acción. En la curvatura del mástil, radio y grosor, tanto para acordes, líneas melódicas, como para mantener cejillas durante un tema tras otro, encontraremos ergonómicamente la misma sensación que nos puede producir una guitarra eléctrica. El ancho de la caja viene a ser similar al de una guitarra española o a cualquier acústica estándar. Esto es de agradecer, ya que la guitarras acústicas con una caja estrecha y destinadas exclusivamente a ser enchufadas, aunque pueden ser una ventaja con los habituales acoples, nos privan de la sensación inigualable de sentir en el pecho y en el estomago la vibración de un instrumento acústico. En ocasiones con las guitarras acústicas y, por qué no decirlo, con las españolas, tanto clásicas como flamencas, sucede que el resultado de la fabricación es un instrumento que aparenta ser más o menos vistoso, pero cuya vibración, emisión de armónicos y volumen en un primer momento es pobre y se mantiene así para siempre. En otros casos la evolución es notable y el instrumento gana con el paso de los meses, como es obvio, siempre que se utilice. Si sucede, como es en este caso, que recién construido suena a un gran nivel, todo lo que queda esperar es ir a más.

Por proporcionar algunos detalles técnicos, os señalo que el ancho de la caja a la altura del traste 15 es de 100 mm y en la culata es de 111 mm. El diapasón es de Ebano africano. El mango o mástil es de Cedro y lleva un alma interior ajustable, esto es esencial sobre todo si cambiamos de juegos de cuerda con distintos calibres. El ancho en el traste 15 es de 55 mm y en el hueso del puente de 45 mm. La escala es de 650 mm. En definitiva, todo un aliado para la mano izquierda. No son poco habituales algunas guitarras acústicas muy duras y cuya tensión se convierte en un “rompe manos”; pues en este caso es todo lo contrario, la sensación es bastante confortable. La caja y los aros son de Coco-Bolo, y en el caso del modelo que me han enviado el corte de la madera, las formas y contrastes de la vetas son bellísimos. El barniz es incoloro y nos permite disfrutar de sus formas naturales. Empiezo a temer que me va a costar enviar de vuelta a David esta guitarra.

En cuanto al sonido escucho un timbre muy cálido. Los agudos no son chillones, sino muy al contrario, con cuerpo y, junto a estos, unos graves limpios y presentes conforman un instrumento balanceado y equilibrado. Tiene a su vez un buen volumen, abundantes armónicos y un nada desdeñable sustain. La otra particularidad con respecto al sonido es que el instrumento se puede conectar a un amplificador. Viene equipada esta guitarra con un sistema Fishman Classic 4T. Consta, como es habitual en estos previos, de un ecualizador de medios, graves, agudos, y un fader para añadir brillo, por supuesto control de volumen y un afinador.

Aquí viene la tercera sorpresa, el sonido amplificado es muy bueno, incluso más que bueno, excelente. Me impresiona cómo araimundo acustica2 un considerable volumen, en esta ocasión para este banco de pruebas estoy utilizando un sistema Bose L1, la tolerancia al acople es extraordinaria y con el añadido de no perder un ápice de naturalidad en el timbre. Desde luego son pocas las veces en las que no hecho de menos tener que usar un micrófono para amplificar la señal, pero sin duda esta es una de ellas.

Por otra parte, cabe señalar que la afinación es muy estable y precisa; los clavijeros, de color dorado, cómodos. En cuanto a la fabricación, tengo la sensación de que es un instrumento resistente a golpes y cambios de temperatura-humedad, bien construido, con los detalles necesarios y sin mayores excesos que nos lleven a la frontera de lo pomposo y recargado.

De este modo, mi valoración final es muy positiva. La guitarra en todos sus aspectos me ha gustado mucho, su sonido, tanto acústico como enchufado al amplificador, su comodidad, aspecto… Siento que tiene algo del carácter de una guitarra española y eso me agrada en extremo. Para quienes busquen una buena guitarra acústica me parece una opción que se debe tener muy en cuenta. Vuelvo a recalcar algo que no me gustaría olvidar cada vez que tengo que dar mi opinión sobre un instrumento, si está en nuestra mano la posibilidad de probarlo hay que hacerlo, no creo que haya dos instrumentos iguales, y aunque el nivel de calidad sea excelente, puede que en uno nos encontremos más identificados que en otro, o entren en juego otras variables, aquellas que sólo el corazón entiende y de las que escribir aquí se hace, al menos para mí, imposible.

12/05/2009

 

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