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Matchless Nighthawk. Brutal en ambientes limpios y moderados

Hoy en día, los amplificadores boutique disfrutan de una gran popularidad, y las marcas que se centran en este rango de amplificación son cada vez más numerosas. Una de ellas lleva ya bastante tiempo trabajando en esta dirección: Matchless. Esta firma ya ha aparecido en algún artículo anterior, pero nunca está de más recordar, de forma breve, de dónde viene el Nighthawk, el amplificador que nos ocupa. Matchless es una compañía afincada en Los Ángeles especializada en amplificadores a mano, a válvulas, la mayoría de clase A, que se caracterizan por darnos un sonido bastante limpio y lleno de armónicos. Otros familiares que podemos tener presentes son el DC-30, Clubman, Lightning, etc. El Nighthawk es un amplificador de 15W, de clase A, que suena sencillamente increíble y en el que merece la pena invertir cinco minutos si tienes la suerte de encontrarlo. Si lo que estás buscando es un sonido limpio y claro, éste es uno de los amplis a tener en cuenta. Vamos a ver de qué está hecho, a qué suena, con qué empasta mejor, etc.

Construcción
Cuando tengo delante un amplificador de estas características, suelo fijarme mucho en cuánto de robusto es y, sobre todo, en si soportará el paso de los bolos, aunque por supuesto el acabado también sea importante, sobre todo si tenemos en cuenta su precio. Su contundencia es clave, ya que no suele ser muy apetecible ir recogiendo trozos de tu equipo por los escenarios o locales de ensayo. En este caso, podemos ver que el amplificador está construido de una manera en que podrá soportar bien el maltrato de los conciertos y, a su vez, el acabado es también de gran calidad.

Por otro lado, el Nighthawk pertenece a la familia de amplificadores que siguen el planteamiento de que cuantos menos potenciómetros, switchers, etc. pase nuestra señal, mejor sonará, ya que tener nuestro sonido lo menos procesado posible hará que el tono de la guitarra se respete al máximo.

En el frontal del amplificador tenemos:

1) Master. El master nos permite controlar el volumen de etapa, es decir, el volumen general del amplificador. Tener el master más alto supone un volumen mayor y, por tanto, hace que sea más complicado saturar sin reventarnos los oídos.
2) Volume. Éste es el responsable de cuánto de previo tenemos y, por tanto, cuánto de saturación necesitaremos del previo. Dicho de otro modo, cuanto más alto esté el volumen y menos el master, más saturado el sonido, y viceversa: cuanto menos volumen de previo y más de master tengamos, más limpio será el sonido.
3) Tone Control. Es un control de ecualización que sólo tiene seis posiciones. Al principio, puede parecer algo limitado pero, a medida que usas el amplificador, te das cuenta de que es un gran acierto, ya que las seis ecualizaciones suenan increíbles. Según la guitarra que conectes, funcionará mejor con una u otra conexión. Al conectar la guitarra, ves que ésas son las seis configuraciones que el fabricante considera mejores para que suene bien el amplificador. Coincide con la filosofía de que, cuantos menos conmutadores y potenciómetros, más fácil y rápido será hacerlo sonar.
4) Reverb. El control de reverb nunca está de más, pero hay que tener en cuenta que tenemos ya una sensación de reverb natural, por la cantidad de armónicos y el sonido tan grande y tan abierto que tiene.
5) Por otro lado, tiene dos entradas de instrumento. La primera corresponde a la entrada natural del amplificador; el amplificador funciona a pleno rendimiento. La segunda entrada nos proporciona un enrutamiento determinado y, por tanto, disminuye la cantidad de guitarra que entra en el ampli, por lo que conseguimos un sonido más limpio y más difícil de saturar. Es útil experimentar para encontrar cuál es la combinación que mejor nos funciona, dependiendo de la guitarra que tenemos en nuestras manos.

Hasta aquí, la configuración frontal. Su sencillez es algo que valoro mucho, ya que cuantas menos opciones tengas, más te centras en tocar.

Con respecto a la parte trasera, tenemos muchas más opciones que vamos a analizar:

1) Salida de altavoz. Tenemos dos salidas: una de 4 y otra de 8 Ohm. La salida del altavoz interno es de 8 Ohm. Como en cualquier amplificador, las salidas de 4 Ohm tienen sentido para un sonido más contundente, y las de 8 y 16 para sonidos menos agresivos.
2) Line Output. La salida del amplificador se encuentra después de la etapa de sonido. Esto nos hace ver que se puede usar para varias tareas, desde alimentar a otro amplificador (master – slave) hasta como salida recording para ir a la mesa de monitores o la entrada de grabación de un estudio.

Sonido
Pasemos a ver el sonido del amplificador, que es lo que realmente nos va a sorprender, ya que, en cuanto a hardware, es un ampli bastante sencillo a primera vista.

Lo principal que hay que tener en cuenta cuando pensemos en este amplificador es que es realmente respetuoso con la guitarra que conectes. En ocasiones, y en amplificadores de gamas inferiores, si conectas una Les Paul® o una Strato®, puedes ver la diferencia, aunque no sea algo fácil de percibir. En cualquier caso, con el Nighthawk te aseguras de que al conectar uno de estos modelos, te van a sonar como realmente son. Las pruebas las hice con una Strato® y con una 335, cuyos sonidos no tienen nada que ver. Tocando con la 335, podía notar la versatilidad propia de esta guitarra, pero siempre desde el punto de vista de un sonido gordo y denso. Al conectar la Strato®, empezaron a aparecer las campanitas propias de Fender.

El potenciómetro de volumen funciona como selector de drive del previo del ampli, dándole ese carácter cada vez más agresivo. El potenciómetro del master te permite seleccionar la cantidad de volumen de etapa que queremos como salida del amplificador, pero debemos pensar que va completamente relacionado con el control de volumen. Así, podemos generar sonidos muy limpios o muy sucios en función de cuánto volumen y master pongamos. El conmutador de seis posiciones es un acierto, ya que va desde sonidos con los graves muy definidos, a sonidos donde los medios se realzan. Para cada guitarra puedes encontrar dos o tres posiciones que realmente te encajen. Además, no pierdes mucho tiempo buscando el sonido; si no te gusta un sonido, pasas al siguiente y, si no, al siguiente, y así hasta seis. El control de reverb, como decíamos antes, funciona correctamente, pero en las pruebas tampoco lo he utilizado mucho, ya que el amplificador, por sí solo, suena espectacular. Un lugar donde podemos colocar la reverb es al utilizar un efecto de vibrato. En ese caso, puede ser una buena opción, ya que le da una profundidad perfecta.

¿Cómo afectaría al sonido el hecho de introducir pedales?
Es una pregunta importante, puesto que sólo disponemos de un canal, y éste es realmente limpio. Es muy probable que necesitemos opciones para que nuestra guitarra suene más crunch o distorsionada. La alternativa es obvia: introducir pedales al circuito de la señal. Sin pestañear, se puede afirmar que el amplificador tiene suficiente “ancho de banda” como para responder con calidad ante cualquier pedal que le pongas.

Conviene, de todos modos, añadir que, aunque es un amplificador con bastante versatilidad, destaca especialmente en los sonidos clásicos: ambientes en donde la base sonora tiene un gran timbre, con ricos armónicos, pero en limpio. Por tanto, parece lógico pensar que si te gusta el metal o los sonidos muy agresivos, seguramente necesitarás algo más de empuje. Está claro que los ingenieros que han desarrollado este equipo no tenían en mente al target metalero como usuario principal.

Otra cuestión es qué guitarras pueden encajar mejor con este sistema, ya que cada tipo de amplificador está más preparado para una u otra, según sus características. En este caso, la respuesta es bastante sencilla: cualquier cosa que sea algo clásica te sonará increíble: Strato®, Telecaster®, Gretsch, 335, Les Paul®, etc. En resumen, todo aquello que suene orgánico y que nos permita obtener el mayor rango dinámico.

Conclusión
La conclusión es sencilla: el amplificador suena brutal, y es uno de los que más me ha impresionado en los últimos tiempos. Pero hay que tener en cuenta algunos detalles: Si tu sonido es metal, éste no es tu amplificador; si tu sonido es más blues/rock/pop/jazz, es perfecto. Los pedales le sientan de maravilla, principalmente los boost suaves, los overdrive tipo tube screammer o los vibratos.

El otro factor que hay que tener en cuenta es el coste. No es una sorpresa para nadie: los amplificadores boutique suelen ir acompañados de importes de compra dolorosos. En este caso en particular, habría que ponderar el precio con respecto a su limitación en vatios (15). No obstante, creo que son los 15W más potentes que he escuchado en los últimos tiempos.

También podemos preguntarnos si con 15W tenemos suficiente. Decir que en todas las ocasiones te va a servir es algo arriesgado; si te llama Metallica para tocar, lo mismo te quedas corto pero, para todo lo demás, tienes potencia más que de sobra (de hecho, sorprende lo alto que pueden sonar esos 15W). Concluyendo: el amplificador suena de escándalo. Si estás pensando en tener un amplificador boutique de potencia controlada, éste te va a dejar con la boca abierta. Si no es el caso, te recomiendo que, de todos modos, no dejes pasar la oportunidad de ver lo que puede hacer.

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