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Fender Jazz Bass en 3 épocas, 60 aniversario

Fender-Jazz-Bass-ISPMusica

Los instrumentos musicales han tomado sus evoluciones conforme a los gustos de cada época y a las genialidades de quienes acertaron en rediseñarlos. Para la historia han quedado reflejados auténticos maestros que supieron visionar una nueva estrategia de mejora que durante muchos años después los músicos hemos agradecido. Uno de los más celebrados en tales incisiones fue, sin duda, el avance que Mozart en el siglo XVI impulsó al crear su "Piano Forte",

añadiendo, entre otras cosas, 3 cuerdas por nota en lugar de 1 a los teclados que hasta ese momento se estaban construyendo. Marcó una genial frontera aún vigente en casi todos los pianos "analógicos"...

 

Parece ser que ya en 1932 Adolf Rickenbacker patentó en Estados Unidos la que se considera la primera "guitarra eléctrica" y que consistía en una guitarra "española clásica" con trastes, a la que había adosado una pastilla magnética fonocaptora que él mismo había creado un año antes, sacando más tarde con su nombre nuevos modelos ya más retocados, así como igualmente lo hicieran los de GIBSON.

Leo Fender, el gran creador
Leo Fender nació el 10 de Agosto de 1909 en Fullerton (California - USA) y desde muy pequeño despuntaba como un auténtico "manitas". Interesado por la electrónica, "destripaba" todo aquello que pasaba por sus manos para aprender su funcionamiento.

Su primer trabajo fue como contable para una compañía llamada Highway, pero dadas sus habilidades, pronto cesó en esa y constituyó su propia compañía con el nombre de FENDER RADIO SERVICE. Allí se dedicaba a reparar, principalmente, radios, amplificadores y guitarras eléctricas que él no había inventado..., pero las desmontaba, estudiándolas a fondo y con gran acierto, a su modo, las "perfeccionó" en aquella época.

En 1946 Leo Fender diseñó él mismo su propio modelo de guitarra eléctrica con cuerpo macizo a la que llamó "Broadcaster". Pronto fue tan demandada que se animó, en 1950, a crear su nueva Compañía denominada FENDER ELECTRIC INSTRUMENT MANUFACTURING COMPANY, para su masivo lanzamiento. El modelo tenía un cuerpo sólido de madera al que le atornillaba un mástil (posteriormente las construiría también en una sola pieza conjunta y solidaria de mástil/cuerpo) con 2 pastillas, en lugar de 1 sola como hasta esa fecha se hacían y selector de 3 posiciones, en colores diferentes y atractivos diseños.

Al siguiente año, 1951, perfeccionó su diseño de guitarra eléctrica al que le hizo llamar Telecaster®, ya que su denominación anterior había sido antes patentada por su competencia GRETSH (otra Compañía que también fabricaba por entonces sus propias guitarras eléctricas), que incluso puso un pleito a FENDER, por lo que Leo llegó a sacar una serie corta de guitarras denominadas "NO-CASTER", muy escasas en la actualidad y por las que hoy sus privilegiados coleccionistas pagan enormes precios.

"TELECASTER", 55 años después, sigue siendo por todo el mundo la sensacional añoranza de muchísimos guitarristas que aspiran a tenerla para tocarla habitualmente y que la nombran como una de sus preferidas. El resto de casi todas las marcas de otros fabricantes, igualmente, tratan de imitarla.
Muchos piensan que Leo Fender era guitarrista, pero parece que no solía tocar tal instrumento, aunque si el saxofón... Para 1954 "refina" sus diseños, ofreciendo como nuevo su modelo "STRATOCASTER". Éste lleva incorporado una efectiva "palanca", (hasta entonces mal diseñada por otros de la competencia) ahora con un selector de 5 posiciones, al incorporarle también una tercera pastilla central.

Por problemas de enfermedad, vendió su compañía a la CBS en 1965 por 13 millones de dólares, pero sin embargo no falleció hasta el año 1991. Aún así, también tuvo pleno éxito creador en esos años intermedios, en los que intervino en otras Compañías, que se han multiplicado exponencialmente y que siguen con toda su viveza comercial. Nacieron así, con su misma filosofía, otras sub-marcas tales como la de SQUIRE.

La gama de mayor prestigio FENDER es la fabricada en Estados Unidos, le siguen las fabricadas en México y las de Korea, entre otros países.

FENDER PRECISION BASS
En 1951 Leo Fender diseñó su primer bajo en forma de guitarra. Cuenta la anécdota que, hasta ese momento, habitualmente los contrabajos que usaban los músicos no tenían "trastes", por lo que a Leo se le ocurrió que al poner en su mástil "trastes" podrían darse sus notas musicales "con precisión"... por lo que asignó con ese nombre a este modelo en concreto. Su uso creó entre los músicos unas nuevas formas de interpretar especialmente más rítmicas, con revolucionarios estilos notablemente creativos.

Su cuerpo tenía adosada una "pastilla fonocaptora" similar a las que diseñaba para las guitarras, pero en este caso con sólo 4 imanes (uno para cada cuerda). Su mástil, con un largo de 34 pulgadas (864 mm) se estimó que se parecía al de un "violoncelo". Ésta fue una ocurrencia de Leo que, desde entonces, se tomó con estándar para casi todo el mundo. En un principio, usó cuerdas de piano para este instrumento. Rediseñó el clavijero en donde encordarlas y, curiosamente, en un principio lo hacían al revés...

FENDER JAZZ BASS
Fue en 1960 cuando Leo Fender "perfeccionó" su modelo de bajo, denominándole JAZZ BASS, reduciendo el tamaño de su cejuela, ahora más delgada (38 mm, mientras en el Precision era de 42 a 44 mm) y con ello un mástil más estilizado y cómodo, aunque del mismo largo de 34 pulgadas.

También a éste le incorporó entonces una pastilla adicional, o sea un total de dos, una cerca del diapasón y otra cerca del puente, con lo que aumentaba sus recursos de sonidos desde un tipo "brillante" al más "grueso". Para controlar el sonido, situó 3 potenciómetros sobre el cuerpo, 2 para ajustar el volumen generado independientemente desde cada pastilla y otro común a las dos para controlar el tono.

FENDER JAZZ BASS del año 1962
A mis manos llegó a España en 1963, y aún le conservo, repintado ya por 3 veces, ahora en color "blanco hueso". Originalmente era de ese "rojizo/negro" combinado y característico en la primera época de Fender. También le cambié sus dos pastillas por unas "Di´Mazio" con entrehierros individualizados; guardo por supuesto las pastillas Fender originales, que estaban bobinadas a mano, como hace tiempo ya no se hacen.

Este ejemplar, que fue de fabricación Norteamericana, por ese año era difícil de importar a España y pasó antes a través de Alemania, con quien teníamos mejores relaciones (relativas) comerciales. Medió en ello una oficina especial comandada desde Madrid por el entonces residente ex-Presidente de Argentina Juan Domingo Perón (el de la Evita...) Al final resultó "tan compleja importación" que acabaron por no enviarme la factura del instrumento, razón por la cuál siempre acabé por decir que en realidad se trató de un regalo de ese mismo ex-Presidente...

He hablado con muchos músicos legendarios y todo da a entender que ese JAZZ BASS de FENDER, que aún poseo, fue el primero que entró en España.

Lo he disfrutado y sigo haciéndolo hasta la saciedad. Con él he realizado multitud de grabaciones e interpretaciones sobre muchísimos escenarios; nunca me ha puesto en apuros.

La primera vez que lo desmonté para cambiarlo de color, por lo envejecido que había quedado el de origen (parecido al que más usaba Jaco Pastorius), no encontré a nadie que pudiera devolverme esa combinación de colores de origen con que los diseñaba Leo Fender y por eso decidí hacerlo (por un profesional) en su cuerpo con un solo color uniforme, eligiendo un color "blanco hueso", más novedoso en ese momento.

Al montar de nuevo los cables de sus 2 pastillas, "por un error" lo hice "al revés" y no en paralelo (positivo con positivo), encontrando al tocarlo de nuevo y amplificar su señal, que sonaba como con muchísima más fuerza que antes y con cierta "rotundidad impactante". Se me ocurrió entonces añadir al cuerpo de la guitarra-bajo un nuevo dispositivo o conmutador, cableando a través de él las pastillas, de tal manera que en una posición de este conmutador las conexiones de ambas pastillas quedaran "en fase" y en otra "fuera de fase" (que es en esta en la que "ganaba más fuerza"). Desde entonces, esa última posición es la que más suelo usar con este instrumento que a tanta gente me ha dicho entusiasmar.

A partir de los años 80 ya he encontrado a algún otro modelo, y de otras marcas, que llevan este tipo de dispositivo que yo no copié a nadie... Ya con los circuitos activos dejaron de ser "necesarias" este tipo de "ganancias naturales...".

FENDER JAZZ BASS del año 1982
Esta vez también Norteamericano, pero menos complicada mi adquisición genuina (no interesará ya aquí a tanta gente los detalles de cómo lo consiguiera...) en un precioso acabado en color "Madera satinada".

Aparentemente, el cuerpo y mástil son de idéntica dimensión al del 62, pero estéticamente cambian algunos detalles. Por ejemplo, los señalizadores en madreperla que están incrustados en el mástil ya no son redondos, sino rectangulares, mucho más grandes y, además, lleva señalizadores también en el costado y a lo largo del mástil, que en aquel legendario del 62 no estaban. Los 3 potenciómetros ahora son de diseño distinto, rotulados incluso con números del uno al diez, y hasta el de "tono" es del mismo tamaño y tipo que los dos de "volumen". Los entrehierros de las pastillas son de doble núcleo y siguen cubiertas por dos placas metálicas, por debajo de las cuales tienen unos apagadores para mitigar las vibraciones de las cuerdas. Yo, como casi todo el mundo, se las quité (también al del 62), porque habiendo nuevos juegos de cuerdas muy perfeccionadas y "semibrillantes", prefiero aprovecharme del sonido de armónicos y subarmónicos que se producen cuando suenan "al aire y sin apagadores". Y si fuera necesario, siempre puedo mitigar a voluntad su efecto vibratorio con la palma de mi mano o entre mis dedos, según el momento y no obligado "por el sistema" de apagadores "fijos".

El puente en este del 82 es aún muy similar al primitivo del 62, aunque no así el descanso de cada cuerda sobre él, que en el diseño original lo hacía sobre una espiral en el hierro y ahora en un sólo canal específico para cada cuerda, evitando con ello desplazamientos laterales indeseados.

La pala afinadora no ha cambió aquí, pero sí los ejes de cada llave afinadora (4) que ahora quedan más aproximadas a esa pala (como 1 centímetro más acortado el eje de cada llave de afinación).

En la del 62, por detrás hay una placa metálica rectangular (la que tapa el tornillo de sujeción del mástil al cuerpo) donde únicamente aparece el número de serie. En la del 82, esta placa cambia de forma, ahora semiovalada, donde aparece la "F" de FENDER, mientras que el número de patente y el de serie han sido trasladados, situándose ahora por delante de su pala afinadora, donde también dice "made in USA". Hay también en la del 82 un nuevo tornillo de ajuste que viene a todo lo largo del mástil hasta la pala afinadora, en donde podríamos tensar de forma diferente la curvatura de su mástil, cosa no recomendable de tocar y sólo si fuera absolutamente necesario, únicamente por los expertos.

Su sonido sigue siendo excelente (a este le he respetado sus pastillas originales y todo cuanto traía) aunque eso depende mucho del juego de cuerdas instalado y del amplificador a donde se dirija su señal entregada.

El nuevo FENDER JAZZ BASS del año 2006
Cuentan que cuando Felipe II acabó los remates en la construcción de su Monasterio en El Escorial, los comentarios más censurados por el pueblo sobre su obra faraónica eran sobre que, con tanto gasto en tal empeño, había dejado casi vacías las arcas de su Reino. Indignado por tales comentarios, Felipe II encargó que el último ladrillo que se pusiera en esa obra, fuera "de oro macizo", por aquello de que "con lo que aún sobraba de lo presupuestado, "se había quedado corto...".

No sé si tal anécdota ha o no influido a los norteamericanos de Fender, pero el caso es que en este modelo han adherido en medio de su pala y en forma destacada "UN DIAMANTE", pero "DE VERDAD", lo que ciertamente no influye sobre su eficacia musical, si acaso, sólo en su estética.

El color de su acabado recuerda bastante a los de aquellos primeros de los 60, con extremos del cuerpo pintados en un degradado que va desde el negro por el canto, al rojo vivo y hacia los amarillos en el centro. Incluso para rememorar más fielmente a aquellos, vuelven a estar los potenciómetros sobre este cuerpo (que controlan los dos volúmenes y tono de las 2 pastillas), sin las serigrafías ni números que aparecían en el modelo del 82, pero que no lo hacían en los primitivos (como en el mío del 62).

Realmente, cuando se está usando el jazz-bass y en la posición en que lo tiene el músico sobre su cuerpo, es bastante difícil ver esa numeración, sólo eficaz al moverlos "al tacto"; por lo tanto no se ha tratado de un olvido...

La forma de la pala es muy similar a la de los dos modelos anteriores, pero sus llaves están mas metidas hacia adentro; parecido a lo que hicieron por los años 80 y no como los del 60, cuyas llaves tenían sus ejes como con un centímetro más largos.

Aunque la forma del cuerpo es bastante parecida a la de sus predecesores, se ha aligerado notablemente su peso y estilizado un poquito más su grosor, lo que desde fuera, a simple vista, apenas se nota.

Los señalizadores de madreperla incrustados a lo largo de algunos de los trastes en su mástil, para esta ocasión, vuelven a ser redonditos (como en el de los 60), pero ahora también aparecen en el lateral y a la vista del músico, de forma parecida a la de los 80 (y que no estaban señalizados en los de los 60). Sin duda, ese detalle en la práctica muchas veces puede ser eficaz, sobre todo en sus primeros meses de uso, porque, con el tiempo, se aprenderá mucho más del manejo de este instrumento musical, casi sólo con el tacto en unidad con el cuerpo del propio instrumentista, como formando parte de uno mismo... Es tan suave y sutil, que tocar con esta guitarra-bajo es como acariciar a algo constantemente.

En la parte trasera vuelve a aparecer la plaquita metálica en su forma de pequeño rectángulo, como en los más primitivos. Allí marcado se ve en inglés "Diamante Aniversario 1946-2006" y un muy adornado número "60". Pero ahora el número de serie está en "un lugar nuevo...": "debajo de la pala afinadora".

Por fin en este modelo desaparecieron las placas metálicas que cubrían cada una de las 2 pastillas. Todo un mundo de músicos parece que hemos estado de acuerdo en que no resultan prácticas sino solo estéticas, ya que sin ellas se nos permite jugar mejor con los armónicos que se producen al tocar sus cuerdas, pues en muchísimas ocasiones son agradables sus combinaciones de sonidos, incluso haciéndolos sonar a la vez desde varias de sus cuerdas, como formando ciertos acordes.

Las cuerdas que han puesto a este modelo que ha llegado a mis manos son de un tipo bastante brillante, como a mí me gustan, con un agradable entorchado nada agresivo. El bordón suena delicioso y bastante bien definido, cosa que no ocurre en todas las guitarras-bajas y, por supuesto, es un detalle importante para mí. Yo diría que esta cuerda bordón hasta suena más precisa que en los modelos precedentes.

Y por fin "una inteligente novedad": Ya no se terminan las cuerdas como durante muchos años Fender lo había realizado, al final del puente. Ahora ya se encordan desde la parte trasera del cuerpo de la guitarra, es decir, que han taladrado con 4 agujeros su cuerpo para introducir en ellos, y desde atrás ,sus 4 cuerdas, una a una. De este modo descansarán sobre el puente con una mayor precisión y tensión. Me ha parecido una decisión inteligente que ya se le había ocurrido hacer a algún fabricante de la competencia en algunos de sus acabados. Puede ser una buena razón y causa de que, con este método aplicado ahora en este último modelo se logre que el sonido del bordón sea más preciso.

Su circuito electrónico es sencillo pero eficaz. Que le añadieran un circuito activo a estas alturas no le vendría mal, aunque realmente no sería imprescindible en la mayoría de interpretaciones que podremos ejecutar con este jazz-bass, tal y como ya llega preparado.

Mis pruebas ante un analizador de frecuencias
En mi laboratorio he probado individualmente los tres ante un analizador electrónico de frecuencias, donde no se miden los volúmenes de sonido que entregan sus pastillas, sino el espectro o amplitud de frecuencias que ofrece cada cuerda, cuando se pulsan "al aire" (sin pisar ningún traste), en cada modelo con sus controles correspondientes a máxima ganancia.

Observaremos una dinámica algo más amplia para el "modelo aniversario de 2006", cosa bastante notable en la 2ª cuerda (con respecto a los otros 2 modelos), incluso en la 3ª respecto al modelo del 62.

Una más acusada ganancia se aprecia en torno a la banda de los 240 Hz. (lógico en un instrumento que interpreta la música en clave de FA) y con ricos armónicos que llegan casi a los 8 kHz.

Hay que tener en cuenta que la señal tomada de estas guitarras hacia el analizador es totalmente "plana" y que, en cualquier caso, podríamos forzar su resultado, intercalando desde la guitarra hasta un amplificador cualquier tipo de previo, ecualizador o efectos que inmediatamente ampliarían por arriba y por abajo esta dinámica de frecuencias, según el estilo musical a interpretar. Pero en la mayoría de los casos, bastará hacer llegar la señal entregada por estos modelos hacia cualquier tipo de amplificador adecuado, para que, sin más, obtengamos unos resultados óptimos de calidad en un instrumento que ejecuta como contrabajo.

Mis conclusiones
Siempre he sido un apasionado del JAZZ BASS de FENDER y por eso tengo en mi colección nada menos que dos de este mismo modelo, aunque conste que mi ejemplar del 62 no fue mi primera guitarra-baja, pues antes tuve otras dos KUSTON que acabé vendiendo al conseguir este del 62, pues "había gran diferencia..." ya que aquellas daban cierto tipo de acoples (y eso que por entonces los amplificadores no eran muy potentes); aunque estéticamente también daban una muy buena imagen.

Nunca una guitarra-bajo Fender me ha dejado avergonzado, si acaso, todo lo contrario. Y son tan suaves, especialmente con un mástil tan estilizado en las jazz-bass, que tocar con estos modelos es como acariciar aterciopeladamente algo que a muchos se les antoja asociarlo con algo sexual... Si además lo complementas con un adecuado amplificador, el goce sí que puede acercarte a un algo más orgásmico...

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