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Raimundo Bossa Nova 1. Comodidad y equilibrio.

Modelo BN 1 42 30Acabo de llegar a casa después de un viaje de más de 8.000 km. Atrás han quedado unos días inolvidables en las ciudades de Bangalore, Delhi y Agra tocando a dúo con el pianista Javier Coble. Nada más entrar por la puerta, al mismo tiempo que dejo mi guitarra en el estudio, suena el timbre y me anuncian la llegada de un correo. No recuerdo esperar nada, pero con el jet-lag pesando en mis neuronas, y más aún en mis párpados, abro el aparatoso envoltorio de cartón hallando una hermosa guitarra.

Acabo de recordar, David Martín hace ya un mes me sugirió hacer un banco de pruebas a este instrumento. Aunque las fuerzas no acompañan, puede más mi curiosidad, así que todavía mentalmente aterrizando voy recordando sobre el recién llegado instrumento unos pasajes del “Valse de ladieu” de Federic Chopin. Un sonido profundo invade mi estancia. Después de 20 minutos vence el cansancio, pero sé que en un par de días tengo una cita a fondo con esta guitarra. Me quedo con una grata impresión.

Llegado el día disponible para atender a mi invitada venida de Valencia (que es donde tiene su sede la fábrica de Guitarras Raimundo), comienzo a tocar en el instrumento y a percibir con detalle sus características.

 

Construcción
De entrada es llamativo el color de la madera y el brillo del barniz, que es un auténtico espejo. Está muy bien aplicado y en una cantidad que no interfiere en la vibración de la madera. Este aspecto es crítico, en el barnizado de un instrumento acústico se pueden perder los mejores matices si éste no tiene la mezcla adecuada y no se aplica convenientemente.

El Rosetón es sencillo, pero con una bella combinación de colores verdes, marrones y rojos. La cabeza, que a veces se denomina pala, es de una sola pieza con respecto al resto del mástil y no tiene la clásica inclinación hacia atrás, sino que está construida de forma mucho más recta, con un ángulo que no debe exceder de 15 grados. Es algo realmente peculiar y me imagino que, de alguna manera, debe interferir en la tensión de las cuerdas, pero de no ser así, cabe destacar que la tensión que estas generan se hace muy cómoda, incluso para guitarristas acostumbrados a calibres blandos. Estéticamente el diseño es sobrio pero elegante. En la parte frontal tenemos una lamina de madera de Palo Santo. Los clavijeros son dorados con las palas de madera. Tienen un tacto agradable y la afinación resulta estable. Parecen de buena calidad, así que creo que podemos asegurar una buena afinación por mucho tiempo.

El mástil es muy cómodo, para los que tocamos guitarra eléctrica resulta muy positivo en el sentido de no tener que adaptar demasiado la digitación. No es infrecuente encontrarnos con guitarristas que se han lesionado al pasar de una guitarra eléctrica a la española y viceversa. Hay pequeños movimientos, gestos de la mano y especialmente la muñeca que pueden resentirse a estos cambios en el caso de ser bruscos. El material con el que está realizado es Samanguila. El diapasón es de Palo Santo y, sobre el borde lateral superior, encontramos una señalización con unos pequeños puntos nacarados que nos indican los trastes, 3, 5 y 7.

Tanto el ancho como el largo del diapasón hacen de esta guitarra un instrumento muy adaptable al guitarrista eléctrico. El tiro es de 640 mm y el ancho también es más estrecho de lo habitual en una guitarra española, 50 mm en la silleta. Como comenté anteriormente, esta acción también favorece la ejecución por muchas horas. La cejuela es de hueso, buena decisión, hay quien la prefiere de otros materiales, pero el resultado sobre el timbre no me parece el más idóneo. En cuanto a los trastes, están muy bien colocados. A pesar de estar las cuerdas muy bajas, bastante pegadas al diapasón, no se aprecia ningún trasteo. La acción recuerda más a una guitarra flamenca que a una clásica.

La tapa armónica de esta guitarra es de cedro macizo (aunque en el mismo modelo podemos encontrarla de pino), construida como es habitual por dos láminas de madera que, en este caso, están unidas con tal precisión que pareciesen ser una sola lámina. Tiene, a su vez, una cenefa negra y marrón rodeando todo el contorno. El Puente es bastante clásico, con un hueso de una anchura destacable y con un excelente apoyo sobre el puente. Como ya sabéis, esto es clave para que la cuerda trasmita toda la vibración a la tapa armónica y la caja de resonancia haga su efecto de altavoz de la manera más eficaz posible. Los aros y el fondo son de Frisé, una madera africana hasta ahora poco habitual y que, ciertamente, tienen unas aguas muy bellas.

Sonido
Uno de los aspectos que más ha llamado mi atención en este modelo Bossa Nova 1 es la profundidad de sus graves, en ese sentido he encontrado el instrumento muy expresivo. Ideal, por ejemplo, para temas en los que utilizamos afinaciones alternativas y situamos la 6ª cuerda en un C o en un B. Que tenga esta predominancia de graves no significa que el instrumento no esté equilibrado, sino que la curva de ecualización que genera tiene en esas frecuencias más oscuras un pico más alto. Personalmente es algo que me encanta, disponer de unos graves oscuros y al mismo tiempo limpios. En general, la sonoridad es bastante bella y el sustain una variable que cabe destacar. Otro aspecto que se debe tener en cuenta es el volumen. En esto se sitúa por encima de la media de una guitarra de este tamaño y con estas medidas tanto en la tapa armónica como en la profundidad de los aros. Al mismo tiempo, en todas las cuerdas el volumen está equilibrado. Tampoco es infrecuente encontrar instrumentos acústicos donde algunas cuerdas, situadas en ciertas frecuencias, parecen no salir hacia afuera con la misma claridad que lo hacen sus compañeras. En definitiva, el sonido se emite a un volumen considerable y se expande muy bien. De hecho, amplificando a través de micro vamos a percibir algo más de señal de lo habitual en un instrumento de estas características.

Conclusiones
En concusión, después de pasar varias horas tocando sobre esta guitarra siento impresiones positivas en varios sentidos. En cuanto a la comodidad, definitivamente es un instrumento que se deja tocar y que responde muy bien a la dinámica de nuestra ejecución. En cierta forma, materializa un concepto ideal para guitarristas de jazz, eléctricos o acústicos. Tímbricamente es también muy valorable. Tengo una sensación de profundidad en graves que me gusta mucho y un volumen más que idóneo. Debo reseñar, tal y como hago en los demás artículos que me invitan a escribir para la revista, que en este tipo de instrumentos acústicos es fundamental la sensación de cada uno. Cómo sintamos la vibración de las guitarras a través de nuestro cuerpo y de nuestros oídos es material clave para tomar una decisión.

Si tengo que resumir en pocas palabras mis impresiones, serían: comodidad en el toque, profundidad en el sonido, equilibrio y proporción en sus demás aspectos.

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