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David F. Cáncer, caminos de un batería

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Caja-bateria-ISPMusicaMi nombre es David Fernández, soy batería nacido en Zaragoza, tengo 32 años y soy músico, prácticamente desde siempre porque es el ambiente que siempre me ha rodeado.
Mi padre es bajista, esto quiere decir que mi perspectiva con respecto a otra gente que ha tenido que hacer esfuerzos sobrehumanos para comprar un instrumento a escondidas de su entorno, para mí no ha sido un handicap. He tenido opción de disponer de todo el material necesario para mi estudio y la posibilidad de tocar con músicos experimentados de gran nivel, de los cuales he recibido las mejores clases. Esto ha sido básico para mi formación musical.
Con respecto a mi opinión sobre la música en este país, que es el punto de referencia por el que juzgamos, es que hay una desunión en el gremio que hace que todo evolucione muy despacio. He asistido durante muchos años a una innumerable serie de clinics y seminarios en los cuales la información interesante es escasa. Los temas que se suelen abordar terminan redundando en lo mismo. Hay una mayor preocupación por saber qué tipo de parches o cuántas capas de madera lleva la batería del endosser que por saber cuál es el planteamiento a la hora de enfrentarte a un trabajo profesional o de qué manera conseguir una buena disciplina de estudio.

En general, existe una gran laguna de conocimientos y posibilidad de rodaje que queda evidenciada. Las escuelas de música, por lo general, tienen precios poco asequibles para la gente joven contando que, por nuestra cultura, los padres destinan poca inversión al aprendizaje de actividades artísticas para sus hijos. Además, las becas que proporcionan los Organismos Públicos son mínimas para cubrir una pequeña parte de la carrera y ponen muchas trabas para su consecución (muchas de ellas hay que justificarlas con los pagos ya realizados para que te abonen la cantidad concedida).

En cuanto a lo artístico, creo que hay una necesidad de encasillar a la música y a los músicos en tendencias: esto suena a ... éste es un rockero, es un heavy, etc., cuando es algo más instintivo de lo que queremos ver. La música nace de las emociones independientemente del estilo que sea. Como batería, tratar de utilizar todo lo que oyes como aportación a tu manera de tocar te va a dar una flexibilidad para poder entender qué es lo que está sonando a tu alrededor y proyectar desde la primera negra el soporte rítmico más cómodo para el resto de la banda. Esto tiene que desarrollarse en paralelo a un estudio de técnica, independencia y control de volúmenes de cada elemento de la batería. No crear prejuicios sobre lo que tocas te da mayor facilidad para asimilar muchos conceptos que puedes utilizar cuando menos lo esperas. "Todo tiene jugo para crear tu personalidad musical".

En mi trayectoria profesional he tocado música muy diferente y he trabajado en cosas tan distintas como orquestas, en las que he tenido oportunidad de adquirir muchas tablas en directos, así como trabajar en espectáculos de gran envergadura con arreglos escritos (aprendizaje de lectura primera vista). También he acompañado en giras dentro y fuera de España a artistas de pop (Amaral), rock (Pocho K), música brasileña (Nadia Godoy), funk (Fac Simil), jazz (Alejandro Pérez, Joan Diaz, Meli Bernett ). "Lo mejor de la giras, los viajes. Lo peor .... lo de siempre, colegas que se van en accidentes u otras cosas". Una de las frases que más recuerdo en una gira fue con Aute. En un ensayo dos días antes de salir hacia Argentina, Luis me hizo una reseña sobre lo que él quería de un batería: "Sólo quiero que se note que hay una batería si deja de tocar". No es tan fácil como parece pero cuando lo tienes funciona para tocar esa honda. Es importante también la lectura. Es más sencillo de lo que pueda parecer a priori. Veinte minutos de lectura diarios son suficientes para adquirir rapidez. La satisfacción de tocar con una Big-Band vale la pena. Además, me ha servido para otros trabajos, por ejemplo musicales ("Chicago", "Hello Dolly", "Cuando Harry encontró a Sally" ), en los que es imprescindible leer música. Estos proyectos también me han enseñado a desarrollar una disciplina a la hora de tocar nueve funciones a la semana durante varios meses, cada día, exactamente lo mismo, eliminando la parte creativa y ciñéndome rigurosamente al papel.

Respecto a la parte creativa que acabo de nombrar, la desarrollo tocando jazz. Desde hace quince años empecé a interesarme por discos que tenía mi padre (Miles Davis, Bill Evans...). Eso me llevó, sin dar muchos rodeos, a estudiar, entre otros, con Jorge Rossy, Marc Miralta y Carlos Carli; combos con Boby Martínez, Bob Sands y Miguel Angel Blanco. Y dos años en la Big Band dirigida por Bob Sands. Hoy en día, he trabajado con primeras figuras como Mikel Andueza, Segundo Mijares, Norman Hougue, Elizabeth Raspall, Jordi Bonell, Mariano Díaz, Boby Martínez, etc...

Aparte de todo esto, también tengo proyectos propios. Entre los más interesantes está "Casa de Fieras" con tres amigos míos: Daniel (guitarrista de "Easy Rider"), Peri (bajista de "Mago de Oz ") y Nata (cantante de "Rosa-Rosae"), una fusión de rock/ funky muy potente que espero oigáis pronto.

Por otro lado, quería comentar una serie de sugerencias sobre platos dirigidas hacia los lectores. Para empezar, no soy muy ortodoxo en mi juego de platos. A la hora de elegir un plato necesito saber qué función va a tener en mi set para pensar tanto en las pulgadas como en la tímbrica. No creo que una misma serie de platos de cualquier marca reúna todos los sonidos que necesitamos. Por ejemplo, mi charles es un Paiste 2002 de 14", el bottom no es rizado. Llevo un Thin Crash Sabian HH de 16" a la izquierda, a la derecha pongo un Crash Paiste Line de 16". Para tocar jazz, uso un ride Stagg de 18" que me costó menos que un depósito de gasolina (con la caja, el bombo y el charles empasta de manera brutal) y como segundo ride, un Paiste 2002 de 18" que tiene un pequeño corte que produce una vibración al golpear como si llevara remaches. Para otros tipos de música utilizo como ride un Paiste 2002 de 22" que me da un sonido contundente y un ataque muy definido. Utilizo también un Abedis Zildjan china de 17" y un splash de 10" Sabian HH que coloco encima del charles. Cada uno de mis platos los he elegido por su tímbrica. El empaste que generan entre ellos y con el resto de la batería es parte importante mi personalidad musical.

Entrar en una tienda a comprar platos es un poco trágico ya que existe poca oferta para probar in situ. Por lo cual, o compras por catálogo o eres afortunado y alguno tiene el sonido que buscas (cosa que casi nunca sucede). Es importante probar con las baquetas que utilizas habitualmente ya que el peso, el grosor y el tamaño de la bellota modifican notablemente la respuesta. Nunca miro la marca o el modelo antes de probarlos, sólo los oigo. No se pueden probar en los stands en los que están ubicados. Hay que pedir un pie, un asiento, colocarte el plato en tu posición habitual. Es lo mínimo cuando vas a comprar algo para tu trabajo. Lo ideal sería poder llevártelos y probarlos con el resto de tu batería. Por suerte, yo tengo esa facilidad.

Los platos del charles pueden ser los más difíciles de elegir por la particularidad de que el bottom pueda ser rizado o liso y hay gran diferencia de empaque según las pulgadas. El charles que elijo va en función de la caja y del bombo que componen el set de batería. Cajas que tienen 5 ? ", que ya suenan con cuerpo, me sugieren buscar un charles con sonido oscuro, blando y sin mucho ataque. En cambio, con cajas más finas o de menos pulgadas, busco un sonido de charles con un ataque muy definido y más bien agudo pero manteniendo algo de cuerpo. Por ejemplo, en el primer caso, Paiste 14" 2002, y en el segundo, Sabian HH 13". Nunca rizados. Sólo me gustan los crash de 16". Suelo buscar un sonido no muy agresivo en su ataque que abra bien y que no tenga una estela muy larga. Sin embargo, también necesito un sonido más contundente en su ataque, que consigo con el Paiste de 16".

En cuanto a los platos de efectos (splash, chinas...), busco sonidos metálicos algo estridentes que aparentemente incluso pueden sonar desagradables. Cuando un plato de efecto suena desagradable y me gusta es porque, seguramente, encaja en algún momento en cosas que toco. Conseguir introducir en el set este tipo de platos implica estudiar las posibilidades de sonido que te da para encontrar el tipo de golpeo óptimo y que suene siempre como quieres que suene.

Por último, creo que los rides son un punto de estabilidad imprescindible con el bajo y la voz, principalmente. Lo que quiero oír cuando pruebo uno es que cada nota esté perfectamente definida en su golpeo y que la estela no tenga más volumen que el ataque. La campana, si quieres que suene seca y con ataque, tiene que ser amplia. El mayor grosor del plato también te va a dar un sonido mas grave.

Estos son mis planteamientos a la hora de comprar platos. Mi set no tiene nada que ver con el de otros baterías pero lo que sí hay en común es que la elección se ha hecho según la manera de tocar de cada uno de ellos. Si escuchas un batería con buen set de platos seguro que los ha comprado de oído.

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