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Casio / Privia PX-330, prestaciones de buen precio

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Privia PX330

Hace muchos años que Casio comenzó con sus teclados "juguete". Hasta que, con el tiempo, decidió ofrecer modelos “más serios” y con carácter más profesional, como los de la serie a la que llaman PRIVIA y que hoy son demandados por todo el mundo. Muchos aún recordamos alguno de aquellos modelos económicos y “casi de juguete” que se vendían (y venden) hasta en los supermercados, destinados en su mayoría a niños y adolescentes, algunos de los cuales aún, “duran y siguen sonando, pareciendo como de asombrosa novedad”.

Al comenzar este siglo, decidieron ofrecer otros nuevos diseños con algo de calidad y que ya parecían más profesionales, como los de la serie PRIVIA, porque entre otras cosas, ya sus teclas musicales tenían un tamaño más ancho y con una pulsación bastante similar a la que pudiera encontrarse en los pianos más convencionales de mesa, lo que requería también colocarlo en muebles algo más grandes. También tenían nuevos y sorprendentes sonidos, especialmente parecidos a los escuchados en esos citados pianos de mesa convencionales, más otros, en general muy bien aceptados, así como muchos dispositivos añadidos con los que generar y practicar muchos estilos, formas de música, grabarla y, en definitiva, resultando más práctico y divertido, incluso sin dejar de resaltar su espectacular precio.

El modelo PX-330
La serie PRIVIA sigue ampliándose y en ella se distinguen diferentes configuraciones, lo que naturalmente repercute en sus precios. Normalmente, a mayor número en su designación como modelo, contiene también mayores prestaciones y, naturalmente, influye en sus precios finales. Así por ejemplo, con un precio más económico, el PX-100 podría ya sustituir a un piano de estudios, necesario para practicar la carrera de piano, pero “sin machacar a los vecinos”, pues un “piano convencional” es por lo general más “molesto y alborotador” que este modelo, que incluso dispone de una toma de auriculares que anula el sonido externo.

Además, puede guardarse con discreción hasta “de pie” en un armario, o si se desea, el distribuidor facilita una armadura supletoria para que permanezca con su aspecto parecido al de un piano de mesa y con una imagen algo más convencional (modelo PX-110DX). Otros modelos con más prestaciones podrían ser, el PX-310, el PX-410, el PX-500L (con lucecitas que se encienden y apagan que ayudan al principiante a pulsar las teclas correctas en algunos ejercicios que practique con él), el PX-700 y otros más.

Curiosamente, “ahora regresa” esta serie a un “número inferior” al presentar este X-330 que ahora tengo entre mis manos y del que a continuación comentaré más detalles.

Precio y prestaciones del PX-330
Por un precio final de 825 € IVA incluido, lanzan ahora este modelo que reúne “mucho más que lo básico” para que se convierta, por ejemplo, en una pieza clave para que un estudiante de piano pueda practicar con comodidad en su estudio privado, e incluso pueda realizar grabaciones con calidad.

Contiene unos altavoces (que no se ven) bajo el cuerpo del instrumento, por donde se escucha directamente cualquier sonido que produzca su maquinaria, de modo que al estar auto-amplificado no necesita de artilugios externos para ser escuchado con cierta comodidad y amplitud de volumen. De alguna manera, esos altavoces, también ocasionan una pequeña sensación de vibrado que aumenta o disminuye, según la presión con que pulsemos las teclas, dando una impresión bastante “natural” a como si lo estuviéramos provocando sobre un piano de madera más convencional. No obstante, a un lateral tiene dos conectores para poder escucharlo a través de dos pares de auriculares (por ejemplo del alumno y del profesor), con un idéntico sonido, pero silenciando a los altavoces externos.

Al conectarlo a la electricidad, mediante un transformador que se facilita junto con el teclado, el primer sonido que escucharemos corresponde al de un piano “convencional” y, a mi criterio, bastante logrado. Tiene bastante potencia acústica cuando el control de volumen lo sitúo como en un algo más que en la mitad de su recorrido. Cuando lo hago al “máximo” y toco con mis dedos con más energía sobre las teclas musicales, aquellos altavoces comienzan a saturarse casi rozando la distorsión que empieza a molestar, pero hasta llegar a ese punto, ya hay bastante volumen que sale del aparato y pienso que, si se desea sonorizar un local con más capacidad y destacando a este instrumento, lo más razonable sería conectarle un cable a su salida de audio (en estéreo) y llevar esa señal hasta otra etapa de amplificación superior instalada en esa sala o a una mesa de mezclas, desde donde la señal que se procese será dirigida hasta el propio sistema de escucha amplificada que gobierne esa mesa.

Con muchos tipos de sonidos
Por supuesto que tiene muchísimas más cosas que el sonido bien simulado de un piano convencional. En cuanto a otros tipos de sonidos, son seleccionados por grupos o “bancos” que son accesibles con rapidez, mediante una botonera situada encima y a la derecha del mueble. Hay muchos estilos en sonidos de pianos: de los tipos clásicos, unos más graves, otros más brillantes (como el “Piano Rock” o el “Honky-Tonk”), así como otras combinaciones en sonidos con pianos como el “Octave Piano” o el “Piano con cuerdas”, muchos tipos de pianos eléctricos, algunos del tipo Rhodes que a mí me agradan, pero también en los estilos de vibráfono, clavicordio, harpsicordio, marimba, variados tipos de sonidos de órganos que por supuesto unos me gustan más que otros, con muchas diferencias entre ellos, incluso con los del tipo “con Leslie”, como los de Hammond.

Pero aún tiene mucha más variedad de sonidos, por ejemplo de “cuerdas” y con diferentes configuraciones en sus contenidos, simulando más o menos cantidad de “instrumentos de cuerdas naturales” o los sintetizados con más o menos fantasía, efectos de “coros humanos” que a mi gusto son sólo “razonables” para ser mezclados con otros sonidos. Para realizar efectos de “sonidos de colchón” tiene también muchos estilos de “Pad sintetizados” donde es fácil encontrar algunos que nos gusten más que otros, hasta seleccionar nuestras preferencias entre ellos, porque los tiene en suficiente cantidad. Otro de sus bancos, selecciona sonidos con simulaciones en distintos tipos de contrabajos y de guitarras (unas algo más logradas que otras...).

Un último grupo o banco contiene hasta 178 sonidos diferentes (además de los anteriormente descritos) que se corresponden a muchísimos timbres de múltiples instrumentos, algunos tan clásicos como de saxofones, flautas, trompetas, clarinete, trombón, otros tipos de pianos como el de “Celesta”, “con campanillas” e incluso más orientales, muchos tipos de sonidos sintetizados, unos más definidos o reconocibles que otros, y muchos sorprendentes. La mayoría de los sonidos de este grupo se corresponden con las típicas configuraciones que suelen encontrarse en los bancos GM (General MIDI); pero en este del PX 330, sobredimensionado, al menos en su gran cantidad añadida de sonidos diferentes. Parece increíble, pero repasando la cantidad de sonidos que se menciona en su libro de instrucciones (por cierto muy comprensible y en perfecto español), leo “250 sonidos diferentes” entre los que se podrán seleccionar muchos que seguro nos agradarán, especialmente el más fundamental y primero, que es el de un piano de buen resultado.

Diversas herramientas
Aún no comenté nada sobre sus sonidos de percusión y de acompañamiento, que es otro tema de amplio contenido en este instrumento. Tiene también distribuido entre muchos “bancos” una enorme cantidad de sonidos y de ritmos de percusión (180 estilos diferentes) de casi todo tipo deseable, al menos para sentirnos bastante acompañados al realizar melodías rítmicas con nuestras manos sobre el teclado, incluyendo asimismo y a cada momento, según nuestro deseo, diferentes “break”, comienzos y finales de esos ritmos en nuestros propios temas musicales interpretados de una manera coordinada y práctica. Si además aprendemos a usar su herramienta de “acompañamiento”, se añadirán acordes y bajos que sonarán empastados automáticamente (hasta con 300 tipos de configuraciones diferentes), según las notas que pulsemos con la mano izquierda sobre su teclado musical. Bastará que lo hagamos con un solo dedo para que ya suene “a tono, su correspondiente acorde mayor”. Hay descrito en sus instrucciones de manejo una lista muy completa sobre la forma de poner los dedos de la mano izquierda, para conseguir que responda su acompañamiento a cualquier tipo demandado de acorde. Esta es sin duda otra forma “divertida” de usar este aparato.

Gracias a su conexión USB, podremos enlazarlo vía MIDI con nuestro ordenador y ahí conformarlo como periférico de entrada y de salida de datos, con lo que controlar los muchísimos programas informático-musicales que existen en el mercado. Es una opción muy buena, considerando la oferta de la competencia. En cualquier caso, busca en tu tienda habitual. Prueba el Privia y otros modelos que se ajusten a tu bolsillo y perspectivas. Tú decides.

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