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Digitech: 4 pedales a prueba

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Probablemente, los músicos que empezaron a marcar estilo al adosar a sus guitarras algunos efectos, hasta entonces no usados de forma individual, fueron los del grupo inglés The Shadows y, muy concretamente, su guitarrista Hank Marvin, al incorporar varios tipos de reverberaciones y ecos que sorprendieron a mucha gente en los 60. Luego están otros músicos de la época, como The Ventures, Sputnik, etc., que aún hoy siguen marcando estilo. Pero ya a finales de esa década y principios de los 70, otro genial e inolvidable guitarrista marcó un nuevo estilo o forma de adosar efectos a su guitarra: Jimi Hendrix, aplicando su guitarra contra los altavoces del amplificador con que la sonorizaba, consiguiendo exaltar con sus “sustains” a un emocionado público, que cada vez congregaba en mayor número. Tanta sensación causó entonces con ello y tantos añoran aún tal éxito, que en el sorprendente Museo de Música situado en la Ciudad de Seattle (que tuve la suerte de gozar con mi visita el pasado Agosto), dedican una amplia sala en exclusiva a este genial Jimi Hendrix.

A partir de entonces, en que ya se empezaban a incorporar algunos tipos de estos efectos en los preamplificadores usados por los guitarristas, los músicos demandaban aún mayor originalidad y pensaron en una posible utilidad para proporcionar una mayor variedad a sus interpretaciones, y hacerlas así sentir más singulares con otros sonidos más personalizados.
Los ingenieros de Digitech se involucraron en esa apasionante carrera, para lo que contrataron al genial ingeniero Eddie Kramer que, por ejemplo, aplicaba sus prototipos a los discos grabados entonces por el célebre Purple Haze, creando, al mismo tiempo, un grupo de desarrollo en un nuevo laboratorio denominado “Electric Ladyland”, donde tomaba como referencias los sonidos o efectos que Jimi Hendrix había alzado a una eterna fama.
Digitech añadió además los sonidos vintage que muchos músicos también demandaban como deseables.

Un desarrollo creciente en pedales de efectos
En una nueva y loca competencia entre diferentes laboratorios electrónicos, ya no sólo se trataba de conseguir ecos, reverberaciones o “acopladores”, sino nuevos diseños que entonces ya añadían compresores, distorsionadores, Waw, Flanger, Phaser, y moduladores diversos. Fabricantes de todo el mundo, especialmente norteamericanos, ingleses y japoneses trataban de encontrar originales y nuevos modelos, lanzando al mercado profesional series de estos tipos de pedales, que luego algunos músicos, al usarlos, los marcaron como casi imprescindibles y que, de ese modo, contagiaron a muchos otros más. Cada vez interesaba más ese novedoso mercado, en una demanda progresiva y mundial.

En sus primeros desarrollos, al crearlos con transistores, bobinas, potenciómetros y sobre todo con condensadores que al poco tiempo se descomponían, acababan generando ruidos indeseables para el músico, que se desilusionaba por la pronta caducidad en esta magia.
Hubo que perfeccionar la calidad de sus circuitos. Al tiempo, el desarrollo de la electrónica lo permitió y, en especial, cuando aparecieron los nuevos microchips en la generación de los 80, así como los avances imparables que todos conocemos sobre sus componentes.

Digitech desde un principio, y en esa carrera profesional por diseñar calidad/duración, ha sido desde siempre una de las marcas destacadas, quizá no con tanta gama diversa, como lo hicieran otros fabricantes de la competencia, pero seguro que sí de una forma más fiable que muchas de esas otras compañías. Digitech se ha dedicado tan sólo a ofrecer pedales muy acabados y de usos bastante imprescindibles para quienes se deciden a adquirirlos.

Me llegan cuatro nuevos pedales Digitech
He tenido la suerte de disfrutar de sus amplias prestaciones y calidad tranquilamente en mi laboratorio personal, probándolos no sólo conectados a guitarras (y bajos), sino también desde micrófonos, gracias a que fácilmente se pueden adaptar sus impedancias de entrada/salida. Cuento aquí mis experiencias sobre los cuatro, también individualmente.

Cada uno de ellos tiene una presentación impecable. Cada uno de ellos contiene dos salidas (Mono o Estéreo), en su costado izquierdo, y dos entradas (también Mono o Estéreo) en su lateral derecho, hembras, en donde entran conectores Jack típicos de ¼”. Por ellos podremos inyectarles la señal que provenga de nuestra guitarra o contrabajo, así como la de un micrófono, o la señal estereofónica que provenga de cualquier otro equipo de sonido bajo nuestros dominios, lo que les amplía su versátil y múltiple utilidad.

También vienen con adherentes antideslizantes y protectores de goma para ajustarlos sobre los potenciómetros, y así poder proteger como inamovibles nuestros ajustes preferidos, evitando por ejemplo que accidentalmente con el pie puedan alterarse su deseada posición.

Cada uno de ellos funciona, bien con una pila muy común “de petaca” de 9 Voltios, o bien inyectándole por detrás el cable que provenga de una fuente de alimentación alternativa, y que también se vende como opcional por separado (que automáticamente desconecta a la pila).
Esa pila, cuando se necesite, es de muy fácil reposición. Simplemente se levanta el “pisador” hacia arriba y aparece la caja en la parte superior del pedal, donde va alojada tal pila, junto al muelle que hace retornar a ese “pisador” cada vez que lo accionemos con nuestro pie. Nada de tornillos ni complicaciones en esa operación, cosa que se agradece.

Sus circuitos electrónicos detectan si esa pila tiene energía incluso cuando esté ausente; en ese caso, el pedal seguirá funcionando automáticamente en forma de “bypass”, es decir, que entrará y saldrá la señal del instrumento al pedal conectado, sin que éste procese efectos.

Existe en medio del pedal un “led” con una agradable luz azul que nos indicará cuando estén trabajando sus circuitos internos y así estos estén activos. En todo caso, esa luz y efectos sólo actúan si el cable de inserción de nuestra señal (desde nuestra guitarra por ejemplo) está correctamente conectado al pedal. Este pedal contiene un conmutador alternativo de “acción” o de “no-acción” que está junto a la pila. Sólo cuando sus circuitos actúan se enciende el “led”.
Pero si se mantiene el cable insertado permanentemente, aún en su posición de “apagado”, podrá descargarse poco a poco la batería, pues así siguen alerta sus circuitos electrónicos internos. Convendrá pues desenganchar el cable de entrada cuando no lo usemos por un largo periodo de tiempo, o mover ese conmutador interno ya descrito.

RV-7 – Stereo Reverb
He gozado mucho con este pedal, especialmente al conectarle un micrófono. Tiene reverberaciones ajustables y de todo tipo, desde el de “Hall” o de “Gran sala de varios tamaños”, pasando por los tipos de “Room” o de “Habitación” y de varias dimensiones. En cada una de esas “estancias”, además de simular su “tamaño”, también podremos ajustar “nuestra proximidad” respecto a la “fuente principal”. Con este aparato, en nuestro pequeño salón o estudio, podremos tener la sensación de estar situado con nuestro micrófono o instrumento a él conectado, en un lugar remoto, tan amplio como deseemos. Y todo ello con una excelente calidad y limpieza de resultados, sin indeseables ruidos de fondos, al menos que pudieran producirse mediante la conexión con este pedal.

Tiene además otros tipos de reverberaciones más extraños, como el denominado “Reverse” que invierte el efecto de la “cola” producida en cada reverberación y, naturalmente, también permitiendo tales diferentes ajustes e intensidades, así como con otros tipos muy originales de modulaciones y efectos, que favorece a la presencia del instrumento así conectado.
Todo ello se controla a nuestra voluntad mediante cuatro potenciómetros: NIVEL (Level), VIVACIDAD (Live Liness), DECAIMIENTO (Decay) o de ESTILO. Podremos realizar casi infinitas combinaciones, pero tiene un muy sencillo funcionamiento que no precisa leer demasiadas instrucciones. Nada más lo pruebes, seguro que ya lo estarás gozando...

DL-8 – DELAY / LOOPER
También se ajusta mediante cuatro potenciómetros, pero en este caso para conseguir a nuestro gusto, diferentes tipos de ecos de repetición y variados efectos sobre este tema.

Estos cuatro potenciómetros se designan como NIVEL (Level), REPETICIONES (Repeats), es decir, que controla el número de repeticiones de ese eco resultante, TIEMPO (Time) que especifica la longitud del tiempo en que deseemos ocurran esas repeticiones, TIPO DE ECOS (Type Knov).

Jugar con esos cuatro potenciómetros no sólo es divertido, sino que se consiguen efectos de ecos muy espectaculares y “limpios”. Muchas guitarras agradecerán tales efectos, pero también para usarlos mediante micrófono. Algunos efectos se parecen a los del pedal de reverberaciones descrito anteriormente, pero otros parecen como al intensificar esas reverberaciones con efectos más prolongados en sus repeticiones, incluso logrando “secuencias de repeticiones” de hasta ocho segundos (150 ms en mínimo).

Yo he usado este tipo de repeticiones prolongadas con mi contrabajo sobre un escenario, haciendo solos y luego “sobregrabando” otros sonidos para “construir” una frase musical y luego, siguiendo improvisando “encima de todo eso”. ¡Es muy espectacular! Y que conste que ya hacía yo esa práctica antes de que se lo viera ejecutar también a Victor Wooten.
Podremos también conseguir repeticiones “inversas”, muchas veces ¡alucinantes!...

Tiene otras variantes de efectos, como el ANALOG (en un estilo vintage), SLAPBACK (que consigue variaciones entre 80 a 150 ms), LO FI (que estrecha el efecto, en una banda de frecuencias específica), TAPE (el clásico efecto de “cinta”, al estilo del que se producía con los “magnetofones“ en los años 60-70) y LOOP que puede crear un bucle infinito en estéreo con una posible duración de hasta 20 segundos... algo aún más espectacular para el efecto que antes contaba con el contrabajo, por supuesto que también posible con una guitarra u otros elementos de sonido (micros, equipos de sonido, etc.)

En esta función LOOP, el pedal actúa de una forma muy particular, permitiendo ir “añadiendo” frases musicales según vamos improvisando algo continuamente y así, sin soltar la guitarra, con un poco de práctica, lograremos espectaculares secuencias con las que sorprenderemos a muchos. Te recomiendo tener alguna vez esta experiencia... es ¡alucinante!

CR-7 – STEREO CHORUS
Este pedal proporciona un “color al sonido” muy especial y “aterciopelado” ya bastante característico de escuchar en muchas grabaciones en las que suenen guitarras eléctricas. Se trata de un efecto de “balanceo acústico”, basado en los efectos Doppler. Con ello se logra una grata “caricia” que, especialmente en temas lentos o suaves, se siente más agradable.
Yo lo uso muchas veces también con las guitarras-bajos, incluso en ritmos “Funk”, y sorprende.
En este modelo CR-7, encontraremos muchas variantes sobre este tema, combinando las diferentes posiciones de sus cuatro potenciómetros, con resultados extraordinariamente limpios: LEVEL (nivel) permite intensificar el efecto deseado tanto como nos apetezca. SPEED (establece la velocidad de los ciclos que se forman con ese efecto); DEPTH (proporciona la intensidad del “color acústico” que añadimos al sonido natural del instrumento); TYPE (podremos elegir entre varios tipos diferentes de este tipo de efecto). Escoger, en nuestro caso cual nos convenga más, dependerá de la guitarra y amplificador que usemos, pero sobre todo, estará relacionado con nuestro propio gusto.

HT-2 – CHROMATIC TUNER
Es un afinador muy especial que Digitech ha estudiado cuidadosamente para que nos resulte extremadamente práctico, sobre todo, cuando ya estemos encima de un escenario, sin que apenas nadie lo note, salvo nosotros, pues vigilará constantemente la afinación de nuestra guitarra, la que debería ser correcta en todo momento.

A diferencia de los otros tres pedales antes descritos, éste sólo tiene una entrada monoural, el que provenga desde nuestra guitarra. Podríamos usar estos cuatro pedales juntos si lo deseáramos, “en cascada”, de los cuales quizá éste debería de ser el primero de esa “serie”.
En este HT-2, su salida de señal (que no es en estéreo como en los otros), ofrece dos alternativas: MUTE o TRUE. Si se conecta en el MUTE, al actuar con nuestro pie en este pedal, sólo veremos las luces que permiten el ajuste correcto y deseado de esa afinación, sin que salga sonido amplificado que pueda ser molesto a las demás personas que tengamos alrededor. Si se pone en TRUE, al pisar el pedal, sigue sonando el instrumento hacia el amplificador, pero se mantendrán las luces de ajustes encendidas para hacer correcciones “sobre la marcha” y sin dejar de tocar nuestra música interpretada, de modo que al pisar de nuevo el pedal, desaparecen las luces (evitando un gasto inútil de la batería) mientras sigue sin interrumpirse nuestra actuación de la interpretación musical.

De otra parte, tiene varias formas de uso (MODE), bien ajustándolo a una determinada frecuencia (normalmente a un LA de 440 Hz), también por encima o por debajo de esa frecuencia. La luz del centro (la de ese LA) se enciende (respecto de los otros LED) en un distintivo color azul, que casi siempre será el que desearemos encontrar para cada cuerda.
Pero como las cuerdas, y más las del contrabajo, además del tono principal, tienen añadidos determinados armónicos, quizá deseemos realizar su afinación usando lo que aquí sí es posible, según la opción STROBE, modo que no suele aparecer en la mayoría de los afinadores en el mercado.

Es bastante rápido y preciso cuando se usa. Sólo gastará energía la batería cuando mantengamos sus luces encendidas, al pisar con nuestro pie sobre este pedal. Una vez instalado, no nos tendremos que ocupar de otras improvisadas conexiones en medio de una actuación. Esa es una de sus mejores utilidades (además de su precisión).
La calidad de Digitech en sus productos es extremadamente cuidada, a mi juicio (9,5).

 

 

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